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"Un acto de locura homicida"

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Numerosos ciudadanos concurrieron a hacer ofrendas en el centro comercial Olympia. Foto: Reuters.
ARND WIEGMANN

David Sonboly, autor de la masacre de Múnich, era desequilibrado y sin vínculos con el EI.

David Sonboly había nacido y crecido en Múnich. Sus padres llegaron a Alemania desde Irán a finales de los años noventa como solicitantes de asilo. Para los que lo conocían, era un joven tímido y apasionado por los videojuegos, que recibía tratamiento psiquiátrico por problemas de depresión. Después de lo ocurrido, se ha desvelado que el estudiante germano iraní estaba obsesionado con las matanzas y los tiroteos múltiples. Como el que perpetró en la tarde del viernes último cuando mató a nueve personas antes de suicidarse.

Los investigadores todavía buscan los motivos que le llevaron a cometer el ataque, pero lo definen, de momento, con una palabra que no tiene equivalente en castellano: Amoklauf, es decir, un acto de locura homicida.

"Partimos del principio de que se trata de un acto clásico de un desequilibrado" sin vínculos con el yihadismo, sin ningún tipo de motivación política, fascinado por los asesinos en masa como el noruego Anders Behrin Breivik, explicó un representante de la fiscalía

"No hay otras razones" detrás de ese acto, que dejó nueve muertos y 16 heridos, agregó.

"No hay absolutamente ningún vínculo con el Estado Islámico", declaró, por su parte, el jefe de la policía de Múnich (sur), Hubertus Andrä.

La policía halló indicios de que el joven sentía fascinación por los asesinatos en masa y que recopilaba información sobre "cuestiones vinculadas con desequilibrados" autores de matanzas, agregó.

En su casa, los investigadores hallaron material sobre otras masacres. Sobre todo de la perpetrada en Noruega por el ultraderechista Anders Breivik y que el viernes justo cumplía cinco años y la de otra matanza, en la localidad alemana de Winnenden, donde un adolescente asesinó a 15 personas en 2009.

Según Andrä, existe un vínculo "evidente" entre el autor del tiroteo y el asesino supremacista blanco Breivik, quien hace un lustro perpetró una masacre en la que murieron 77 personas en la isla de Utya (Noruega), en una concentración de jóvenes laboristas.

Si bien el jefe Andräs dijo que consideraba evidente el vínculo con el ataque en Noruega, después el ministro del Interior, Thomas de Maizière, apuntó que era demasiado pronto para establecer una relación clara entre las dos matanzas. Además de varios artículos y libros, la policía encontró en la habitación del joven el libro Amok en la cabeza. Por qué matan los estudiantes.

Los investigadores creen que una mezcla de disputas con sus compañeros de clase y problemas psiquiátricos llevaron al joven a ejecutar su plan asesino. Al parecer, había sido acosado por otros chicos. Les denunció dos veces por amenazas y una paliza. El fiscal Thomas Steinkraus-Koch habló de una enfermedad depresiva. "Aunque todo esto deberá ser aclarado con tranquilidad", añadió.

El autor de la matanza, inscrito en un colegio de la ciudad e hijo de un taxista, se dio a la fuga tras ser herido y la policía informó más tarde que se había suicidado. En la mochila tenía cargadores con unas 300 balas.

El autor del tiroteo actuó solo y no estaba fichado por la policía.

La matanza junto al centro comercial Olympia fue preparada con cuidado. El joven invitó a través de una cuenta de Facebook falsa a todos los que lo desearan a acudir al restaurante de cómida rápida, que terminaría convirtiéndose en una carnicería humana. "Vengan a las 16:00 horas al centro comercial. Los invito a algo, pero no demasiado caro", escribió camulado en el nombre de Selina Akim, en cuyo perfil de Facebook aparecía la foto de una chica. Algunos de los amigos asociados a esta cuenta advirtieron el fraude.

Una vecina del inmueble donde residía Sonboly lo definió como "una buena persona [...], que reía como cualquier persona normal".

"Nunca lo vi enfadado ni oí [que tuviera] problemas con la policía o con los vecinos", dijo a la AFP Delfye Dalbi, de 40 años.

En un video de un aficionado difundido por las redes sociales el viernes de noche y autentificado por la policía, se ve a un hombre insultando al atacante, vestido de negro, sobre el techo del centro comercial y con una pistola en la mano.

En respuesta a insultos del otro individuo, el asaltante replica: "Soy alemán, nací aquí. En un barrio del Hartz IV", nombre del subsidio por desempleo de larga duración, antes de lanzar: "Estaba en tratamiento hospitalario".

La matanza se produjo cuatro días después de un ataque con hacha en un tren regional de Baviera, cometido por un solicitante de asilo afgano de 17 años, que reivindicó su pertenencia al EI. Según el jefe de la policía de Múnich, se hallaron elementos que señalarían que el joven germano-iraní había seguido de cerca ese ataque.

Inspirado por otro agresor.

David Sonboly glorificaba a Tim Kretschmer, un joven de 17 años que, en 2009, irrumpió armado en su antiguo colegio de la localidad de Winnenden (suroeste de Alemania) donde empezó una matanza en la que murieron 15 personas, indicó EFE citando fuentes de la investigación. Kretschmer acabó suicidándose al estar acorralado por la Policía, tras una huida de 40 kilómetros, vestido con un uniforme paramilitar y armado con una pistola Beretta con la que había asesinado a nueve estudiantes y seis profesores.

Su precedente directo tuvo lugar en 2002 en otra escuela alemana, en Erfurt (este del país), donde otro exalumno irrumpió armado en su colegio y mató a 16 personas, para suicidarse finalmente en una de las aulas.

Los autores de las dos matanzas en Alemania eran hijos de buena familia que se sentían fascinados por las armas y la violencia.

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Numerosos ciudadanos concurrieron a hacer ofrendas en el centro comercial Olympia. Foto: Reuters.

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