EDUCACIÓN

La mitad de los estudiantes apenas logra resolver problemas colaborativos básicos y de solución directa.

De hecho, solo el 1,7% de los liceales uruguayos que fueron evaluados por las pruebas PISA en 2015 —y el 7,9% de los quinceañeros de países de la OCDE— llega al estadio superior, ese en que son capaces de solucionar tareas complejas, en que los integrantes de un equipo reaccionan en forma distinta y buscan acuerdos ante los conflictos.

Hubo 51 países que evaluaron cómo sus estudiantes de 15 años resuelven los problemas colaborativos —eso que antes le llamaban trabajo en equipo, pero que en la nueva literatura implica también la búsqueda de entendimientos. El promedio de las pruebas fue de 500 puntos, pero Uruguay quedó por debajo (443 puntos, lo que lo ubica en el puesto 41 entre los 51 evaluados).

Singapur encabezó la lista con 561 puntos y, salvo pequeños corrimientos, los países mejores evaluados son los mismos que mejor rindieron en Ciencia, Lengua y Matemática.

Pero sea cual sea la ubicación en el ranking, un detalle llamó la atención de los evaluadores: las mujeres resolvieron mejor los problemas que los varones. En promedio ellas puntuaron 29 puntos mejor que sus pares hombres. Hubo países, como Finlandia y Suecia, en que la diferencia superó los 40 puntos.

En Uruguay la diferencia según género fue de 17 puntos. Las niñas sacaron 451 y los niños 434. Tres años antes, en 2012, el contraste habría sido a favor de los varones por 11 puntos.

Si bien hay distintas hipótesis, nada confirma aún a qué se debe la diferencia. En la última edición las mujeres han demostrado estar más afines a las variables de relacionamiento, y los varones han manifestado una actitud hacia el trabajo en equipo. Más en concreto, ellas dicen ser buenas escuchando al otro, tomando en cuenta lo que les interesa a los demás y disfrutan de las diferencias. Ellos, en cambio, prefieren trabajar en equipo más que hacerlo solos y dicen que el grupo los potencia también a ellos.

El tipo de valoraciones que hacen los hombres tienden a coincidir con los estudiantes de bajo desempeño académicos. Y, a la inversa, las opiniones de las mujeres concuerdan con los desempeños de alto rendimiento.