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Vivir entre moscas y muertos

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Enrique Yarza integra el grupo de 28 afectados que ganó el juicio. Foto: M. Bonjour
Recorrida por el Cementerio del Buceo, Montevideo, ND 20160615, foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

LA SALUD POR ENCIMA DE CUALQUIER OTRO VALOR

Vecinos del Buceo ganaron juicio a la Intendencia pero, según ellos, el problema persiste.

intenencia asegura que se toman las medidas para que las moscas no se progaguen. Foto: M Bonjour

"Estaban en los platos, se metían por la nariz y los oídos. Sabías que si había una mosca en tu mesa, esa mosca había salido de un cadáver", cuenta Enrique Yarza, vecino del Buceo, con enojo e indignación por tener que convivir todos los días en su casa, desde hace ocho años, con las moscas llamadas "cadavéricas". Moscas que se alimentan de la materia orgánica en descomposición.

Los vecinos aseguran que el problema se inició con la construcción de los nuevos nichos en el Cementerio del Buceo en 2007 y consideran que la Intendencia de Montevideo es la responsable por autorizarlo.

Si bien el 8 de mayo de este año la Comisión Pro Fomento del Barrio de Viviendas Municipales Puerto del Buceo logró ganar el juicio que se inició en 2011 contra la IMM y obtener US$ 150.000 por daños ocasionados, su intención es que los nichos se dejen de usar y terminar con el problema de una vez por todas. Aunque en estos días, debido a las bajas temperaturas, no hay casi mosquitas, los vecinos aseguran que en cuanto eso cambie volverán.

Yarza, quien integra la Comisión, afirma que "al principio no sabían qué eran esas mosquitas. Hasta que un vecino llevó una muestra a Zoonosis y le dijeron que integraban la fauna cadavérica y que provenían de la necrópolis del Buceo".

Por otra parte, Alfried di Bartolomeo, otro de los vecinos que participó del juicio y que se vio afectado por las moscas, asegura que llegaron a tener que comer bajo un tul, porque estos insectos no los dejaban tranquilos. "Se posaban en el plato de comida y entraban hasta en el freezer. Había 200 o 300 moscas cada vez que lo abría", dice. Y Yarza, agrega: "No tienen límites; son muy difíciles de matar. Hay que vivir lo que uno vivió y vive para saber lo que está pasando".

"Cabe preguntarse si uno puede seguir viviendo así ¿Es apropiado eso? ¿Estar lidiando con la fauna cadavérica? Hay un deterioro en la calidad de vida de los vecinos", asegura Marcelo Amorín, abogado del caso. Afirma que la causa de esta "plaga" fue que se excedió la cantidad de cuerpos en el Cementerio del Buceo. "Se logró cumplir el sueño del poeta romántico José de Espronceda, de crear un cementerio de muertos bien relleno", ironiza.

Las moscas no solo impactaron en el ambiente cotidiano de los vecinos sino que también afectaron la salud, incluso la del cuidacoches que se encuentra sobre la calle Basáñez. Según él, en 2015 contrajo una infección pulmonar y el médico le dijo que se debía a las moscas. Cree que, probablemente, se le hayan metido por la nariz, causándole la enfermedad.

Tanto Amorín como miembros de la Comisión aseguran que la Intendencia es la responsable de esta "calamidad" y de todos los daños que se han causado, porque fue la que autorizó la instalación de estos nichos sin tener en cuenta el daño ambiental que podrían llegar a producir. Además, Yarza afirma que los nichos están mal construidos y, según él, la misma IMM admite que están hechos de materiales livianos: "No tienen divisiones entre los estamentos, están todos los cuerpos apilados, las puertas son de chapas y las ventilaciones fueron hechas mirando hacia nuestra viviendas".

Enrique Yarza integra el grupo de 28 afectados que ganó el juicio. Foto: M. Bonjour
Enrique Yarza integra el grupo de 28 afectados que ganó el juicio. Foto: M. Bonjour

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Polémica.

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Si bien la sentencia emitida por el Tribunal de Apelaciones afirma que la IMM es responsable de los daños ocasionados a los vecinos, fuentes de la Intendencia aseguran que no se ha podido comprobar que el cementerio y los nuevos nichos hayan sido los focos que generaron esta población de insectos. Aseguran que quizá las nuevas construcciones fueron una de las tantas cosas que influyeron en el problema, pero que el clima y la vegetación dentro de la necrópolis también contribuyeron.

Sin embargo, Yarza y Amorín no opinan igual e insisten en vincular el uso de esos nichos con las moscas, ya que desde que se dejó de enterrar en parte de esos espacios la población de insectos disminuyó.

"Ellos quieren derivar a que son otras causas. Que es el clima, que es la vegetación; van a decir, obviamente, lo que les sirve. Es más fácil decir que las causas climáticas son las culpables a decir que son los nichos colectivos y a admitir que no se hicieron las cosas correctamente", dice Yarza.

El vecino justifica esta postura. Sostiene que en realidad el clima y la vegetación siempre estuvieron presentes en el cementerio y que nunca antes había ocurrido esto. Del otro lado tienen al Cementerio Británico y "jamás hubo problema" con ellos, porque solo cuentan con tumbas familiares.

Si bien a partir de que se inició el juicio se dejó de enterrar en los pabellones de la empresa funeraria y se tomaron medidas en los panteones sociales de dos mutualistas, los vecinos proclaman que el problema sigue existiendo.

Sin embargo, fuentes de la IMM declaran que no hay posibilidad de que las moscas salgan o ingresen a los nichos. "Una vez que entra el cuerpo se sella la tapa con silicona, se mete debajo del cajón con una capa de cal para absorber los fluidos que larga y se fumiga periódicamente", afirman.

Además, aseguran que si bien puede ser verdad que los vecinos sigan teniendo mosquitas, para la comuna no provienen del cementerio sino de otras partes; por ejemplo, de los jardines. Afirman también que son bichitos que se reproducen en todos lados y que, una vez que salen del lugar de origen, ponen huevos en cualquier espacio. Por lo tanto, los vecinos deberían contratar una empresa de control de plagas, opinan.

Yarza refuta esto y dice que la solución pasa por dejar de enterrar en los pabellones que están afectados.

La IMM, por su parte, afirma que esos nichos colectivos se revisan periódicamente y que las empresas fumigan de manera constante. Además, afirman que las moscas que hay provienen de afuera atraídas por el olor general del lugar y que no es posible eliminarlas porque son poblaciones naturales: "Por más que intentemos sacarlos de ahí va a ser imposible. La guerra está perdida. Se puede fumigar más seguido o cambiar los plaguicidas para mejorar la resistencia, pero no terminar con ellas", sostuvo una fuente de la comuna.

La realidad es que en las secciones de los nichos colectivos hay un olor más fuerte que en el resto del cementerio y son los únicos espacios que tienen presencia de estos insectos. También es verdad que hay un número muy reducido y solo en algunos nichos.

La IMM debería fumigar cada 15 días.

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La Facultad de Ciencias realizó un estudio entre los años 2011 y 2013, fruto de un convenio con la Universidad de la República y la Intendencia de Montevideo, en el cual se constató que las moscas afectan a los vecinos son llamadas Megaselia scalaris (Mosquitas de interior)

Se trata de un insecto que mide aproximadamente 2,5 milímetros y se alimenta de líquidos vegetales, secreciones de heridas, cadáveres y cualquier fuente proteica.

El informe afirma que la mosquitas puede causar infestación de la piel por huevos de moscas en las zonas urinarias, intestinales y oculares. Señala también que en los sectores de los panteones sociales de dos mutualistas es donde residen más ejemplares de este insecto y que, en las viviendas ubicadas a cien metros del cementerio, se llegaron a encontrar entre 350 y 400 mosquitas por mes. Además, indica que la población de estos insectos aumenta en los períodos en que las temperaturas van de 17° a 22° centígrados.

La Facultad de Ciencias recomiendó a la comuna, entre otras cosas, fumigar el cementerio y las casas de los vecinos cada 15 días, entre los meses de octubre y mayo, y una vez por mes en el resto del año.

Moscas: aparecen en cualquier lugar de la casa. Foto: M. Bonjour
Moscas: aparecen en cualquier lugar de la casa. Foto: M. Bonjour

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ENTREDICHOS.

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Entre ellos tampoco se ponen de acuerdo.

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No solo hay entredichos entre la IMM y los vecinos, sino también entre los que integran la Comisión y los que no. Quienes tomaron parte en el juicio fueron 28 personas y solo ellas van a recibir su cuota parte de los US$ 150.000, dinero que todavía no cobraron. Aquellos que no participaron no van a ser indemnizados por los daños, aunque se hayan visto afectados por el problema.

Debido a esto, varios vecinos consultados afirmaron que ven en el resultado de la demanda una "injusticia" y consideraron que, en realidad, la Comisión se aprovechó de una situación "para sacarle plata" a la Intendencia de Montevideo.

Para ellos, lo que les importa a los que hicieron el juicio es, en realidad, lo económico y no la solución del problema. Para otros vecinos, también están presentes intereses relacionados con el valor de las viviendas, porque la cercanía con los nichos provoca que las casas se desvaloricen y no se vendan.

Además, también hay quienes critican que solo puedan acceder a la Comisión aquellos vecinos que están bien económicamente, ya que para poder ingresar y participar es necesario pagar una cuota. También se quejan porque las reuniones son privadas y no permiten ir ni de oyente.

Una obra para la que no hubo estudios.

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El problema se originó en 2007 cuando empezaron a realizarse construcciones en un sector perteneciente a una empresa fúnebre ubicada sobre la calle Basáñez. En 2008, los vecinos se dieron cuenta que esas obras iban a ser utilizadas como nichos colectivos y pidieron a la IMM que se realizaran estudios para conocer los posibles impactos ambientales. Pero según fuentes de la comuna, "no se hicieron porque en ese momento no se vio que existiera algún problema".

En 2009, los vecinos fueron invadidos por las moscas e iniciaron una demanda contra la Intendencia, solicitando una indemnización por los daños causados y la remoción de los nichos nuevos. Pero por falta de pruebas no lograron su objetivo.

En 2011, los vecinos apelaron y consiguieron, después de cinco años, obtener US$ 150.000, pero no la remoción. La sentencia afirma que hubo un daño causado por las moscas de la necrópolis del Cementerio del Buceo y que la Intendencia es la responsable.

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