La torre de 35 metros está en ex lavadero de Hoteles y Casinos de la IMM.

Muy cerca de Avenida Italia y exPropios, en la calle Dionisio López y Miguel Ángel, hay un gran galpón de la Intendencia de Montevideo en donde se guarda equipamiento de uso en diversos eventos, como las carpas de animación que se montan en espacios públicos para ferias culturales o espectáculos.

Antes de tener este destino de depósito, en el lugar funcionó un lavadero de Hoteles y Casinos. La torre de unos 35 metros de altura era la chimenea, que ahora se encuentra rajada, estado que puede comprobarse a simple vista.

También resulta notorio la incidencia de un árbol en la ruptura de cimientos.

Humberto Pacello reside en una de las viviendas linderas al depósito y no sabe qué más hacer para despertar la atención de las autoridades municipales sobre una construcción pasible de colapsar.

"Hace tres años que empecé con esto, porque lo veo venir; tengo oficio, fui capataz de una empresa; para llegar a ese cargo tenía que saber de todo, desde soldar hasta albañilería, siempre estuve rodeado de herreros. El deterioro de las paredes se ve. Hace 51 años que vivo acá y soy testigo de todo el proceso. En el depósito hay funcionarios trabajando con las carpas de Cultura, tienen dos camiones de doble cabina y dos camionetas", contó Pacello a El País.

Según su testimonio, durante la última administración del arquitecto Mariano Arana fueron retiradas las maquinarias, incluida la caldera.

Pasaron diez años que hubo una guardia con tres policías, en un lugar en que no se hacía nada. El Hotel Carrasco estaba cerrado hacía mucho tiempo y su casino dejó de hacerlo en 2009. Sin embargo, las instalaciones vacías resultaban atractivas para ser ocupadas por pobladores de un asentamiento cercano. Por eso la guardia. Después, durante unos meses, el galpón fue sede provisoria de la Casa de la Mujer.

"Acá creció una planta que se metió en la pluvial, ahora es un árbol que tiene más de cuatro metros de altura, reventó todos los caños y tiró toda la parte del muro del lado que apunta a mi casa. La losa de la azotea en donde está la chimenea bajó diez centímetros, se ve a ojo de buen cubero. Esto está en ruinas, arriba tiene unos ventiladores, con aspas que han volado hasta la calle y a mí me rompieron dos vidrios de la claraboya. Se está pudriendo todo", describió Humberto Pacello.

Además de las denuncias a Bomberos, el declarante y otros vecinos presentaron reclamos para abrir expedientes en dependecias comunales.

"Para bajar la chimenea, desmontando un tramo, por lo menos hasta la parte que hace un cono, nos dijeron que costaba 70.000 dólares. Un día vino un camión que no pudo entrar y desaparecieron. Hay un pararrayos, pero si cae un rayo todo esto vuela, que se cae se cae. Hice tres denuncias a los bomberos y vino un arquitecto del municipio. Yo les dije a todos si no me firmaban la inspección sosteniendo que no existe peligro. Pero nadie me firmó. Nunca más", indicó Pacello, para enseguida agregar que en la administración anterior habló "con todo el mundo en la Intendencia, estuve en el piso dos, en donde están los directores, me pasearon, más de cincuenta teléfonos me hicieron masticar".

Desde la Intendencia de Montevideo se respondió a El País que hoy será enviado al lugar un ingeniero de Intalaciones Mecánicas y Eléctricas, servicio encargado de la policía sanitaria, ambiental y de seguridad pública en lo relacionado con instalaciones electromecánicas.

Fernando Nopitsch, secretario general de la Intendencia de Montevideo, dijo a El País que desconoce si hay expedientes abiertos sobre el problema, pero que eso no obstruirá la inspección inmediata, porque es una denuncia grave que prima sobre la burocracia.

RIESGO EN DEPÓSITO COMUNAL