El presidente Tabaré Vázquez finalizó ayer su primera gira, en la que eligió visitar Francia y Japón para estrechar vínculos políticos y comerciales. Lejos del particular estilo de su antecesor, José Mujica, el presidente Vázquez evitó las declaraciones grandilocuentes o estridentes, y priorizó los discursos a modo de "presentación país" para facilitar la apertura de nichos de mercado para carnes y lácteos y procuró atraer inversiones.

A su estilo, Mujica hacía lo mismo, aunque también, de forma jocosa, solía decir en el exterior que el defecto de los uruguayos es que son "un poco haraganes". Vázquez nunca se apartó de la formalidad que suele exhibir porque, como lo ha repetido varias veces, considera que "cuando habla el presidente, habla el Uruguay".

No obstante, la gira no estuvo exenta de polémica. En Francia, el canciller Rodolfo Nin Novoa anunció el apoyo de Uruguay a la alianza de países que combate al Estado Islámico y, a la distancia, desde el Frente Amplio le llovieron misiles. La situación obligó a Nin y al propio Vázquez a aclarar el alcance de las manifestaciones para calmar las aguas en su fuerza política. La declaración de Nin está vinculada a la presencia de Uruguay en el Consejo de Seguridad de ONU, que también integran Francia y Japón.

Ayer, en su último día en Japón, Vázquez mantuvo una reunión de veinte minutos con el emperador Akihito, en el Palacio Imperial de Tokio.

Presidencia informó que la recepción se realizó en el Palacio, o Kokyo, que se encuentra en Chiyoda, Tokio, que data del siglo XV. Vázquez mantuvo un breve diálogo antes de despedirse de Akihito, donde expresó que fue un gran honor haber sido recibido y lo saludó con un cordial: "hasta la próxima visita". El anterior viaje oficial al país asiático de Vázquez tuvo lugar en 2009 durante su anterior mandato, y entonces también fue recibido por Akihito en el Palacio Imperial de Tokio. Vázquez también visitó Japón a título personal en 1981, cuando realizó una estancia de tres meses en Kioto (oeste) para formarse como oncólogo, y en 1985 viajó a Kobe para asistir a la Universiada celebrada en esta otra ciudad occidental nipona.

Luego, Vázquez se reunió con el primer ministro nipón, Shinzo Abe y decidieron estrechar lazos económicos y estratégicos, a través del fomento de las inversiones niponas en Uruguay y del refuerzo de su colaboración en órganos internacionales como Naciones Unidas y Mercosur, según informó la agencia EFE desde Tokio.

"Hemos discutido sobre cómo ampliar nuestras relaciones, y hemos recogido frutos importantes", afirmó al término de la reunión Abe, quien destacó la próxima entrada en vigor del acuerdo de protección de las inversiones firmado entre ambos países a principios de año. "Continuaremos apoyando la implantación de empresas japonesas en Uruguay", manifestó Abe, que elogió la estabilidad uruguaya y la aplicación de políticas libres y abiertas". "Es un socio importante", dijo.

nVázquez dijo estar "expectante" ante la apertura del mercado nipón a las importaciones de carne uruguaya, ya que los aspectos técnicos para que Tokio dé este paso "están muy avanzados". Ambos países no lograron cerrar este asunto durante la cumbre bilateral pese a que constituía una de las prioridades de Uruguay y, según Vázquez, para lograrlo tan sólo resta "una resolución política". Vázquez, no obstante, se mostró "confiado" en que el mercado nipón se abrirá a la carne uruguaya debido a su "alta calidad".

En el ámbito exterior, ambos líderes destacaron la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con vistas a "mejorar su transparencia y su sistema de representación", según el primer ministro nipón.

Vázquez expresó además su apoyo a la polémica reforma militar impulsada por el primer ministro nipón, que supone el mayor cambio en materia de defensa que afronta Japón desde la II Guerra Mundial, y que permitirá a las tropas niponas actuar fuera del país.

En Japón mantuvo reunión con el emperador Akihito