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Uruguay, un país envejecido, otro desafío para Vázquez

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Uruguay será cada vez más "viejo", pero a pesar de ello no tiene sentido adoptar políticas que fomenten la natalidad mediante incentivos económicos, porque las decisiones de las parejas sobre si tener o no tener hijos pasan por otros factores, de acuerdo con un documento de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto denominado "Desafíos Políticos de la Planificación". 

El documento revela que de acuerdo con las estimaciones de la Comisión Sectorial de Población, la mitad de la población tiene hoy más de 34,6 años pero en 2050 esa misma proporción tendrá más de 40,9 años. Es que Uruguay ha ingresado en algo que la OPP denomina "envejecimiento del envejecimiento" y esto supone el principal desafío a tomar en cuenta a la hora de planificar su desarrollo.

Desafíos.

Los uruguayos cada vez vivirán más y eso implicará un mayor gasto en salud y presión sobre el sistema de seguridad social. En el año 2050 la población de Uruguay será de 3,75 millones de personas. Los menores de 14 años solo serán 525.000, poco más de la mitad que los mayores de 60 años, que serán casi 1 millón de personas, más de una cuarta parte de la población. Entre estos últimos, los mayores de 80 años serán 250.000 y en su mayoría mujeres, cuya esperanza de vida será de 80,2 años, marcadamente superior a la de los hombres, que será de 75,4 años.

"Mientras la mayoría de los países de América Latina está intentando aprovechar, con mejor educación, su bono demográfico, Uruguay está al final de la ventana demográfica de oportunidades, ha ingresado en el envejecimiento del envejecimiento. Las tendencias (que en demografía son duras, porfiadas) indican que la tasa de fecundidad continuará por debajo de la de reemplazo —y es probable que, con el aumento del bienestar, continúe descendiendo—; la esperanza de vida continuará aumentando —por la profundidad de las reformas sanitarias del país y el progreso de las ciencias de la salud—; y los saldos migratorios serán nulos ", dice el documento.

De esta forma, solamente cabe esperar que se incremente la relación de dependencia, es decir el cociente entre inactivos (niños y adultos mayores) y activos. La tasa de dependencia que hoy es de 57,7% (1,73 activos por cada inactivo), según las estimaciones de la Comisión Sectorial de Población, pasará a ser 59,9% en 2050 (1,66 activos por inactivo).

Esta situación representa una "sobrecarga" para los activos ya que deben solventar los gastos en seguridad social —jubilaciones— y salud. Concretamente, la OPP calcula que el gasto en salud crecerá un 20,3% entre 2015-2050, lo que equivale a una tasa promedio anual de 0,5%. O sea que el crecimiento del gasto será superior al de la población.

La OPP entiende que estos desafíos son "deseables" ya que son propios de países que se han desarrollado, y considera probable que se profundicen algunas tendencias, como el descenso de la tasa de fecundidad, en la medida que la salida de muchas mujeres jóvenes de la pobreza les permitirá tener la cantidad de hijos que desean, muy inferior a la actual.

La comisión calcula que en los próximos 40 años la tasa de natalidad se mantendrá ligeramente por debajo del nivel de reemplazo, que es de 2,1 hijos por mujer. Esto determinará que los niños no sólo perderán peso relativo frente a otros grupos de edad sino que, incluso, descenderán en valores absolutos, señala el documento.

"En este contexto, cada niño es un tesoro, cada niño vale mucho. (...) En 2003, más del 60% de los niños menores de 6 años era pobre. (...) Hoy, pese al éxito del esfuerzo realizado, el desafío continúa siendo importante porque todavía uno de cada cuatro niños menores de 6 años es pobre y el 44% de los menores de 14 años vive en hogares con al menos una necesidad básica insatisfecha. Lo primero, por tanto, es no perder ni uno solo de esos niños", advierte la OPP.

Fecundidad

La heterogeneidad de la fecundidad —y una tasa de embarazo adolescente que no cede— son más problemáticas desde el punto de vista del gobierno que la baja tasa de fecundidad. "Téngase presente que el ideal reproductivo de las mujeres uruguayas no supera los dos hijos por mujer", recuerda el documento de la OPP. De todas formas, durante la campaña electoral pasada, el electo vicepresidente Raúl Sendic había hecho un llamado a la clase media a tener más hijos. Para la OPP sería deseable prestar atención a otro problema demográfico relevante que es la migración interna. Recuerda que la histórica tendencia a la concentración de la población en la zona costera continúa, y entre 2004 y 2011 los departamentos con saldo migratorio positivo —Colonia, San José, Canelones y Maldonado— captaron aproximadamente 50.300 nuevos habitantes, cifra que supera la cantidad de habitantes de departamentos como Flores. A pesar de que hay departamentos "expulsores" como Artigas, que en ese lapso perdió 7,3% de su población, también esto es visto como algo "deseable" por la OPP, que lo considera sinónimo de que se accedió a una fase superior de desarrollo. Para la OPP, es recomendable avanzar hacia la regionalización que se intentó para integrar el territorio, superando las divisiones administrativas y promoviendo la gestión conjunta por grupos de los centros poblados del interior (a través de "regiones").

Rechazo a que se incentive con dinero que haya más nacimientos

Aunque la OPP considera que, dada la estructura demográfica del país, no se puede "perder" ningún niño, desaconseja explícitamente el fomento de la natalidad. "Aquí se pretende no sólo defender la posición de que ser un país pequeño puede ser visto como una virtud, sino defender el

trabajo institucional de la Comisión Sectorial de Población (CSP), que ha documentado una clara posición a este respecto: no debemos incentivar el crecimiento demográfico, ni establecer metas demográficas, ni fomentar el natalismo", dice enfáticamente la OPP. El trabajo señala que las políticas de fomento de la natalidad en general consisten en apoyos financieros a las familias con tres o más hijos y rechaza esa alternativa. "La elección de la cantidad de hijos no es una elección económica óptima sino que se adapta a otras muchas metas, principalmente las laborales y de fecundidad deseada", considera el trabajo.

Para la OPP resulta más preocupante que el nivel de la tasa de fecundidad es su heterogeneidad, o sea el hecho de que las mujeres con dos o más necesidades básicas insatisfechas tienen promedialmente 4,47 hijos, mientras que para aquellas sin necesidades básicas insatisfechas es de 2,08 hijos. Esto genera una doble insatisfacción: la de las mujeres de bajos ingresos, de las cuales un tercio dice tener más hijos de lo que desearía y la de aquellas con ingresos medios y altos, entre las que 40% dice tener menos hijos de los que quisiera.

Por este motivo, la OPP considera que la prioridad debe ser que el país se asegure que las mujeres tengan la cantidad de hijos que desean y cuando quieren y, por este motivo, recomienda profundizar "lo avanzado en salud sexual y reproductiva", y generar políticas que permitan a las mujeres compatibilizar su vida reproductiva con la productiva como las recientes modificaciones en las licencias maternales y el incremento de la oferta de cuidados infantiles. La incorporación plena de la mujer al mercado laboral ayudaría a paliar los efectos del aumento de la tasa de dependencia, considera.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Para la OPP la preocupación no debe ser aumentar la población. Foto: Ariel Colmegna.

OPP dice que bajará el peso de los niños como porcentaje de la población

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