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La última morada del amigo fiel

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Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto

Dos cementerios de animales de Uruguay ya llevan enterradas unas 30.000 mascotas.

Rock estuvo agonizando durante varios días. Su dueña lo había llevado de paseo por la zona de Bulevar Artigas y Solano García y al regresar, el perro ya no era el mismo. No comía, estaba decaído y al rato comenzó a tener convulsiones, cada vez con más frecuencia. Además los ojos se le saltaban y la lengua se le puso azul. Cuando lo llevó al veterinario, le explicaron que seguramente esos síntomas se debían a que había consumido "veneno para caracoles", un producto que la Intendencia de Montevideo suele colocar en las plantas de los canteros. Pocos días después, Rock falleció.

Como vivían en un apartamento sus dueños no tenían dónde enterrarlo. Luego de hacer averiguaciones, decidieron contratar a uno de los dos servicios de funeraria para mascotas que hay en Montevideo. Eligieron el Jardín de las Mascotas, un predio ubicado en la avenida Pedro de Mendoza, que funciona desde hace 21 años.

"Se había detectado la necesidad de tener ese tipo de servicio en la ciudad a raíz del fallecimiento de una de las mascotas del propietario del cementerio en 1995. En ese momento, no había ningún servicio que le diera un destino digno a esos animales, por lo que se puso en campaña para conseguir las habilitaciones y crear un espacio que sirviera como cementerio de mascotas", explicó Ricardo Graña, encargado del lugar.

Hoy cuentan con un extenso parque de más de 20.000 metros cuadrados, arbolado y enjardinado, donde se puede sepultar a las mascotas en parcelas individuales o directamente en la tierra.

A los clientes les ofrecen la opción de enterrar a los animales en cajones e identificarlos con una placa de plástico blanco con alguna inscripción.

"Toby te amamos y por siempre te amaremos, angelito peludo. Mamá, Papá y tu Mami", "Teo, sos único e insustituible. Te extrañaremos" o "Jugar, siempre jugar...", son algunos de los mensajes que se pueden leer sobre las parcelas divididas con un cerco de madera blanco y adornadas con flores.

La empresa Previsión con su Parque del Este, ubicado sobre la Ruta Interbalnearia, también ofrece servicio fúnebre para los animales, en un predio rodeado de vegetación, donde se combinan variedades de especies autóctonas, exóticas, flores y arbustos. Además cuenta con un lago artificial.

Esos son los únicos dos cementerios de mascotas que existen en Uruguay.

Entierros.

Más de 30.000 animales han sido sepultados en ambos cementerios desde que se crearon. Al mes, hay entre 80 y 90 entierros.

Perros y gatos son la mayoría de las mascotas sepultadas, pero también hay enterrados conejos, ovejas, patos, cabras, hámsters, cuises, tortugas y hasta peces pequeños.

El servicio, tanto en el Jardín de las Mascotas como en Parque del Este, incluye el retiro del animal en los domicilios o en la veterinaria donde falleció y el traslado hasta el lugar donde será enterrado o cremado.

El Jardín de las Mascotas y el Parque del Este brindan la opción de cremar a los animales y los dueños tienen la posibilidad de acompañar a sus mascotas hasta que ingresan al horno crematorio.

Este servicio dura unas tres horas, y una vez culminado se le hace entrega a la persona de las cenizas, acondicionadas en una bolsa hermética dentro de un sobre de papel.

En un momento, el Jardín de las Mascotas llegó a contar con una sala velatoria pero decidieron eliminarla debido a que los clientes no la utilizaban.

En lugar de ello decidieron colocar en la "sala de espera" una especie de camilla para que sus dueños se puedan despedir de su mascota "durante el tiempo que requieran", explica Graña. En la sala hay una placa con una estrofa del poema de Pablo Neruda Jardines de invierno en el que se elogia al perro que acompaña la vida del humano "sin pedir nada a cambio".

En la página de Facebook del Jardín de las Mascotas también hay mensajes de los dueños elogiando el servicio. "Nunca voy a olvidar ese momento, esos minutos tan difíciles en que debí soltarlo, dejarlo ir y no podía, y me dieron mi tiempo", agradeció Mariana Cerruti, tras enterrar allí a su perro.

La mayoría de las personas pasan a integrar a sus animales domésticos como parte de la familia. Por eso, muchos de los que han perdido a sus mascotas suelen visitarlos asiduamente.

"El 2 de noviembre se estila que venga mucha más gente de lo habitual —un promedio de 30 visitantes— mientras que los días normales, vienen unos diez", explicó Graña.

Algunos visitan a sus mascotas todas las semanas; otras, una vez al mes, y el resto solo quiere un lugar digno para que su mascota descanse, pero no las visitan y tampoco están identificadas con un cartel ni cercos delimitando el espacio donde fue enterrada.

"Teníamos una familia que venía cuatro veces por semana: martes, jueves, sábado y domingo. Un día venían los padres y otro día, la hija. Y los domingos era el momento en el que se juntaban los tres y hacían una especie de picnic sobre el pasto al lado del sepulcro, y le hablaban", contó el encargado. Muchos llevan flores, cartas y fotos para adornar las parcelas. Una de ellas aparecía tapizada de flores, peluches y carteles con forma de corazón, y la inscripción "I love you".

En algunos casos se transforma en un ritual, y deciden enterrar en la misma parcela a todas las mascotas que van teniendo a lo largo de los años.

El precio varía según el peso de la mascota

Los precios del servicio dependen del peso del animal y del lugar adonde va a ser sepultado. Aquellos que quieran enterrar a sus mascotas pequeñas, que pesan menos de 10 kilos, con una identificación y en el sector arbolado del Jardín de las Mascotas, deben abonar$ 4.900. La tarifa puede aumentar a $ 6.300 si se trata de animales de entre 25 y 40 kilos. En la pradera común, el costo es de $ 3.800 para las mascotas que pesan menos de 10 kilos y $ 5.200 para las de mayor tamaño.

$ 4.900. La tarifa puede aumentar a $ 6.300 si se trata de animales de entre 25 y 40 kilos. En la pradera común, el costo es de $ 3.800 para las mascotas que pesan menos de 10 kilos y $ 5.200 para las de mayor tamaño.

La principal diferencia entre los sectores de entierro radica en la cercanía con la entrada, el enjardinado que presenta y el pago mínimo que el cliente debe abonar cada mes para que su mascota permanezca identificada. Ese costo va de $ 95 a $ 140.

La opción de cremar a una mascota, en lugar de enterrarla, es la más cara. Va desde $ 5.500 hasta $ 8.500, dependiendo de la empresa.

Ambas brindan la opción de realizar una afiliación previa pagando entre $ 50 y $ 90 pesos por mes, para aquellos animales que tienen menos de 7 años, mientras que para los mayores de 8 años —en el caso de Jardín de las Mascotas— se afilia únicamente pagando 10 cuotas de $ 380. También se puede contratar el servicio en el momento en el que muere su mascota.

IMM tiene un servicio gratuito de necropsia

En el caso de que la persona no quiera enterrar ni cremar a su mascota cuando fallece, la Intendencia de Montevideo (IMM) cuenta con un servicio de retiro. Lo mismo en el caso de que se encuentren animales muertos en la vía pública. Es un servicio gratuito y se solicita llamando por teléfono al 1950 3000 opción 3.

Allí el interesado debe indicar los datos personales y el lugar donde quiere que sea retirado el animal. El funcionario municipal le dará un número de reclamo, que le permitirá rastrear el mismo ingresando a la página web o llamando nuevamente a la IMM. Una vez que el animal es retirado en un camión municipal, de inmediato es trasladado a la Usina 5 de Felipe Cardoso, donde es enterrado junto a los residuos urbanos. "Excepcionalmente, puede ocurrir que haya alguna enfermedad que llame la atención y la Universidad de la República solicita los restos de los animales para poder hacer algún seguimiento, pero algo así ocurre cada varios años", explicaron desde la IMM.

Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto
Cementerios: además de perros y gatos hay tortugas, hamsters, patos y ovejas enterradas. Foto: Fernando Ponzetto

FOTOGALERÍACAMILA BELTRÁN

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