El miércoles 1° de julio era el plazo de entrega del edificio donde funciona la embajada uruguaya en Buenos Aires a la Fundación Barceló. En una entrevista en 2014 con El País, el vicerrector de esa institución privada, Axel Barceló, explicaba que el plazo podría extenderse si Uruguay así lo necesitaba.

Dada la situación del mercado inmobiliario actual en Buenos Aires, que evidencia un estancamiento de operaciones, conseguir un nuevo espacio que albergue a la Embajada y al Consulado uruguayos en la capital argentina no es una empresa fácil, y motivo de esfuerzos por parte de la representación diplomática. Todas estas acciones son seguidas con atención desde Uruguay por parte de la Cancillería.

La idea de que tras la venta del edificio, la Embajada y el Consulado funcionaran en locales separados, como había sugerido el anterior embajador Guillermo Pomi, se descartó. Esa idea implicaba una reforma importante en la residencia del embajador, que es una casona histórica de la ciudad de Buenos Aires ubicada en el coqueto Barrio Parque porteño. También se descartó que el Consulado ocupara los pisos que el Banco República tiene disponibles en su sede del microcentro, porque esas oficinas están en pisos altos y dadas las necesidades de la operatoria consular se precisa que funcione en una planta baja.

"Todavía no tenemos novedades del cambio de sede de la Embajada; se está haciendo un intenso trabajo en el mercado inmobiliario y preparando un informe para las autoridades de la Cancillería uruguaya, en cuyo seno funciona la comisión que preside el secretario general, que será finalmente quien tome la decisión", expusieron a El País fuentes de la Embajada uruguaya en Buenos Aires, y señalaron que la Fundación Barceló comprende la situación y extenderá el plazo de entrega. "Se ha tenido y continúa teniendo una buena comprensión de la Fundación Barceló y en este momento se trabaja en precisar el plazo que solicitaríamos de prórroga del contrato de comodato oportunamente firmado", agregaron las fuentes de la representación diplomática en Argentina.

Para determinar dicho plazo ha de tenerse en cuenta que la mudanza demandaría al menos 20 días o un mes. A la espera de la concreción de ese nuevo plazo de entrega y mientras continúa la búsqueda de una nuevo edificio, el funcionamiento de la Embajada y el Consulado sigue con absoluta normalidad.

En octubre de 2012 el expresidente José Mujica autorizó la venta de la embajada en Buenos Aires y la residencia del representante uruguayo ante la ONU en Nueva York. El edificio de la embajada en Argentina lo compró en 2014 la Fundación Héctor Alejandro Barceló para el Desarrollo de la Ciencia Biomédica Argentina, que pagó US$ 12,5 millones. En ese momento operadores inmobiliarios argentinos estimaban que el valor del edificio era de unos US$ 17 millones y el Ministerio de Relaciones Exteriores explicó en una resolución que eligió la oferta de la Fundación Barceló porque era la más "conveniente desde el punto de vista cuantitativo, ya que superaba a las restantes propuestas", y además "cumplía con la aspiración de mantener la estructura actual del edificio y los murales".

La sede diplomática uruguaya se encuentra en el barrio Recoleta, uno de los más caros de Buenos Aires. El edificio tiene 12 pisos que albergan las oficinas de la embajada y las correspondientes a los servicios consulares, de agregadurías militares, turísticas y culturales. El edificio fue construido durante la dictadura militar (1973-1985), tiene una superficie de 6.839 metros cuadrados y consta de dos subsuelos.

Pedirán aplazar la entrega del edificio vendido en US$ 12,5: