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Sindicato de Alur ya aprobó el nuevo convenio

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ALUR y la política azucarera. Foto: Archivo El País

Los ajustes por la inflación serán cada 6 meses y no cada 2.

La asamblea del sindicato de Alcoholes del Uruguay (ALUR) decidió ayer por amplia mayoría aprobar un convenio salarial a dos años de plazo con ajustes cada seis meses por inflación. El presidente Vázquez había vetado un preacuerdo firmado por tres gerentes que suponía ajustes bimensuales por inflación, algo que claramente contravenía los lineamientos oficiales para las tratativas salariales. La decisión del Poder Ejecutivo llevó, además, a la remoción del gerente general de ALUR, Manuel González.

El convenio ratifica sí el pago de una extra del 70% los domingos y consagra las remuneraciones adicionales previstas en la recientemente aprobada ley de nocturnidad. Tendrá una vigencia de dos años.

El directorio de ALUR analizará hoy el acuerdo. Ruben Couto, secretario general del sindicato, dijo a El País , que a partir de ahora el gremio no actuará con la misma confianza y no dará por válidos acuerdos que no le conste que cuenten con el aval del directorio de ALUR. Cuando se supo que el presidente Tabaré Vázquez se oponía al preacuerdo el sindicato se molestó al igual que el Pit-Cnt, pero una reunión con la ministra de Industria, Carolina Cosse, y el hecho consumado de que el preacuerdo ya no tenía validez llevaron al sindicato a aprobar rápidamente el nuevo convenio y a descartar cualquier medida de protesta.

Hasta ahora los salarios de los trabajadores de ALUR se ajustaban cada dos meses por inflación. Couto insistió en que el nuevo acuerdo no supone ningún incremento en términos reales de los sueldos.

ALUR produce biocombustibles que vende a Ancap que los mezcla con nafta y gasoil y que es su único cliente en este rubro. Si bien arroja ganancias, la oposición la cuestiona porque entiende que Ancap le paga sobre precios.

La ministra de Industria, Carolina Cosse, dijo que pidió que se revisaran las remuneraciones de los gerentes. Y anunció que algunas subsidiarias de Ancap podrían cerrar. La rama de cemento está en serias dificultades y las plantas de Paysandú y Minas no producen. También tendría problemas para colocar su producción la planta de cal de Treinta y Tres que tenía como cliente la central eléctrica de Candiota. El senador del Partido Independiente, Pablo Mieres elevó un pedido de informes en el que preguntó si la planta continúa funcionando.

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ALUR y la política azucarera. Foto: Archivo El País

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