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En siete meses, liceales apenas cumplieron 100 días de clase

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Además de las jornadas de huelga, se perdieron clases por paros puntuales. Foto: F. Ponzetto
Liceo Miranda ocupado, ubicado en Hocquart 1587, ocupacion de centros de enseñanza publica en Montevideo, ND 20150811, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Archivo El Pais

La ola de paros, las vacaciones y los feriados, llevaron a que, a más de siete meses de comenzado el año lectivo, los liceos del Ciclo Básico sumen en el mejor de los casos 101 días de clase dictados. En lo que respecta a los alumnos de Bachillerato, tan solo alcanzan a 96. Los números corresponden a Montevideo.

En el interior, donde no hubo una huelga como la que protagonizaron los profesores capitalinos (de 17 días, o de 13 si no se cuentan los sábados y domingos), la situación es distinta: solo se perdieron cuatro días completos por medidas gremiales.

Llegar a 180 o 185 días de clase en Montevideo —como preveían las autoridades—, es difícil. Por más que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) haya resuelto esta semana suspender las vacaciones de septiembre, las cuentas no cierran. En Secundaria las clases suelen terminar en la última semana de noviembre, ya que en las primeras semanas de diciembre se abre el primer período de exámenes. Con este panorama, contando los feriados que quedan por delante y el paro del 17 de septiembre fijado por el Pit-Cnt, y arriesgando que no habrá más paros hasta que finalice el año lectivo —lo que es mucho arriesgar considerando la pelea por el presupuesto ahora en su etapa parlamentaria—, a fin de año los alumnos de Ciclo Básico en Montevideo llegarán solo a 150 días de clase, y los de Bachillerato a 145.

En algunos liceos, además, los alumnos van los sábados, pero se imparten más que nada talleres y se realizan actividades de integración. Luego de que la Asociación de Docentes de Educación Secundaria (ADES-Montevideo), decidió levantar la huelga el pasado 2 de agosto, la directora general de Secundaria, Celsa Puente, señaló que una solución para recuperar los días de clase perdidos podría ser la de extender el tiempo pedagógico de cada jornada. Los sindicatos salieron al cruce de inmediato. El presidente de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), José Olivera, advirtió a El País que el plan de la jerarca es "imposible de implementar", ya que los profesores suelen correr de un liceo a otro, y que cuando terminan un turno en una institución, enseguida comienzan otro.

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El panorama en algunos liceos de Montevideo es aún peor. En el liceo N° 50 de Casabó, los estudiantes perdieron una semana de clases ya en el mes de marzo, debido a que —luego de varios problemas de inseguridad— los profesores se negaron a dictar los cursos hasta que la ANEP se comprometiera a construir un muro perimetral. En marzo y abril también pararon y ocuparon en el liceo N° 70 del Cerro, docentes que reclamaron se cubran los puestos vacantes de psicólogos en la institución. En el liceo N° 19 de la Curva de Maroñas, a fines de marzo se suspendieron las clases por dos días y se llevó a cabo una movilización, luego de que se constatara la presencia de alumnos armados en el centro. En mayo pararon varios días en el liceo N° 11 del Cerro, por falta de agua. Un mes después, pasó lo mismo en el N° 38 de La Teja; los baños estaban sin agua. También hubo, a partir del mes de julio, antes de iniciar la huelga, varios paros parciales de una hora o zonales de días enteros, convocados por ADES con el objetivo de llevar adelante asambleas o movilizaciones.

Después están las movilizaciones estudiantiles. Una vez culminada la medida de fuerza de ADES, en liceos como el Zorrilla y el Miranda hubo ocupaciones de alumnos que impidieron continuar con las clases. En el último de estos dos, incluso, hubo un enfrentamiento entre estudiantes que querían tomar la institución a partir del 3 de septiembre —cuando se levantó la huelga— con otros que querían tener clases.

Desde hace tiempo, desde diferentes filas de los partidos políticos se habla de la posibilidad de fijar por ley una cantidad mínima de 200 días de clase. Lo dijo alguna vez el expresidente José Mujica, lo sugirió el presidente Tabaré Vázquez durante su campaña electoral, mientras que desde filas opositoras el senador colorado Pedro Bordaberry presentó al Parlamento un proyecto de ley, que desde el mes de febrero duerme en los cajones de los legisladores de la Comisión de Educación de la Cámara Alta.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) recomienda llegar a 210 días de clase anuales. En la mayoría de los países de América Latina los días están fijados con ley. En Argentina están previstas 180 jornadas; en Chile, Panamá y Venezuela, 190; en Bolivia, Brasil, Ecuador, México y Perú, 200; y en Costa Rica 205.

En Primaria.

A nivel nacional se perdieron cinco días en Primaria por medidas gremiales. Pero en la capital, hay que sumarle diez días más. De todas formas, la situación es distinta, las escuelas tienen más margen para recuperar días de clase.

La suspensión de las vacaciones de septiembre no cambia el panorama, pues estaban previstos solo tres días libres para los escolares, el 21, 22 y 23, y solo tendrán clase el 23, ya que el primer día hay Asamblea Técnico Docente y el segundo es el Día del Maestro. Sin embargo, como el fin de cursos estaba previsto para el 14 de diciembre, y los escolares no tienen período de exámenes, tienen margen para extender los días de clase hasta el 22.

"Como no tenemos determinado por el Codicen la fecha de fin de cursos, intentaremos que todo niño tenga la posibilidad de completar 180 días de clase", declaró ayer la presidenta del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Irupé Buzzetti, al portal de Presidencia. La jerarca de todas formas señaló que en los departamentos en los que más paros hubo —ya sea por la pelea presupuestal o por maestras que fueron golpeadas—, en Montevideo y Canelones, es difícil que se llegue a más de 176 o 178 días de clase. También advirtió que en varios departamentos del interior se podrá llegar a 188.

De todas formas, todo puede empeorar. Los gremios de la educación a nivel nacional se han mostrado más dispuestos al diálogo y a la negociación, pero los de Montevideo, en tanto, han decidido llevar adelante una pelea más beligerante. El reclamo principal es salarial. Piden 30.000 pesos nominales por mes, mientras el gobierno se compromete a llegar a 25.000 al final del período. Por otra parte, los gremios todos advierten, apoyados en un documento preparado por el exministro Daniel Olesker para el Instituto Cuesta Duarte del Pit-Cnt, que con las cifras actuales no se cumplirá la promesa de llegar al 6% del PBI al finalizar la era Vázquez, ya que a 2017 se alcanzaría solo al 4,7%.

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Además de las jornadas de huelga, se perdieron clases por paros puntuales. Foto: F. Ponzetto

Por la ola de paros se hace casi inviable llegar a los 180 días en Montevideo

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