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Siete ancianos muertos en hogar que no contaba con habilitación

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El piso de madera, las camas y los roperos hicieron que el fuego se propagara rápidamente. Foto: A. Colmegna
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En la residencia había 17 personas y una sola cuidadora cuando se desató el incendio.

Pocas tragedias de tal magnitud son recordadas por la Dirección Nacional de Bomberos en las últimas décadas. Y aunque todas duelen, el incendio del hogar de ancianos "La Época Dorada", en Millán y Cisplatina (barrio Atahualpa) generó una profunda sensación de impotencia, por no haber podido salvar a siete frágiles ancianos que murieron calcinados o por quemaduras en sus vías respiratorias, indefensos en la soledad de la madrugada.

Bomberos recibió la llamada de auxilio a las 5:56 de la madrugada de ayer y envió una dotación de 20 efectivos para apagar las llamas, dijo a El País la vocera, Mariela Vivone.

Cuando llegaron ya estaba la Policía evacuando a algunos ancianos, junto con civiles que se prestaron para una tarea tan arriesgada como heroica. Todo ocurría entre gritos desesperados de auxilio, lenguas de fuego que abrasaban todo a su paso y un humo irrespirable.

Se identificó a las víctimas como Cloris Da Silva (69, Areopagita Coitinho (96) Juan Pereira (76), María Vázquez (97), Ruben Cabrera (74) Francis Rojas (92) Ari Domínguez (83).

En el hogar había 17 ancianos y solo una mujer, socia del emprendimiento familiar, a cargo de los residentes.

El lugar había recibido dos inspecciones de Salud Pública desde 2014 hasta la actualidad, y no se encontraron deficiencias de importancia. "Los ancianos estaban limpios y cuidados", dijo Raquel Rosa, subdirectora de Salud del MSP, que no tenía oficialmente habilitada la residencia.

De hecho, al no contar con habilitación de Bomberos, "no podía funcionar", señalaron anoche jerarcas del MSP y de Bomberos.

Bomberos elevará en esta jornada un informe primario a la jueza María Larramendi, quien ayer interrogó a los responsables de la residencia y a familiares de las víctimas. El director nacional de Bomberos estimó que el informe técnico definitivo estará pronto en unos 15 días.

El hogar era regenteado por una familia y estaba registrado como una organización sin fines de lucro.

La madre, Célica, de 70 años, y su hija Julia, que estaba a cargo esa noche de los residentes, quedaron emplazadas y comparecerán hoy ante la jueza María Noel Odriozola. Las otras tres socias son Alejandra (hija de Célica), su cuñada y la hija de Alejandra, que no han sido indagadas por la Justicia.

Día de la madre.

El domingo, víspera de la tragedia, "varios familiares habían acudido" al hogar, confirmó Alejandra a El País. De acuerdo con su versión, el inicio del fuego se produjo por una colilla de cigarrillo que quedó encendida. Ese testimonio provino de su hermana Julia, que estaba a cargo del hogar esa madrugada.

"En el cuarto donde comenzó el fuego estaba una señora que el domingo recibió la visita de su hija", por el Día de la Madre. "Le dejó un encendedor y cigarrillos, porque era fumadora. Nosotros habitualmente le prendíamos los cigarros, para evitar cualquier problema de este tipo, pero bueno, ahora pasó esto", indicó.

Al parecer, según el testimonio de Alejandra, "el cigarrillo cayó sobre un colchón que tomó fuego, y la situación se fue de las manos".

El Ministerio de Salud Pública indicó que está prohibido fumar en los espacios interiores de esas residencias, como en cualquier ambiente cerrado (salvo las cárceles y centros psiquiátricos).

Otra versión señala que el fuego podría haberse originado en una estufa de gas.

Juan Pennino, un taxista que pasaba por el lugar en el momento del incendio, y que se detuvo a ayudar antes que llegaran los Bomberos, declaró a la agencia EFE que una de las ancianas que sobrevivieron le comentó que se había prendido fuego la estufa.

"En la zona había un vigilante, tiramos la puerta abajo y sacamos a un anciano que ya estaba con la espalda y una mano quemadas. Otra anciana que había salido comentó que una señora dejó la estufa prendida".

Todos los testigos consultados coincidieron en señalar el buen trato que se les dispensaba a los ancianos en la casa. Los pacientes pagaban mensualmente entre $ 6.000 y $ 13.000.

El hijo de Mario Suárez, de 88 años, uno de los residentes que sobrevivió a la tragedia, relató a El País que tiene una relación de hace casi 15 años con las encargadas del local. "Primero estuvo mi madre, por eso mi vinculación de tantos años. No tuve ningún tipo de queja de su parte, siempre el trato fue muy bueno. Después, cuando mi madre ya había fallecido y mi padre no se podía valer por sí solo, no dudé en traerlo para acá. Hacía más de dos años que estaba", anotó.

Gustavo Pereira, hijo de Juan Pereira (76), una de las víctimas fatales, dijo a El País que su padre era "tratado muy bien por todas las mujeres que trabajaban ahí; siempre estuvo bien cuidado. Es más, antes estaba internado en el Hospital de Clínicas y casi lo saco muerto, pe-ro cuando lo llevé al hogar se recuperó".

Pereira comentó que "sin habilitación de Bomberos, o con habilitación, el incendio iba a ocurrir igual, eso no tiene nada que ver y tampoco empaña el trabajo que las mujeres llevaban adelante día tras día".

El hogar tenía un "régimen abierto" de visitas y "eso, a un familiar le permite venir y controlar. Se puede ver cómo los cuidan, qué tipo de comida les dan, si tienen abrigo o no, todo eso. Eso lleva a crear confianza en el lugar. Yo la tenía y la sigo teniendo", agregó.

Mario Suárez tal vez salvó su vida por el lugar en el que dormía en la fría madrugada.

"El cuarto estaba al fondo, tal vez fue eso lo que le permitió salir con vida, aparte de la ayuda de las personas que tengo entendido dieron una mano bastante grande. No sé todos los detalles porque a mí la Policía me notificó cerca de la diez de la mañana", indicó.

En medio de todo el caos, otro de los ancianos que logró salir con vida volvió al hogar con un familiar a buscar sus lentes, que "le habían quedado adentro". No pudo hacerse de ellos, un vallado policial impedía el paso a la propiedad donde los técnicos de Bomberos hacían el relevamiento.

Habilitación.

El director nacional de Bomberos, Leandro Palomeque, confirmó en la tarde que el local no tenía habilitación y que, por tanto, no podía estar funcionando.

Señaló que el trámite para obtenerla fue iniciado en agosto de 2014 y que quedó "colgado" el 12 de noviembre del mismo año, sin que los responsables del local hicieran más nada para levantar las observaciones que se le hicieron.

Palomeque indicó que el área declarada en la solicitud era inferior a la real y que el metraje exigía otros elementos de seguridad que la propiedad no tenía. También anotó que un trámite normal para obtener una habilitación puede concluirse "en tres o cuatro meses". El decreto 260/2013 especifica todos los detalles y requisitos para hacer el trámite.

Según los primeros relevamientos de los técnicos, "el fuego comenzó en una de las habitaciones más grandes que hay a nivel de la planta baja, de unos 20 metros cuadrados, y se propagó directamente hacia la habitación lindera. Por convección y radiación de gases, temperatura y concentración de humo, tomó la planta alta, que tenía tres habitaciones destinadas a dormitorios. En la planta baja había cinco dormitorios", explicó la vocera del cuerpo, Mariela Vivone.

"Donde se inició el fuego se encontró la mayor cantidad de fallecidos. Cuatro personas murieron carbonizadas y otras tres por quemaduras en las vías respiratorias. Por como se hallaron los cuerpos, se puede decir que hubo muy elevadas temperaturas", agregó.

Vivone no pudo confirmar el origen del fuego, "porque el trabajo pericial no ha concluido", pero si fue "por la imprudencia de un fumador, podría haber negligencia".

"Según lo que me manifestaron, una sola persona estaba custodiando los 17 ancianos. En este caso son personas de mucha edad; a mi criterio debería haber más personas cuidándolas", indicó.

Por su parte, el Ministerio de Salud Pública, más tarde, indicó que debería haber un funcionario cada 10 pacientes (ver nota aparte).

Inspecciones.

Según Alejandra, la socia de la residencia que habló ayer con El País, "acá todos los años cambiamos los matafuegos que son traídos por los mismos Bomberos. ¿Por qué dicen que no había habilitación cuando los propios Bomberos vienen a reponer los matafuegos, como indica la ley?".

"Acá han venido funcionarios del Mides y Salud Pública a inspeccionar. Nadie nos dijo que no podíamos funcionar".

Alejandra contó que fue su hermana Julia quien "sacó a todas las personas por el fondo de la casa, ella los cinchó y las pudo ir sacando, porque si no se morían todos; hasta ella misma".

Aunque el incendio se produjo de madrugada, contó que la encargada estaba despierta.

"Fue a cambiar pañales en la madrugada y vio que había fuego en la planta baja, arrancó el colchón de la cama, lo quiso sacar del cuarto, pero el humo no la dejó. Eso empezó a agarrar todo, los muebles, el piso, la ropa". Alejandra aseguró que "matafuegos teníamos, pero no se llegaron a usar, supongo que la desesperación del momento hizo que se sacara a la gente primero antes que ir a buscar el bomberito".

También indicó que "nosotros hicimos un curso en Bomberos para este tipo de casos".

Julio Bango, a cargo de la Dirección Nacional de Cuidados, fue consultado ayer por El País pero indicó que no iba a hacer declaraciones.

(Producción: Diego Píriz, José Aguiar, Andrés López Reilly y Pablo Melgar)

"No tenía detectores de humo ni bocas de incendio".

Mariela Vivone, vocera de Bomberos, informó a El País que "la residencia había iniciado los trámites de habilitación de bomberos en agosto de 2014, pero no había cumplido con todos los requisitos necesarios". Entre otros, carecía de detectores de humo y de bocas de incendio. Según Bomberos, el trámite había quedado "congelado" en noviembre de 2014, cuando los técnicos comprobaron que la residencia tenía un metraje superior a 400 metros cuadrados que se habían declarado, lo cual exige un informe técnico especial, de acuerdo con la normativa vigente (regulada por el Decreto 260/2013). "En la casa había entre 4 y 5 extintores de incendios, uno en la planta alta y los restantes en la planta baja. Uno de ellos se quemó totalmente, y los otros no se usaron", indicó Vivone. También señaló que había "algo de cartelería sobre cómo actuar en caso de incendio".

Investigan si la causa fue un cigarrillo.

Se maneja como una de las hipótesis que el fuego haya comenzado por un cigarrillo mal apagado que quedó sobre la cama de una de las ancianas que vivía en el hogar "La Época Dorada". Según indicaron a El País trabajadores de la residencial, la mujer que era fumadora "prendía los cigarrillos con un encendedor que le daba el hogar, pero el domingo, el Día de la Madre, una de sus hijas le regaló uno junto a una caja de cigarros; no pudimos controlarla cuando estaba fumando".

Residencia era empresa familiar.

La residencia "La Época Dorada", que no tenía cartel en la entrada, funcionaba desde hace varios años, pero en 2014 fue adquirida por la familia compuesta por cinco mujeres que hoy la dirige: una madre, dos hijas, una nuera y una nieta.

Contaba con 17 residentes. La misma familia posee, en el padrón lindero, una pensión adonde ayer fueron trasladados transitoriamente los ancianos evacuados, que luego fueron derivados a otros centros de salud y casas de familiares.

Residencias funcionan sin tener habilitación.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) admitió que el trámite para habilitar los hogares de ancianos se inicia cuando los adultos mayores ya están residiendo en esos sitios, según el director de Salud, Jorge Quian.

El jerarca encabezó anoche una conferencia, junto a la subdirectora, Raquel Rosa, para exponer la versión del Poder Ejecutivo sobre la tragedia del barrio Atahualpa.

"El Ministerio no habilita hasta que se cuenta con la habilitación de Bomberos. En tanto, no hay lugar donde dejar a estos ancianos y lo que hacen el MSP y el Mides es acompañar para lograr la mejor atención y asistencia de estas personas", afirmó Quian.

La subdirectora Rosa informó que el hogar "La Época Dorada" estaba a cargo de una organización sin fines de lucro que se presentó ante el Mides cuando ya tenía personas en el lugar.

"Mediante un oficio del Mides se tomó contacto para realizar este proceso de seguimiento. Desde 2014 fue visitado en dos oportunidades, tenía algunas deficiencias que tenían que ver con la medicación y la dirección técnica. Los ancianos estaban limpios y cuidados. En estos años hicieron acciones de mejoras", explicó la funcionaria.

Rosa también dijo que se requiere la presencia de un funcionario cada 10 pacientes; en el caso del hogar donde ocurrió la tragedia había una persona para atender a 17 residentes.

Mides: hay 180 hogares de ancianos con "déficit".

En octubre del año 2015 el diputado nacionalista Martín Lema presentó un pedidos de informes al Mides para conocer la forma en que se estaban inspeccionando los establecimientos que prestan servicios para adultos mayores.

La iniciativa del legislador partió luego que la propietaria de un geriátrico de Salto fuera procesada con prisión por el maltrato al que sometía a los ancianos.

La respuesta llegó en diciembre y no conformó a Lema, por lo que realizará otro pedido para ampliar la información.

En el informe del Mides se destaca que de las 1.114 residencias y hogares de ancianos existentes, el Mides encontró que 396 establecimientos se encuentran en condiciones adecuadas, 538 en una situación "intermedia" y 180 presentan "distintos niveles de déficit".

"Si se han aplicado 48 sanciones y hay 180 hogares con niveles de déficit, ¿qué medidas adoptaron en los lugares más precarios?", se preguntó Lema.

Desde enero de 2014, cuando el Mides asumió competencia en el tema, hasta la confección de la respuesta, la secretaría de Estado realizó 2.492 visitas de inspección. Tras ellas aplicó un total de 48 sanciones, 31 de ellas fueron apercibimiento, 13 de suspensión de actividades y 4 de clausura definitiva. La respuesta del Mides incluía un cuadro donde informaba que 12 establecimientos fueron habilitados por el Mides; no aparece "La Época Dorada".

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El piso de madera, las camas y los roperos hicieron que el fuego se propagara rápidamente. Foto: A. Colmegna

LA RESPONSABILIDAD DE LAS INSTITUCIONES

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