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La ruta de los billetes falsos

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Pesos y dólares que llegaron el último mes a Cambio Obelisco, en diferentes días. Foto: M Bonjour

Más de siete millones de pesos apócrifos fueron impresos en los últimos dos años.

Una mujer de unos 30 años entró hace unos meses en la rotisería "Lo de María". Se paró frente a la heladera y observó las comidas disponibles del día. Pidió el menú y sacó un billete de 500 pesos para pagar. El encargado del local, ubicado en Gonzalo Ramírez y Minas, recibió el billete enrollado en forma de acordeón, según lo describió. Al verlo tan arrugado, dudó sobre su autenticidad. Cuando lo levantó para observarlo a trasluz y corroborar que tenía la marca de agua de Alfredo Vásquez Acevedo, detectó en el lugar el rostro de Juan Zorrilla del San Martín, que aparece en el de $ 20. El responsable del comercio no aceptó el billete y le dijo a la clienta: "Esto no te lo van a aceptar en ningún lado". Se lo devolvió y la mujer se fue.

Al no haber denuncia ni retención de ese papel, el hecho no fue denunciado en ningún organismo y siguió su curso. El Banco Central del Uruguay (BCU) solo los recibe desde los bancos o instituciones financieras no bancarias. El año pasado detectaron 3.612 billetes falsos. En 2015 habían sido 5.124.

Según el BCU, la cantidad detectada solo equivale al 0.01% de los billetes que están en circulación. Si se cuantifica el monto en moneda nacional, entre 2015 y 2016 los billetes falsos que llegaron a circular en el país representaron $ 7.134.190.

No solo son pesos uruguayos. Los falsificadores también adulteran dólares. El año pasado, el BCU encontró 5.124 billetes apócrifos de la moneda estadounidense. En 2015 fueron 4.598.

A mayor valor del billete, más falsificación detectada. El preferido para engañar a los comerciantes y cajeros de cambios y bancos es el de 1.000 pesos; le sigue el resto, con orden de valor descendente. Del de 2.000, con menos circulación que el resto, solo hubo tres denuncias en dos años. En dólares, el preferido es el de 100, que luce el retrato de Benjamin Franklin en el anverso.

¿Cómo falsifican?

Papel de calidad similar al papel moneda y un sello que les permitía crear la marca de agua de los billetes fueron los instrumentos que se encontraron cuando la Policía allanó la casa de un falsificador en agosto del año pasado. El juez penal Pedro Salazar procesó con prisión a dos hombres y una mujer tras una investigación realizada por efectivos del Departamento de Delitos Financieros de la Dirección de Crimen Organizado e Interpol. En el procedimiento también participaba un niño de 12 años.

Si esa plata espuria llega a las manos de un cajero de un banco o una institución financiera no bancaria, la normativa del BCU les pide que retengan el billete y solicita los datos al "poseedor", según consta en el artículo 49 de la normativa del organismo.

Todas estas firmas están en permanente alerta. El encargado de una entidad financiera de Paysandú afirmó a El País que un banco privado le avisó que en Semana Santa estaban circulando billetes falsos de 2.000 pesos. Según dijo, eran billetes originales de 20 lavados con un ácido y sobreimpresos como si fueran de 2.000. La apariencia era casi perfecta.

"¿Cómo nos dábamos cuenta? Porque el mapa de Uruguay estaba un poco corrido a la derecha", relató.

El cambio Obelisco, en el Centro de Montevideo, tiene un promedio de tres episodios al mes. El último ocurrió pocas semanas atrás.

A los ojos de una persona no habituada a tratar con dinero, parece un billete real. "Estos son fotocopias. Son malos, pero malos de verdad", indicó Luis Padrón, director del cambio, exhibiendo billetes de 1.000 pesos, de 50 y de 100 dólares.

Una de las fórmulas que más utilizan los que intentan engañar es pagar con fajos de billetes. "Ahí pueden agarrar a algún funcionario dormido", señaló Padrón, que también es presidente de la Asociación Uruguaya de Casas de Cambio Autorizadas, que nuclea a 49 casas de todo el país.

Tiene historias de todo tipo. En una oportunidad un cajero detectó la falsedad del dinero, el cliente dejó la plata en el mostrador y salió corriendo del local.

En marzo del año pasado aparecieron dos billetes similares en dos locales de Red Pagos de un mismo barrio. Tras una investigación interna, se enteraron que un hombre se realizaba giros a sí mismo.

"Pagaba con billetes falsos y luego recibía el giro con billetes verdaderos", indicó Miguel Pera, gerente de seguridad del local de cobranzas. Esta situación también se repitió en otros locales de cobranza. La Justicia actuó y la persona fue procesada con prisión.

Los cajeros utilizan técnicas enseñadas por los locales y por el propio BCU. Una de las máximas para descubrir un origen espurio es no dudar. "Si lo mirás hasta tres veces, te empezás a convencer de que puede ser dudoso. Al primer golpe de vista ya te tenés que dar cuenta si es verdadero o no", afirmó Padrón.

Pymes afectadas.

En los pequeños comercios también ocurren episodios de este tipo. En un kiosco de Gonzalo Ramírez y Lorenzo Carnelli tienen una máquina que permite verificar si el billete es verdadero o falso. Si bien son casos aislados, de dos a tres veces por año, uno de sus encargados encontró un patrón de comportamiento común entre los que manejan esta plata "sucia": "Suelen agarrar tres productos con mucha velocidad e intentan pagar con un billete de 1.000". En todos los casos ocurridos, no aceptaron la compra y dejaron marcharse a la persona.

También pasa que la víctima, sin querer, se convierte en victimario. Hace tres semanas, a una de las encargadas de la herbo-rotisería Madre Tierra, en la calle Gaboto, le pasó desapercibido un billete falso que le pagó un cliente, hasta que fue a pagar el servicio de UTE en un Abitab con ese dinero y se lo retuvieron.

En general, opinó Padrón, estos billetes se detectan cuando una persona va a pagar a redes de cobranza con gente mucho más capacitada en discernir su autenticidad o falsedad. "Cuando te dan el cambio en una estación de servicio o en un boliche no te fijás si es falso", explicó.

Destino final.

Luego que el BCU retiene un billete y detecta su falsedad, realiza una denuncia en la Dirección Nacional de Policía Científica. Esta área tiene un departamento, el de Documentología, encargado de periciar esos papeles adulterados. Su encargado, Martín Figueroa, dijo a El País que le llegan billetes unas 10 veces por semana.

En las pericias, la primera inspección es ocular, la segunda con lupa y en tercer lugar utilizan un video espectro comparador, que detecta distintas tonalidades de las tintas utilizadas. Este aparato, que también es utilizado para analizar cédulas de identidad y pasaportes falsos, busca el análisis desde el punto de vista químico. Ahí la confirmación es total.

Luego, se espera una orden judicial para la destrucción del billete.

"Se lo tritura", explicó el BCU.

El billete que más circula en el país es el de $ 1.000.

En Uruguay aumentó la circulación de billetes físicos. En 2016 hubo 143.399.569 billetes que circularon en el país, lo que mostró un incremento del 0,4% respecto al año anterior (circularon 142.795.142). El que más circula es el billete de 1.000 pesos (más de 36.200.000 de unidades), seguido por el de 20 (casi 35.000.000). Luego aparece el de 100 (23.000.000), el de 50 (casi 16.000.000), de 500 (13.300.000), de 200 (9.800.000) y de 2.000 (9.130.000). El BCU, al momento de diseñar nuevos billetes, "fortalece las seguridades", indicaron.

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Pesos y dólares que llegaron el último mes a Cambio Obelisco, en diferentes días. Foto: M Bonjour

LOS APÓCRIFOS DESCONOCIDOSJUAN PABLO DE MARCO

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