También colocaron guardias parados sobre tarimas para controlar la seguridad del lugar.

Utilizar el transporte colectivo para salir de Montevideo rumbo a las llamadas "ciudades dormitorio" tiene varios problemas, uno de ellos es la seguridad.

Al finalizar la jornada laboral entre 18.000 y 20.000 personas se acercan a la Terminal Baltasar Brum, más conocida como Río Branco, para volver a sus hogares. Muchos usuarios y trabajadores han sufrido arrebatos en el entorno de la terminal.

Desde su inauguración, en el año 1992, el recinto estuvo rodeado de un pequeño muro de ladrillos y tenía cuatro bocas de entrada para el público. Ahora las cosas cambiaron.

El año pasado, la administración instrumentó una serie de obras para dotar de mayor seguridad al principal punto de partida del transporte suburbano de la zona metropolitana.

A primera vista, se puede observar que se instalaron rejas pintadas de gris sobre los muros y se redujo a dos las entradas al recinto. En las antiguas entradas se colocaron portones que están cerrados con candados. Además, todo el complejo cuenta con un servicio de video vigilancia durante las 24 horas.

Dentro de la terminal dos guardias de seguridad privados han sido apostados sobre tarimas en el espacio de mayor movimiento de personas.

El gerente de la terminal, Jorge Hernández, dijo a El País que "nunca hubo un arrebato dentro de la terminal, los problemas ocurren en los alrededores". La decisión de colocar la reja, guardias y cámaras responde a una necesidad de "dar más seguridad a los usuarios", explicó el gerente a El País.

Sergio, un taxista que trabaja en una parada por la calle Galicia, entiende que las rejas fueron instaladas para poder agarrar a los ladrones que operan dentro de la terminal. Cree que las medidas implementadas han ayudado a bajar la inseguridad. De hecho la Policía incrementó el patrullaje y el Municipio B podó árboles para facilitar la iluminación de las calles laterales de la terminal.

Alberto y Carlos son choferes. Están esperando para tomar su turno y salir hacia distintas localidades de Canelones. Coinciden en que la terminal es "una zona brava".

"Pasa mucha gente por acá y hay muchos refugios del Mides en el barrio. También hay una barra que para en la esquina de Río Branco y Galicia que da miedo", aseguró Carlos.

Los dos choferes estiman que la terminal ya se encuentra "saturada" y que habría que pensar en trasladarla. Creen que un lugar "ideal" para ello sería la antigua y abandonada estación central de AFE.

La terminal Baltasar Brum registra en promedio unas 2.000 salidas por día. No hay llegadas de pasajeros.

Los servicios que hacen la ruta desde el interior hacia Montevideo y llevan en su cartel indicador el destino "Río Branco" bajan a sus pasajeros en la vereda de la calle Andes. Eso incluye a quienes toman el ómnibus desde el aeropuerto de Carrasco.

Cada jornada laboral pasan por el lugar entre 18.000 y 20.000 personas, según datos del consorcio privado que administra el servicio a los que accedió El País.

Un 75% de los viajeros se desplaza por razones laborales y un 11% por razones de estudio, de acuerdo a una encuesta realizada en el año 2011, la última disponible.

La mayor parte de los usuarios sube a los ómnibus suburbanos en las sucesivas paradas instaladas fuera de la terminal y a lo largo del recorrido.

Los vecinos del barrio han reclamado ante el Municipio B un mayor control de los ómnibus en el entorno de la Terminal de Ríos Branco. El alcalde Carlos Varela confirmó a El País que se ha buscado alcanzar un acuerdo con los transportistas para que no realicen la limpieza de los coches en las calles circundantes a la terminal. Varela reconoció que el número de ómnibus que utilizan el espacio se ha ido incrementando con el pasar de los años y el espacio disponible se ha mantenido igual. Se han estudiado algunos proyectos para trasladar la terminal pero no hay nada resuelto.

MEDIDAS DE SEGURIDAD EN EL CENTRO