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Rechifla a Boudou, reflejo del diálogo roto

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El vicepresidente argentino fue procesado por la Justicia de su país. Foto: M. Bonjour
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Cuando el vicepresidente argentino, Amado Boudou, subió al estrado ubicado en Plaza Independencia para saludar al presidente Tabaré Vázquez, recibió una rechifla general de parte de los asistentes. La presencia del jerarca argentino, procesado en su país por actividades ilícitas, causó molestia no sólo en el público; también lo hizo en el nuevo gobierno.

Refiriéndose a la participación de Boudou en el acto de asunción de Vázquez, el vicepresidente Raúl Sendic dijo que "en lo personal" hubiese preferido contar con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ayer. Pero la mandataria podía justificar su ausencia por el comienzo de las sesiones legislativas en el Congreso argentino.

El relacionamiento con Argentina preocupa al nuevo gobierno. Ya ayer, el canciller Rodolfo Nin Novoa informó que buscará un encuentro esta semana con su par Héctor Timerman en Buenos Aires.

Según dijo, el objetivo será "mejorar nuestras relaciones" ya que con Argentina "tenemos una hermandad histórica". "Vamos a poner lo mejor de nuestra fe", aseguró Nin Novoa.

A su vez, Sendic sostuvo que intentará generar una reunión entre Vázquez y Fernández con la misma intención de mejorar el vínculo entre ambas administraciones. Boudou señaló ayer que aguarda que haya una continuidad en el relacionamiento con el gobierno uruguayo y se logren superar los problemas del vínculo bilateral.

Pero el antecedente de la anterior presidencia de Vázquez y su relación con la conducción kirchnerista no es bueno y es fácilmente previsible pronosticar un relacionamiento distante en los próximos meses.

Más aún en el escenario de carrera electoral en el que se encuentra Argentina, donde es probable que Fernández le preste más atención a todos los frentes abiertos que tiene su gobierno hasta llegar a las elecciones (y en definitiva su sector político en la búsqueda de consolidarse en el poder) que a limar asperezas con su vecino del Río de la Plata.

Este año habrá recambio presidencial en Argentina y elecciones locales en cinco provincias (Chubut, Mendoza, Neuquén, Salta y Santa Fe) y en la Ciudad de Buenos Aires. Se esperaba su inicio en marzo, pero este verano la coyuntura generó un adelanto de la contienda electoral en la vecina orilla, que tendrá su punto cumbre el próximo 25 de octubre con la elección presidencial. El 10 de diciembre finaliza el mandato de Fernández. En ese escenario transcurrirán las relaciones entre Uruguay y Argentina los primeros meses de la presidencia de Vázquez.

Un clima frío y que se mantiene en el tiempo a pesar de una actitud más dialoguista con Argentina asumida por el saliente presidente José Mujica que, a pesar de su voluntad, no pudo remediar la relación crispada.

Durante el primer mandato de Vázquez, las relaciones estuvieron marcadas por el conflicto que se generó por la instalación de la planta de celulosa (Botnia en ese momento, ahora UPM) y la relación tirante con el presidente Néstor Kirchner, algo que continuó durante el mandato de Fernández.

Ese antecedente de dificultades con el kirchnerismo generó que el vínculo binacional estuviera en foco a lo largo de la presidencia de Mujica con diferentes idas y vueltas a la que se sumaron otros frentes, algunos de ellos de trayectoria histórica como los que se desprenden de la administración conjunta del Río de la Plata y el río Uruguay.

También las trabas que expuso el sector exportador uruguayo para ingresar al mercado argentino.

En el último tramo de la administración de Mujica surgió una nueva molestia del gobierno kirchnerista. El mandatario autorizó un primer aumento de producción a UPM en octubre de 2013 y eso irritó a la presidenta Fernández.

La respuesta no se hizo esperar y al mes siguiente la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables argentina prohibió que mercadería de su país realizara transbordos en puertos uruguayos. Esos movimientos habían generado un crecimiento de la actividad portuaria uruguaya. La explicación kirchnerista fue que con esa decisión no se buscaba perjudicar a Uruguay, sino fortalecer la actividad en puertos argentinos.

Oposición.

Es difícil que la administración kirchnerista asuma públicamente que la relación con Uruguay es la peor de los últimos tiempos. Sin embargo, la percepción es totalmente distinta en la oposición de la vecina orilla.

Sebastián Velesquen, asesor en Relaciones Internacionales del presidenciable por el Frente Renovador, Sergio Massa, expresó que "se ha dilatado y cortado literalmente todos los puentes con Uruguay, es algo totalmente impensado que Argentina y Uruguay tengan este nivel de tensión. No se puede concebir de otra forma que como un error geopolítico enorme con un socio estratégico para lo que es el fortalecimiento del Mercosur". Pero sostuvo que la responsabilidad de ese deterioro no es exclusivo de uno de los dos países y que el punto no es "ponerse a mirar quién tuvo más o menos culpas, sino ver cómo salir lo antes posible de esta relación y transformar toda esta agenda negativa que hemos tenido en algo totalmente positivo".

Velesquen añadió que "el nivel de tensión que se ha generado en estos 10 años en primera medida lo que amerita es un gran tiempo para sentarse, mate de por medio, y realmente volver a bajar a nivel cero la conflictividad para poder plantear conjuntamente una agenda positiva que haga que esto haya sido un mal trago en términos históricos".

Por su parte, Fulvio Pompeo, subsecretario de Relaciones Internacionales del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y asesor en esa materia para la candidatura presidencial de Mauricio Macri (PRO), consideró también que el vínculo con Uruguay durante el kirchnerismo fue de "altibajos" y signado por "el desencuentro" y "la incapacidad bilateral para resolver el conflicto por las pasteras".

Añadió que no se verán "grandes cambios en esta última etapa en las relaciones con ninguno de los países de la región desde el actual gobierno".

A su vez señaló que "Argentina y Uruguay son dos naciones hermanas, que comparten valores, tradiciones, cultura e historia y que la relación con Uruguay y los países del Mercosur será prioritaria en un gobierno del PRO".

El presidenciable y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Ernesto Sanz, dijo a El País que la relación entre Argentina y Uruguay durante el kirchnerismo ha sido "decepcionante", ya que "fue pobre y por momentos tensa cuando en realidad tuvo todos los ingredientes para ser positiva: un contexto internacional favorable para los países emergentes, gobiernos con ideas políticas convergentes y democracias maduras a ambos lados del río".

"Pasamos la mitad de los mandatos presos de un conflicto evitable que puso en evidencia las debilidades de los acuerdos regionales, y la otra mitad del tiempo sometidos a una política económica que, desde la Argentina, utilizó como factor de ajuste el comercio exterior, afectando principalmente a los países vecinos", agregó Sanz.

Sostuvo que "seguramente en estos diez meses la relación seguirá pasando desapercibida" debido a que "la dinámica política argentina interna es de una intensidad tal, que no veo márgenes para cambios significativos entre un gobierno que tiene otras prioridades, como el argentino, y un gobierno que sabe que pronto cambiarán los interlocutores de este lado, como en el caso uruguayo".

A pesar de ello, Sanz expuso que "la relación entre Argentina y Uruguay está destinada a ser buena" y que a través del diálogo se puede llegar a un vínculo de "complementación". Consideró que de llegar a la Presidencia con Vázquez "tendríamos, con certeza, la mejor predisposición de solucionar estos problemas que fueron parte de una coyuntura y un contexto, que no estarán presentes". (Producción: Victoria Molnar, corresponsal en Argentina).

Las dudas con Argentina

Los primeros movimientos de Vázquez en torno a la relación con el gobierno argentino se dieron en campaña, durante una actividad de cierre de la fórmula Vázquez - Sendic en Buenos Aires.

Además de las oratorias, Vázquez mantuvo reuniones con el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien también estuvo presente en Uruguay cuando Vázquez fue elegido en las urnas como nuevo presidente. En esa oportunidad, también recibió una llamada de felicitación de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Las felicitaciones se extendieron en las redes sociales cuando Fernández, a través de su cuenta en Twitter, escribió: "Felicitaciones a nuestro hermano pueblo de la República Oriental del Uruguay por una jornada electoral en paz y un nuevo triunfo democrático". En otro tuit, la jefa de Estado felicitó a Vázquez, "con quien me comuniqué hace un rato para enviarle los saludos del pueblo argentino". También saludó al entonces vicepresidente electo, Raúl Sendic, "por el triunfo". Por último, escribió: "El presidente electo, Tabaré Vázquez, ya me adelantó sus deseos de concretar una pronta visita a nuestro país".

Pero ahora, con Vázquez ya asumido como presidente, habrá que ver cuáles son los contactos que se establecen. Por lo pronto ayer, la presencia del vice argentino Amado Boudou en el acto de asunción de mando no pareció ser el mejor puntapié inicial para superar el distanciamiento político entre ambos gobiernos. Otros aspectos que marcarán el vínculo entre ambas administraciones serán la nueva Cancillería que pasó a manos de quien fuera vicepresidente en el primer gobierno de Vázquez, Rodolfo Nin Novoa, y también el rol que cumplirá Héctor Lescano que ocupará el cargo de embajador en Argentina en sustitución de Guillermo Pomi.

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El vicepresidente argentino fue procesado por la Justicia de su país. Foto: M. Bonjour

el público le hizo sentir al vice argentino el malestar uruguayo con los K

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