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Ratas “deprimidas” prefieren el alcohol al agua, según estudio

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Restricción. La aplicación de la ley se hará sentir en el consumo de bebidas alcohólicas en restaurantes y boliches. (Foto: Archivo El País)

Investigan si el estado de ánimo de los jóvenes influye en el consumo.

El 18% de los uruguayos entre 18 y 30 años declaró que toma alcohol de dos a tres veces por semana, según datos preliminares de una encuesta nacional que realiza la Facultad de Psicología en el marco de una investigación que busca conocer la relación entre los trastornos del estado de ánimo y el consumo.

“Es un problema epidemiológico en esta población en Uruguay”, comentó Paul Ruiz, psicólogo y docente de la Universidad de la República que realiza esta encuesta para su tesis doctoral junto a la Universidad Nacional de Córdoba de Argentina, la Facultad de Veterinaria y el Instituto Clemente Estable.

El estudio, que por ahora viene encuestando a 1.240 personas desde marzo, muestra que el 25% de los jóvenes tuvo algún episodio de intoxicación. “Quiere decir que se emborrachó o llegó a algún episodio de coma etílico”, puntualizó Ruiz.

La encuesta también revela que la bebida preferida por esta población es la cerveza. El 53% confesó que es la que más toma, seguida por el vino (13%), vodka (9%) y fernet (6%).

Un dato “preocupante”, según calificó Ruiz, es que el 5% de los encuestados aseguró haber conducido un vehículo bajo los efectos del alcohol.

Para tener acceso a la encuesta, haga click aquí.

Objetivos.

Para conocer de mejor modo esta relación, Ruiz se propuso investigar este tema en ratas en la Facultad de Veterinaria.

Estudiaron dos series de ratas: unas deprimidas, a las que les inyectaron una droga que simula los estados fisiológicos de una persona en ese estado. Luego de 22 horas de encierro, a las ratas se les proporcionó una columna de agua y una columna de alcohol.

Lo que comprobaron es que cuando el animal está deprimido, prefiere tomar más alcohol que agua. “Cuando no está deprimido, prefiere tomar más agua que alcohol”, puntualizó Ruiz.

Aún no se estudió este rasgo en humanos ya que es “más complejo” e implica analizar un mayor volumen de datos, algo que terminará haciendo hacia el final de su tesis doctoral. De todas formas, según su estudio en ratas y en otros que se han hecho a nivel internacional, sabe que hay una “probabilidad” de que cuando “pasa una, pasa la otra”.

Consumo de alcohol.

Según este psicólogo, el consumo se suele estudiar a través de variables como la personalidad, genética y factores sociales.

Uno de los que más incide en los jóvenes es el factor social. Algo ya comprobado en estudios internacionales es que si una persona entra en contacto con una persona que consuma con mucha frecuencia, es probable que a corto plazo lo termine siguiendo.

Esto pasa, sobre todo, cuando hay más de dos personas. “Las personas que están tomando son una presión social para el no tomador”, comentó Ruiz y ejemplificó: “Si están todos tus amigos riéndose, haciendo chistes y tomando, tomando y tomando, vos tendés a tomar, tomar y tomar. El comportamiento del grupo, en este caso, es un factor de vulnerabilidad para consumir más alcohol e incluso intoxicarse con el consumo”, señaló.

En aumento.

Si bien esta es una de las primeras encuestas nacionales exclusivas sobre el consumo de alcohol en jóvenes, la Junta Nacional de Drogas viene estudiando este tema desde hace un tiempo junto a otras drogas.

En la encuesta divulgada este año se señala que la edad promedio de inicio de consumo de estas bebidas es a los 17 años.

En contrapartida de lo que sucede en el mundo, Uruguay aumentó el consumo de alcohol un 0,6% de 2014 a 2015, según una investigación publicada por Euromonitor International.

Durante todo el año, en el país se consumieron 42,5 litros per capita, por encima de los 35 litros que, en promedio, se tomaron en América Latina.

Este estudio señala que almacenes y pequeñas cadenas de supermercados, con alta penetración en barrios de bajos ingresos y que están extendidos por todo el país, han aumentado “lentamente” su volumen de ventas en el año analizado.

Sobre este punto, Ruiz cree que debería aplicarse algunas medidas. Por ejemplo, disminuir el número de comercios que vendan estas bebidas.

“Algo que se sabe, según investigaciones de otros países, es que si vos bajás la cantidad de lugares que venden alcohol la gente tiende a tomar menos. Cuantitativamente está comprobado”, manifestó el autor del estudio.

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Restricción. La aplicación de la ley se hará sentir en el consumo de bebidas alcohólicas en restaurantes y boliches. (Foto: Archivo El País)

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