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Proponen calles con los nombres de 14 policías caídos en acción

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La familia policial acompañando a un compañero caído. Foto: Archivo.
Sepelio de Carlos Rodriguez, policia muerto durante un tiroteo tras el hurto a un local de El Correo en Pocitos, salida desde la Jefatura de Policia de Mdeo., ND 20130806, foto Ines Guimaraens
Archivo El País

El edil colorado Tulio Tartaglia presentó un proyecto de decreto en la Junta Departamental para que 14 calles de Montevideo lleven el nombre de policías muertos en el cumplimiento del deber.

Cada año, la Intendencia de Montevideo le da denominación a unas 20 calles nuevas, se informó a El País desde la Comisión de Nomenclatura de la Junta. Cualquier particular o institución puede postular el nombre de una persona para una calle, aunque el requisito es que debe haber muerto por lo menos hace 10 años. Por eso, nombres "cantados", como Mario Benedetti, o China Zorrilla, no han podido ser utilizados.

El 5 de junio de 2013, Tartaglia solicitó al Ministerio del Interior que le remitiera información detallada de aquellos funcionarios "que hubieren muerto en circunstancias de cumplimiento de actos de servicio".

"Se especificó a la secretaría de Estado que proporcionara nombre y rango del funcionario policial, detalles de las circunstancias del deceso, de ser posible alguna referencia personal (edad, estado civil, familiares, etc.)", informó a El País el edil de Vamos Uruguay.

"Como es notorio, actualmente Montevideo tiene numerosas calles que se encuentran sin nombres o a la espera de uno definitivo. Consideramos ajustado a Derecho y de estricta justicia realizar desde esta Junta Departamental un homenaje a todo el Instituto Policial mediante la inclusión de algunos de sus miembros en el nomenclátor capitalino. Es una manera más de rendirles tributo y de agradecerles el sacrificio realizado", agregó el edil Tartaglia.

Víctimas de los Benavídez.

Los primeros policías que integran la lista del edil colorado son el subcomisario Washington Rodríguez, el oficial principal Walter Román, el cabo Daniel Núñez y el agente de primera Héctor Vargas, todos ellos ex funcionarios de la Jefatura de Policía de Montevideo.

El 25 de agosto de 1989, estos policías —junto a otros cuatro que resultaron heridos— seguían los pasos de la banda de los Benavídez, sospechosa de cometer varias rapiñas.

En las primeras horas de la mañana y luego de haber pasado horas controlando los movimientos de la vivienda ubicada en la calle Morelli 4247 casi Villagrán, ingresaron a la misma por un estrecho pasillo. Uno de los efectivos golpeó a la puerta, contestando del otro lado un niño. En determinado momento, se abrió otra puerta lateral, a espaldas de los policías, desde donde los Benavídez abrieron fuego a mansalva.

Los efectivos que aguardaban en apoyo de sus compañeros comenzaron a desplegarse y a solicitar apoyo, en tanto los asesinos iniciaban la huida por los techos de las fincas linderas.

Durante la persecución y tiroteo fue abatido uno de los hermanos, mientras los otros tres lograron escapar.

El operativo de búsqueda se amplió a varios puntos de la ciudad, logrando ubicar en el Cerrito de la Victoria al mayor de los hermanos, quien intentó oponer resistencia y fue abatido por los policías. El último de los Benavídez pudo ser detenido días más tarde en Florida. Años después, al salir de prisión, intentó asaltar una financiera y fue muerto al enfrentarse a tiros con un policía.

El caso más antiguo.

La lista también incluye el caso del agente Luis Alberto Cancela Britos, quien murió el 3 de noviembre de 1965, con 49 años, cuando trabajaba para la Seccional 14ª de Policía (actual 6ª).

Ese episodio comenzó cuando una persona denunció que en la calle Enriqueta Compte y Riqué unos hombres estaban cambiando las matrículas a un vehículo. Se dispuso que concurrieran al lugar los agentes Cancela y Meneses para verificar los hechos.

Dada la cercanía, fueron a pie y advierten que efectivamente el auto estaba en el lugar con dos personas en su interior. Un agente se aproximó por el lado de la calle y otro por la vereda. En una rápida maniobra, uno de los delincuentes descendió del auto y se dirigió hacia la calle Arequita, haciendo caso omiso al pedido de Meneses de que se detuviera. En ese momento, el que oficiaba de chofer se bajó del vehículo y le aplicó a Cancela un golpe en la cabeza con la culata de una pistola. Posteriormente, le disparó dos veces a quemarropa. Mientras tanto, Meneses era atacado a balazos por el otro hombre. Cancela fue trasladado al Sanatorio Español, pero ya era tarde.

Otro nombre sugerido para el nomenclátor capitalino es el del agente de primera Ricardo Miguel Lameira, asesinado en 22 de marzo de 1996 cuando salía de su casa hacia un almacén cercano y fue abordado por un grupo de delincuentes.

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La familia policial acompañando a un compañero caído. Foto: Archivo.

Nómina fue entregada por el Ministerio del Interior a edil de Montevideo

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