Un caso similar al que enfrentó a Bonomi con el Poder Judicial.

El 11 de marzo pasado, en una "salidera bancaria", varios delincuentes siguieron a un hombre en un auto y en una moto. Un menor fue internado por rapiña tras quitarle a golpes $ 50.000 con la ayuda de un cómplice. Otro de los sujetos que acompañó al adolescente, fue procesado por hurto y liberado. El caso generó una polémica entre el Ministerio del Interior y la Suprema Corte de Justicia. La Fiscalía General de la Nación emitió una resolución que criticaba a la fiscal del caso.

Casi un mes más tarde, el 8 de abril pasado, un individuo bien vestido, de unos 40 años, que saltaba de una "fila" a otra frente a los cajeros de la sucursal del Banco República de Paso de la Arena, identificó a una mujer que acababa de cobrar US$ 5.000 de una sucesión y salió del banco.

El sujeto la siguió en su auto, mientras en una moto de alta cilindrada un cómplice hacía lo propio. Cuando la víctima se bajó en su casa en el barrio La Aguada, uno de los delincuentes se bajó de la moto y le arrancó la cartera con el dinero mediante golpes y forcejeos.

Ambos casos son muy similares. Sin embargo, el final fue distinto. La Policía identificó al individuo que se encontraba dentro del banco. A pedido del fiscal Gustavo Zubía, la jueza Fanny Canessa lo procesó con prisión por coautoría de un delito de rapiña.

"El trabajo policial fue excelente porque lograron identificar al auto usado en el seguimiento de la víctima. Ello muestra que los delincuentes están organizados, cuentan con una gran cantidad de dinero (usan autos nuevos y motos de gran cilindrada) y tienen un perfil de clase media. No son planchitas con gorritas", expresó el fiscal Zubía. Enseguida agregó: "Ese individuo marcó a muchas víctimas dentro de los bancos. El negocio de la delincuencia es próspero. Por eso hay que actuar con mayor severidad".

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