Cuando Tabaré Vázquez llegó al gobierno en el año 2005, una de las primeras medidas que adoptó fue un acuerdo con el Pit-Cnt que incluía la ley de Fuero Sindical, que habilita a descontar directamente de los salarios la cuota sindical que abonan mensualmente los trabajadores.

Con esto los gremios lograron solvencia financiera, un viejo anhelo. Pero no todo es color de rosas. En los últimos años empezaron problemas en el manejo de las finanzas de algunos sindicatos. Hay casos que se hicieron públicos, como el de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP), donde se registraron pérdidas por 10 millones de pesos, o el del sindicato del Automóvil Club, que denunciaron irregularidades financieras en medio de un escándalo en el año 2013. Otros, en cambio, lo enfrentan silenciosamente pero los trabajadores viven momentos de verdadera tensión producto de los enfrentamientos.

En el sindicato del Instituto Nacional de Alimentación (INDA) hace tiempo que reina la desconfianza. Las dos últimas auditorías realizadas revelaron un desfasaje en la caja del sindicato. La última, a la que accedió El País, abarca el período 2009-2014, fue ejecutada por una contadora pública y arrojó que falta casi medio millón de pesos.

Varios trabajadores se desafiliaron del sindicato (hoy son solo unos 150 los afiliados) y denunciarán la situación penalmente para que la Justicia investigue. "Alguien tiene que hacer algo", se queja uno de los trabajadores del instituto en diálogo con El País.

Cada uno aporta mensualmente entre $ 80 y $ 100 y aseguran que el sindicato no tiene demasiados gastos.

"No tenemos sede, cuando hay que juntarse lo hacemos en el INDA, por lo tanto no hay gastos. Es solo alguna fotocopia", dice una trabajadora con indignación.

El sindicato del INDA, que está afiliado al Pit-Cnt, tiene varios años pero en el 2006, cuando varios trabajadores fueron presupuestados, tuvo un importante recambio generacional.

Desde hacía varios años y hasta 2014 estuvo presidido por un dirigente del Partido Comunista, que es señalado por varios funcionarios como el responsable de todos los males del sindicato.

En 2009 cuando se hizo la primera auditoría la documentación que presentó este sindicalista, según varios trabajadores, estaba "toda adulterada". "El libro de entrada y salida de la caja del sindicato nunca apareció", contó una funcionaria.

La primera auditoría, que también desapareció luego de ser presentada, reveló faltante de dinero, pero la mayoría de los trabajadores decidieron hacer borrón y cuenta nueva. "En ese entonces había mucha gente que lo apoyaba", explica.

El sindicalista, que ahora está en la mira, volvió a ganar la dirección del gremio en ese entonces y estuvo en el cargo hasta el año pasado, cuando se nombró una nueva comisión directiva, que está presidida por la encargada de una dirección del INDA. La mujer solicitó la última auditoria para aclarar los números ante sospechas de "manejos extraños".

"Otra vez falta dinero. Está vez casi medio millón de pesos. Hay varios que no queremos dejarlo pasar, queremos que se investigue a todos y es algo que nos excede, por eso vamos a ir a hacer la denuncia a Delitos Económicos en Jefatura", indicó el trabajador.

La escribana pública que realizó la última auditoria del sindicato del INDA asegura en el informe que entregó a los trabajadores que no pudo determinar cuánto dinero otorgó el sindicato en préstamos a trabajadores ya que no hay registros. Tampoco pudo determinar cuánto dinero recibió cada trabajador. La profesional hace una serie de recomendaciones para evitar que falte dinero a futuro y vuelve a pone en el centro de la cuestión los préstamos. "La autorización de dichos préstamos debería ser realizada con el consentimiento de más de una persona (...) la devolución de los préstamos deben hacerse vía transferencia bancaria", asegura la escribana.

Recomienda también que la cuenta bancaria del gremio debe estar a nombre del sindicato y no de una persona particular.

La última auditoría reveló que falta casi medio millón de pesos de la caja