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Policía tenía a su padre cautivo y encadenado

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En los fondos de esta casa tenía encerrado al padre en un inmundo habitáculo. Foto: L. Pérez

“¡Sacame de acá, por favor, sacame!”, gritaba desesperado.

Un funcionario policial de Salto fue enviado a la cárcel acusado de privar de libertad a su propio padre, a quien mantenía encerrado en un inmundo habitáculo, en condiciones infrahumanas y en un régimen de cautiverio, desde hacía mucho tiempo.

El asombroso caso salió a luz gracias a la intervención fortuita de un jardinero que estaba realizando podas en la casa contigua a la del efectivo del Ministerio del Interior. El lugar se ubica en la calle República Italiana, en el barrio Cerro de la capital salteña.

El trabajador se había subido a una escalera que recostó al muro lindero, para cortar las ramas de un árbol. Cuando se disponía a la tarea, escuchó un grito estremecedor: "¡Sacame de acá, por favor, sacame!".

El jardinero presenció entonces una macabra escena: en el interior de una casucha construida con recortes de madera y una reja en la puerta del encierro, se veía a un anciano semidesnudo, casi piel y huesos, clamando por ayuda. Estaba sucio, barbudo y descalzo.

El trabajador se asustó y corrió a denunciar la situación. Pocas horas después, un procedimiento policial en la finca, con orden de allanamiento mediante, permitió poner fin al calvario del hombre, y detener al hijo, un sargento de la Policía, de 41 años de edad y 15 de servicio en la fuerza.

Atado con cadenas.

El jefe de Policía de Salto, Heriberto Fagúndez, dijo al diario El Pueblo que la situación con la que se encontraron "era totalmente desagradable, la verdad nunca había visto algo igual, era horrible todo aquello, creo que los perros comían mejor que el pobre hombre".

Fagúndez confirmó el funcionario detenido, de iniciales J.E.C., además integraba el sindicato policial.

Si bien la médico forense dijo que el hombre cautivo dio a entender que estaba allí desde la época de las inundaciones, su situación podría datar de mucho más tiempo.

El padre, de 68 años, se encontraba atado con cadenas sujetas con un candado en el fondo de la casa. En el interior de la pieza enrejada había una cama de madera de una plaza con un colchón y una frazada. Desparramados por el piso se veían varias botellas de plástico vacías, un bowl de plástico y en un costado de la pieza, materia fecal, aparentemente humana.

La versión que el policía dio en el interrogatorio para explicar la insólita situación "no fue nada convincente", señaló Fagúndez.

La víctima fue derivada a un centro asistencial donde quedó internada debido a su estado de salud.

Ayer, la justicia penal procesó con prisión al policía por los delitos de privación de libertad y omisión de asistencia, por lo cual será remitido al módulo 11 del Complejo Penitenciario Santiago Vázquez (Comcar).

Los vecinos nunca antes habían escuchado nada que les hiciera sospechar de la situación que fue descubierta por el jardinero de la casa lindera.

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En los fondos de esta casa tenía encerrado al padre en un inmundo habitáculo. Foto: L. Pérez

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