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La Pifia

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El 22 de septiembre de 2014, con la primera vuelta electoral a la vista, el entonces ministro de Economía, Mario Bergara, salía al cruce de quienes desde la oposición alertaban sobre la fragilidad de la situación fiscal del país. Dijo que no había que hacer "drama", que el déficit estaba bajo control y era perfectamente "sustentable".

A comienzos de febrero de 2015, con las elecciones ya ganadas, el propio Bergara y el todavía presidente José Mujica aseguraban que el déficit fiscal del 3,5% del PIB era "controlable" y no debía despertar "alarmas". Admitían que se trataba del mayor déficit desde la crisis financiera de 2002 y que el panorama internacional planteaba "riesgos e incertidumbres", decían que no había de qué preocuparse.

Asumió el nuevo gobierno y el contador Danilo Astori volvió al Ministerio de Economía. El 9 de abril de 2015 el funcionario visitaba la sede del Pit-Cnt y tranquilizaba a la cúpula sindical, señalando que, incluso atendiendo las difíciles coyunturas que enfrentaban Argentina, Brasil y China, el déficit fiscal sería "manejable" y que el país crecería un 3% ese año.

El 16 de diciembre de ese 2015, Astori hablaba en ACDE y reconocía que la economía se estaba desacelerando. Todavía afirmaba que la economía crecería 2% ese año, porque "lo peor, ya pasó".

Ese mismo diciembre, en el Día del Exportador, Astori aseguraba que "el país no necesita un ajuste fiscal" y que quienes sostienen lo contrario muestran "ignorancia". La inflación, vaticinaba, cedería en 2016.

Empezó el nuevo año y el ajuste, tantas veces negado, llegó por la vía de fuertes aumentos en las tarifas públicas. Había que hacer caja. Había que tapar el desastre que obligó a capitalizar a Ancap. Y los desaguisados, que fueron varios, en Pluna. Y el despilfarro en publicidad oficial. Y el Carnaval del año electoral. Y el gasto público que, mientras duró la bonanza, se incrementó exponencialmente, creando cargos y más cargos de confianza, sumando a decenas de miles de personas a las planillas de funcionarios del Estado y gastando a cuenta.

¿Y ahora, qué dicen? ¿Quiénes eran los ignorantes? ¿Generaban una alarma innecesaria los que durante la última campaña electoral advertían del difícil escenario fiscal en que el gobierno de Mujica (con Astori como vicepresidente) dejaba al país? ¿O no estaban sino diciéndole a la ciudadanía la verdad?

¿Desconocía acaso Astori la situación económica que asumía? ¿No se hablaba con Bergara, que es de su tronco y que es además el hombre que él mismo puso en el Ministerio de Economía? Y entonces, ¿qué fue? ¿Un error grosero de cálculo? ¿Una muestra de soberbia que la realidad se encargó de desnudar?

¿Qué dicen ahora los que hasta hace no mucho llamaban "espacio fiscal" a gastar más de la cuenta?

¿Habrá alguien que salga y le diga a los uruguayos "Señores, me equivoqué y mi error lo van a pagar ustedes"? Ya que seremos los ciudadanos los que pondremos el bolsillo para tapar el agujero que dejaron los gobernantes, ¿saldrá alguien a pedir disculpas por tamaña pifia?

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LA COLUMNA DE PEPE PREGUNTÓN

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