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Percepción de debilidad hace caer la aprobación de Vázquez

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Salir a la calle a hablar con la gente de los problemas cotidianos, alinear a la fuerza política para que no opere como una piedra en la gestión y tener más mano dura en la resolución de conflictos son los tres deberes que analistas de opinión pública le sugieren al presidente Tabaré Vázquez para revertir el fuerte desplome que ha tenido la aprobación de su gestión.

Apenas uno de cada tres uruguayos la aprueba cuando tanto en su gobierno anterior como en el de José Mujica dos de cada tres uruguayos aprobaban el primer año de gestión.

Para los analistas de opinión pública consultados por El País, Vázquez está solo. Las marchas y contramarchas de sus decisiones pegaron de lleno en su imagen y su figura ya no aparece como la del presidente que "llegó a poner orden" porque consideran que tanto la interna del partido como los sindicatos lo doblegaron.

"La realidad y el imaginario no coinciden, eso genera una gran desilusión en un momento de incertidumbre económica", dijo Oscar Bottinelli de Factum. "Hay un permanente marcha atrás de Vázquez en cosas que anunciaba. Comenzó con el freno a la ley de marihuana, el Fondes que buscó una solución intermedia y dio marcha atrás, el Antel Arena que lo cerró y sigue buscando soluciones, el tema del TISA, donde la gente ve que fue él quien debió retroceder, el tema educativo y cosas menores que se suman", agregó (ver nota aparte).

El contexto económico adverso tampoco le juega a favor al presidente, algo que no le ocurrió a su antecesor Mujica, cuya administración tuvo viento a favor.

Pero la situación tiene algo de coyuntural y el presidente todavía tiene herramientas para revertir la percepción de su administración. Para ello, los analistas creen que es imperativo que el mandatario dé señales sobre un 2016 diferente en materia de gestión.

La ventaja de Vázquez es que un día después que la Ley de Presupuesto quede aprobada tendrá un respiro. "Hay fenómenos que podrían atenuarse en el mediano plazo, como lo son la atención a las demandas y resolución de conflictos que se producen en el marco de las discusiones presupuestales, así como una mayor dificultad para alinear a la fuerza política del partido de gobierno durante el período de discusión presupuestal", opinó Agustín Bonino director de Opción Consultores.

"Sin duda, la marcha de la economía va a ser clave en la evolución del clima social. De todos modos el relacionamiento entre gobierno y su fuerza política, la capacidad de relacionamiento y de liderazgo para con las distintas organizaciones sociales, la capacidad de gestionar y dar solución a las principales demandas de la población, así como la comunicación del gobierno, van a ser aspectos importantes", agregó.

Para Juan Carlos Doyenart, director de Interconsult, el mayor problema es que "muchas de sus iniciativas no cuajaron en el Frente Amplio y tuvo que tirar para atrás" y que "mostró debilidad ante el movimiento sindical, especialmente en el tema de la enseñanza en donde la gente pide mano fuerte y Vázquez lo que hizo fue amenazar con la esencialidad, pero alguien le tendría que haber avisado cómo aplicaba eso".

"Más allá de que la gente entienda o no las relaciones exteriores, (el Canciller Rodolfo) Nin Novoa ha perdido todas las batallas con el Frente Amplio y se trasmite que es un gobierno más débil, sin apoyos claros y que termina siendo dubitativo. A esto se suma que Vázquez no está teniendo diálogo con la gente, no aparece y la gente espera una señal directa", agregó.

Según el analista político, Vázquez "seguramente está muy preocupado" porque es "un hombre atento a las encuestas". Pero, afirmó, "esto es reversible porque los resultados responden a una percepción de la gente sobre la debilidad de Vázquez en este momento".

La receta de Doyenart es hablar con la gente y tomar medidas más duras. "Vázquez tendría que hablar de que se terminó la fiesta y que vamos a arrancar un 2016 en serio con clases todos los días y que se van a tomar las medidas necesarias para asegurarlo. Él tiene a favor la opinión pública", dijo. Y concluyó: "Hay frentistas que se ponen nerviosos y oposición que piensa que tiene un pie importante para la próxima elección, pero falta mucho".

Encuestas que marcan el ritmo de la gestión.

El gobierno de José Mujica tenía contratada una consultora que periódicamente enviaba una voluminosa carpeta al despacho del prosecretario, Diego Cánepa, con estudios de opinión pública. Sistemáticamente se consultaba a la ciudadanía sobre un menú fijo de temas para poder medir la evolución de la opinión de la gente. A ellos se agregaban temas "calientes" que le permitían al gobierno tomar decisiones. Mujica no hacía mucho caso, pero en su entorno las encuestas se tomaban muy en serio. En el primer gobierno de Tabaré Vázquez el procedimiento era similar. Y también se manejaron con encuestas los presidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle. Las encuestas sirven para manejar los tiempos e instalar o retirar un tema del debate, según el nivel de aprobación que tenga. Fuentes políticas dijeron que así se manejó la legalización de la marihuana. Se lanzó el tema, se midió y se esperó hasta que la aceptación de la opinión pública creciera. Fuentes políticas consultadas por El País indicaron que en esta administración llegan diversas encuestas a la Torre Ejecutiva y se les da el valor "que merecen". Factum y Equipos darán a conocer en los próximos días más encuestas sobre la aprobación de la gestión.

Analistas creen que el presidente debe alinear al FA y actuar con mano dura

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