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El paraíso escondido en la zona Oeste

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La tranquilidad y la elevada calidad de la arena potencian este balneario maragato. Foto: Archivo.
Balneario Kiyú , playa, turistas, foto corresponsal San José, foto José Luis Alvarez, 20100218
Archivo El País

La seguridad es uno de los puntos fuertes de las playas de Kiyú y de Boca de Cufré.

El Oeste tiene playas para todos los gustos: concurridas, desiertas, con blancas arenas, barrancas, tranquilidad y una puesta de sol que hace envidiar a una postal.

Pasando el puente del Río Santa Lucía, hay una serie de playas donde conviven, en forma natural, los residentes permanentes con los veraneantes (Playa Penino y Playa Pascual).

Kiyú.

En el kilómetro 51 de la Ruta 1, hay una entrada que lleva al balneario Ordeig. Desde la ruta se debe recorrer 14 kilómetros hasta llegar a la playa. Se trata de una carretera con carpeta asfáltica inaugurada el 19 de diciembre pasado.

El nombre del balneario proviene del dueño de los campos de la zona que acostumbraba pasear por el lugar en un carro estilo volanta con caballos de la misma raza, según relatan en San José.

En Ordeig se encuentra la desembocadura del arroyo Mauricio. Sus playas desiertas, el río tranquilo, las barrancas de San Gregorio —tienen 50 metros de altura— y su estilo de vida apacible generaron un "boom inmobiliario" que llevó a suizos, argentinos y brasileños a comprar terrenos, dijeron agentes inmobiliarios a El País.

Hace cuatro años, Ordeig era considerado un lugar intrascendente dentro de las playas de Kiyú (grillo, en guaraní).

Los terrenos de 500 metros cuadrados se podían adquirir por US$ 6.500 a US$ 7.000. Hoy, gracias al interés de extranjeros y muchos uruguayos, el lote más barato cuesta US$ 25.000.

Y, en esa zona, ya se comenzaron a ver casas muy lindas que sobresalen del resto del balneario Kiyú.

Ordeig tiene otras características que lo hacen diferente: autoridades nacionales y locales analizan la instalación de un pequeño puerto en la "boca" del arroyo Mauricio para embarcaciones deportivas y de los pescadores de la zona.

Tanto en Ordeig como en Kiyú hay varios locales comerciales (Parador Suri, Parador Grande, Parador del Medio y Parador Chico) y cuatro camping con precios muy accesibles. Por ejemplo, el "Camping Familiar Kiyú" no tiene parcelas. El acampante arma su carpa donde quiere. Cuesta $ 120 por día y por persona. Menores de cinco a 14 años pagan $ 80 por día.

El alquiler de casas también resulta accesible en Kiyú, en comparación con los de balnearios del Este (promedian los $ 1.200 por día en temporada y $ 500 en el resto del año).

Dorcey Cuello, propietario de la inmobiliaria Grillo, dijo: "La gente comenzó a venir a Kiyú. Tengo 30 casas para alquilar y están todas ocupadas. Sus precios oscilan entre $ 900 y $ 3.000 por día. Estas últimas tienen aire acondicionado y vista al mar".

El alcalde de Libertad, Sergio Valverde, destacó que Kiyú tiene nueve kilómetros de playas donde los bañistas conviven con deportistas que realizan deportes en parapentes y kite surf. "Es una zona de buenos vientos. Además, Kiyú es un balneario muy tranquilo. Los pastos están cortados y hay contenedores por todos lados. No se ve un papel en el suelo", destacó el alcalde.

El 16 de enero de este año, se elegirá en el Parador Grande —su playa fue certificada como natural por el LATU— la "Reina de Punta de Valdez".

Boca de Cufré.

Otro balneario maragato con gran movimiento e infraestructura queda sobre la desembocadura del arroyo Boca de Cufré.

Para llegar al balneario hay que ingresar por el kilómetro 101 de la Ruta 1 y luego recorrer 18 kilómetros por una carretera secundaria de asfalto. La carretera está en buen estado.

El arroyo Boca de Cufré cuenta con suficiente calado que permite el ingreso y atraque de embarcaciones deportivas. Muchos maragatos tienen su lancha en el Club Náutico. En el arroyo se aprecian varios veleros argentinos.

Los precios de los alquileres en Boca de Cufré también son módicos: oscilan entre $ 1.000 y $ 1.500 por día.

En ese balneario, hay una oferta de 300 casas en el mercado de alquileres para el verano.

"Para la primera quincena de enero, ya están todas alquiladas. Quedan muy pocas para la segunda quincena", dijo el operador inmobiliario Walter Denis.

Boca de Cufré vivió hace unos años un "boom inmobiliario". La mayoría de los terrenos, que pertenecían a la familia Cordero, fueron todos vendidos. "Casi no quedan lotes a la venta", dijo Denis.

Los precios de los terrenos en Boca de Cufré rondan los US$ 20.000. Hace poco se vendieron tres lotes a una cuadra de la rambla por US$ 38.000.

En Bocas de Cufré, el camping está lleno, dijo el concesionario Ariel Rodríguez a El País. Música, tragos a precios módicos y su ubicación frente a la playa atraen a jóvenes del sur del país. El camping tiene 99 parcelas. Cada parcela para cinco personas cuesta $ 390.

"Por suerte —señaló Rodríguez— en las últimas temporadas estamos trabajando muy bien".

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La tranquilidad y la elevada calidad de la arena potencian este balneario maragato. Foto: Archivo.

Las blancas arenas de Kiyú y Boca del Cufré

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