Intendencia modifica la regulación de los puestos móviles de alimentos.

La Intendencia de Montevideo envió un proyecto de decreto a la Junta Departamental para regular las unidades móviles que preparan y venden alimentos en espacios públicos y eventos privados. La normativa incorpora a los food trucks, y también a los tradicionales "carritos" y tortafriteros.

A priori, no hay ningún alimento que esté vedado, por lo que los quioscos rodantes podrán vender lo que deseen, más allá de hamburguesas, panchos o chorizos, en tanto presenten un proyecto alimentario que sea aprobado por Bromatología.

"Lo importante del decreto es que abre la puerta a todos los alimentos, siempre y cuando el proyecto cumpla con las reglas", explicó a El País el prosecretario de la Intendencia, Christian Di Candia.

"A partir de que se vote el decreto, se comienza a trabajar con el concepto de móviles de preparación, servicio y venta de alimentos en vía pública. Y eso incluye todas las posibilidades, desde el tortafritero hasta el clásico carrito, incluso podría entrar el garrapiñero", agregó.

Según Di Candia, el proyecto cambia sustancialmente la forma de habilitar estos puestos de alimentos.

"Antes había habilitaciones por comidas. Bromatología habilitaba el tomate, la carne o tal cosa. Ahora comenzamos a trabajar por proyectos alimentarios. Lo que sí tiene que hacer el interesado es traer un proyecto y tomar en cuenta lo que Bromatología marque para ese alimento. No es lo mismo vender un pancho que algo que tiene que estar congelado a -18 grados, o hacer crema doble. Hay que trabajar de acuerdo a proyectos. Todos los carros que están hoy perfectamente pueden venir y decir: mi proyecto alimentario ahora no es el de un carro de chorizos, va a ser tal cosa. Ahí Bromatología le dirá cómo tiene que trabajar", puntualizó.

El prosecretario de la Intendencia destacó que el decreto permitirá también "categorizar" espacios públicos y generar nuevos mecanismos de adjudicación, con lugares, días y horarios determinados. "Por ejemplo, podría ser que de diciembre a marzo, entre las 15:00 y las 21:00, haya cinco permisos en la rambla", ejemplificó.

"Con estar habilitados ya pueden trabajar en eventos privados como fiestas, casamientos, despedidas. En el caso de eventos privados en espacios públicos, como un concierto, o las ferias, puede trabajar cualquiera que esté habilitado. Y el organizador paga un canon por el uso del espacio público, si es que corresponde, porque a veces no se paga cuando es a beneficio, por ejemplo", agregó Di Candia.

Según el proyecto de decreto, en poder de El País, los permisos se otorgarán exclusivamente a favor de personas físicas. No se concederán habilitaciones a propuestas que estén a menos de 70 metros de comercios fijos que expidan productos similares. Tampoco a las que estén frente a bailes y establecimientos de entretenimiento nocturno entre las 20:00 y las 9:00 horas, ni en aceras frentistas que tengan un ancho inferior a tres metros.

Del mismo modo, no podrán emitir música o ruido por encima de los 60 decibeles, y la venta o expedición de bebidas alcohólicas estará supeditada únicamente a los eventos privados en espacios públicos.

Después de muchos años de prohibición, la Intendencia de Montevideo volvió a autorizar recientemente la utilización de la lechuga y tomate en los carritos que expenden alimentos en la vía pública.

Igualmente, luego de varios años solicitando la ampliación de la oferta gastronómica, la Asociación de Permisarios de Carros logró el permiso para comercializar chivitos de carne vacuna preparada.

"Dicho producto deberá mantener la trazabilidad en todo momento", aclara la resolución municipal. Y agrega que "se deberá propender a que dicho producto permita un diseño sin sal agregada". La nueva normativa establece que los condimentos deberán ser expedidos "en envases no rellenables". Y aclara que solo se podrán vender bebidas sin alcohol envasadas en origen.

A. L . R.

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