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"No se puede obligar a la gente a dormir en refugios"

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En este local, el Mides acoge a tres de las personas que viven en la calle. Foto: V. Rodríguez
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Solo 3 indigentes en Durazno reciben asistencia del Mides.

De nueve personas que viven en situación de calle en Durazno, según los registros de las autoridades, solo tres acuden al refugio que mantienen en forma conjunta el Mides, la Intendencia y Salud Pública.

Al lugar también acudía una cuarta persona, el indigente Juan Carlos Santana, de 45 años de edad, que falleció por hipotermia el miércoles, en la zona del estadio Landoni. Esta muerte pegó fuerte en las autoridades locales, que desde hace cuatro, abordan la problemática con una tarea que inician a partir de abril o mayo.

"Los que viven en la calle son los que tienen que tomar la decisión y nosotros siempre los abordamos, esperando que asistan al refugio. No les hablamos de mala manera ni los presionamos, porque ellos deben saber que nos van a encontrar bien dispuestos cuando vengan a pedir ayuda", dijo a El País Magdalena Recoba, directora departamental del Mides.

La característica de las personas que se observan a diario en las calles de Durazno "son consumidores problemáticos, es habitual verlos consumiendo alcohol blanco", afirma Recoba.

No se puede obligar a nadie a recibir atención, insistió la funcionaria. "Cuando tenemos un aviso de que va a haber mucho frío volvemos a hablarles; la policía comunitaria está muy pendiente de poder ir también. Contactamos a la gente que duerme a la intemperie y le avisamos que vienen tres o cuatro noches muy frías, que pueden usar el refugio, que se acuerden del horario, que tienen que pasar por la comisaría, que es quien abre y cierra el refugio", explicó Magdalena Recoba.

Cuando las personas no quieren salir de esa situación, poder hacer algo por ellas se torna muy difícil, sostiene.

"Todas las instituciones hemos hecho mucho, estamos siempre tratando de estar cerca. Quienes conocemos un poco acerca del consumo problemático de sustancias, sabemos que si no hay una determinación, una voluntad de parte de la persona, hay un límite infranqueable".

Pero no todos los casos de personas en situación de calle que se observan día a día en Durazno son necesariamente de gran vulnerabilidad.

Paso a paso.

La policía es la primera en actuar, hace un relevamiento de todos los que están en la calle y después pasan los datos al Mides. Los funcionarios preguntan a la gente si en caso de abrir el refugio estarían dispuestos a ir y registrarse.

El albergue es un contenedor dotado de calefacción, camas, sábanas, frazadas y un baño, "que está en muy buenas condiciones", en la plaza próxima a la Seccional 13ª.

"El lugar se calienta mediante un calefactor eléctrico, una manera bastante segura que tenemos de no generar daños a las personas. El día que se dispone que se abrirá el refugio, se aborda de nuevo a las personas que nos dijeron que sí, y previo registro la policía los lleva al hospital para una revisión médica. En el refugio no solo pueden quedarse a dormir; si alguno lo necesita, la Intendencia también facilita alimentación.

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En este local, el Mides acoge a tres de las personas que viven en la calle. Foto: V. Rodríguez

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