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"No sabía lo que hacía", dijo el violador de El Pinar

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El violador había improvisado un "dormitorio" en el cual descansaba en las noches. Foto: L.Carreño.

Eran ya pasadas las 21:00 horas del domingo, cuando los gritos de una joven cortaron la tranquilidad de Solymar. La mujer, de 26 años, se resistía a que un hombre la robara mientras la amenazaba con un cuchillo.

Esos mismos gritos alertaron a un grupo de jóvenes que estaba en los alrededores de Barlovento y Las Palomas, en Lomas de Solymar, uno de ellos, el novio de la muchacha que estaba siendo robada.

Cuando el ladrón vio que cuatro jóvenes salían en defensa de su víctima, salió corriendo. La persecución se extendió hasta Márquez Castro y Las Acacias.

"El hombre cayó acá", dijo Alberto, un vecino de esa esquina, señalando un árbol. "Yo no sé si se cayó o no aguantó más la persecución, pero acá lo golpearon", informó el hombre.

"No me peguen. No sabía lo que hacía", gritaba el delincuente, mientras los cuatro jóvenes lo golpeaban recriminándole su actitud y lo obligaban a callarse.

"Basta. Déjenlo. Todavía lo van a tener que pagar por bueno", retrucó otro vecino al ver cómo estaban golpeando al joven. Ese mismo vecino, según el testimonio de Estela, una vecina del lugar, fue quien dio aviso a la Policía.

Uno de los testigos de la captura de este individuo afirmó que "se descartó de un arma, una 38 corta", pero ni la Policía, ni la Justicia, pudieron hallar el revólver. Sí le encontraron un cuchillo, el mismo con el que había amenazado a la joven minutos antes.

Detenido.

De inmediato, los efectivos policiales trasladaron al delincuente a dependencias de la Seccional 22, ya que la descripción física de este hombre coincidía con la de un violador, que desde hacía al menos dos semanas estaba asolando la zona de Pinamar.

La cicatriz en la cara y la falta de varios dientes coinciden con la descripción de tres de las víctimas que pasaron por la Justicia, en el día de ayer.

Precisamente, sobre las 13:00 horas de la pasada jornada, el sospechoso y al menos una docena de personas pasaron por el Juzgado de la Ciudad de la Costa.

Durante toda la tarde, por el despacho de la jueza Adriana Graziuso pasaron testigos y víctimas. Las cuatro jóvenes que sufrieron ataques de algún tipo en los últimos 15 días reconocieron fehacientemente a este individuo.

Incluso él mismo admitió haber cometido estos delitos. "Él confesó primero en la sede policial, luego aquí", comentó la jueza a El País.

Sobre las 18:30 horas, Graziuso dispuso el procesamiento con prisión del delincuente por un delito de violación en reiteración real, con un delito de rapiña, por el ataque sexual, contra una menor de 14 años ocurrido dos semanas atrás. También le caben dos delitos de rapiña en grado de tentativa y un delito de lesiones, por los ataques a una mujer de 30 años y a la joven agredida el mismo domingo.

"Los testimonios que dio el hombre aquí en la sede judicial fueron coincidentes con los testimonios dados por las víctimas y eso facilitó el procesamiento", dijo la jueza Graziuso.

Delincuente.

El hombre detenido el domingo y procesado ayer tiene 28 años de edad y ya registraba varios antecedentes penales, principalmente por delitos de hurto y atentado.

El procesado admitió que vive en la calle y que duerme cerca de la playa en la zona de El Pinar. Allí, bajo un árbol, en medio de los médanos que preceden a la playa, un acolchado de color rosado y una almohada, apoyadas sobre una frazada que oficia de colchón, quedaron como recordatorio del lugar donde durmió este violador durante varios meses.

No obstante, según le comentó a la jueza, durante el verano hizo varias "changas", que lo llevaron a viajar incluso hacia el departamento de Maldonado. "Pero también vive del auxilio que le da gente de buena fe", afirmó, respecto a vecinos que le daban comida y abrigo.

Consultado por Graziuso, sobre por qué cometía esos delitos afirmó que "no sabía" lo que estaba haciendo, aunque tampoco se mostró arrepentido por los delitos que cometió.

También ante la Justicia reconoció que desde hacía tiempo consumía marihuana, cocaína y hongos. "No tenía trabajo y andaba de un lado para el otro", afirmó Graziuso.

"Por estar en la calle, sabe los movimientos de las personas en general, lo que nos hace suponer que los ataques contra las jóvenes fueron ocasionales y no estudiados", afirmó la jueza.

Graziuso destacó la actitud de los vecinos.

"Hay que destacar la actitud de los vecinos", señaló la jueza Graziuso al recibir a la prensa en su despacho ayer a la tarde, luego de emitir el fallo judicial. "El hecho de hacer un arresto ciudadano, de jugársela en esta zona, en horas de la noche y que hoy (ayer) vinieran todos a declarar es destacable", aseveró la magistrada. "La colaboración de la gente realmente fue alentadora y de mucha ayuda", aseguró la jueza. Además afirmó que "las mujeres tenemos que cuidarnos mucho en la calle porque somos el principal blanco de robos y rapiñas"

Se investigarán al menos dos violaciones más.

El hombre de 28 años, tras ser procesado, deberá comparecer por al menos otros dos delitos de violación ocurridos en el transcurso de los últimos dos años. Para ello, el procesado se prestó a que se le tomaran muestras de ADN y se compararan con las que están en el archivo de Policía Científica y que fueron extraídas en el momento de realizarse la denuncia.

Entre estos delitos a resolver se encuentran el de la joven estudiante malayo mexicana, de 14 años, que fue violada el 10 de mayo de 2013 cuando la joven iba hacia un liceo de la zona. Por este hecho hubo varios detenidos, entre ellos un hombre de 31 años, con apariencia similar al identikit aportado por las víctimas, quien fue indagado tras ser atrapado por la Policía en la Terminal Tres Cruces, pero puesto en libertad tras no poder comprobarse su culpabilidad.

Otro de los casos que todavía está por resolverse es el de una joven estudiante de intercambio alemana que fue violada cuando esperaba el ómnibus en una parada de la zona de El Pinar, en octubre del pasado año.

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El violador había improvisado un "dormitorio" en el cual descansaba en las noches. Foto: L.Carreño.

Tiene antecedentes y es consumidor de cocaína y hongosDIEGO CASTRO

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