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Nevaba, un taxi no llegaba y entonces inventó Uber

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Travis Kalanick, creador de Uber.

Arrogante. Con esa palabra definen al empresario Travis Kalanick, de 39 años y socio fundador de Uber. También así catalogan autoridades y taxistas la llegada de la empresa a Uruguay.

Uber dejó esta semana descolocado al gobierno, que se encontró con una empresa de tecnología que vino a proveer de una cartera de clientes a potenciales choferes.

Lo hizo rompiendo el negocio del taxi. Lo mismo ya ha ocurrido en algunas de las otras 300 ciudades donde opera.

El propio negocio de Uber nació en esa rebeldía. Kalanick y Garrett Camp, de 37 años y master en Ciencias, estaban saliendo de un congreso en París en 2008, nevaba y no podían conseguir un taxi. La impotencia les hizo imaginar una situación en la que con solo apretar un botón pudieran hacer aparecer uno. Dos años más tarde el sueño se hizo realidad.

"Quieren proteger un monopolio que les ha sido facilitado por las autoridades locales. Nosotros trasladamos el mensaje de que un transporte más barato y de mejor calidad es posible", insiste Kalanick cada vez que se lo entrevista. "Somos agresivos porque queremos tener tantos coches como sea posible para que el tiempo de recogida sea menor", agrega.

Kalanick, quien fue definido como el héroe rebelde de Silicon Valley por Fortune, es el cuarto emprendedor estadounidense más rico menor de 40 años, el 80 más rico del mundo, el 35 más rico en el sector de tecnología y el número 283 entre los multimillonarios del mundo según la revista Forbes. Todo esto, porque amasa una fortuna de US$ 6.000 millones, algo así como el 11% de todo lo que produce la economía uruguaya o todo lo que exportó el país entre enero y octubre. Y su empresa vale más de US$ 50.000 millones aun sin cotizar en Bolsa; casi todo el PBI de Uruguay. Las cifras son compartidas con Camp, aunque Kalanick es la cara visible del terror de los taxistas.

Su historia no es diferente a la de otros emprendedores estadounidenses que estuvieron parados en el lugar que había que estar a la hora que había que hacerlo. Kalanick, seguidor en Twitter del escritor Paulo Coelho y la actriz Gwyneth Paltrow, además de campeón del tenis en el Wii, fue a la Universidad de California para estudiar ingeniería en informática pero abandonó. De niño afirma que quería haber sido espía, pero ya a los 18 probaba su perfil comercial vendiendo cuchillos puerta a puerta. En 1998 cuando abandonó la universidad se dedicó a trabajar en Scour, un motor de búsqueda e intercambio de archivos que lo llevó a ser "distinguido", según dice, con una demanda por US$ 250.000 millones por la Asociación Cinematográfica y la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos antes de declararse en bancarrota. De ahí volvió a intentar con un segundo emprendimiento en el mismo sentido, Red Swoosh que lo vendió en 2007 a Akamai Technologies por casi US$ 19 millones.

Con dinero en el bolsillo viajó por el mundo durante un año. Y ahí surgió Uber, que pasó a competir con el servicio de taxis de San Francisco y luego Nueva York hasta que en 2011 se internacionalizó a París y hoy opera en 67 países. La empresa tiene el respaldo financiero del banco de inversión Goldman Sachs y de Google, entre otros. Y las cifras que maneja no bajan de los seis ceros: US$ 20 millones por semana en facturación en el mundo donde trabajan más de un millón de choferes.

Choque

La empresa ha derrotado barreras en varias partes del mundo, pero en otras todavía tiene resistencia. Hoy su mercado en expansión es China (cerca del 30% de los viajes surgen allí). De hecho, Chengdu, la capital de la provincia de Sichuan en el sudoeste del país asiático, donde viven 14 millones de personas y hay 42.000 choferes registrados, es donde existe la mayor demanda. En Sudamérica todavía no ha ingresado en Argentina ni en Paraguay, Venezuela, Bolivia o Ecuador. En España fue prohibida en 2014.

Pero Kalanick considera que un tropezón no es caída. "En Uber tenemos la cultura que llamamos mentalidad de campeones. Y la mentalidad de los campeones no siempre trata sobre ganar. Se trata de poner todo lo que uno tiene en el campo de juego, cada onza de pasión y energía que tienes. Y si uno es derribado hay que superar la adversidad", dijo en una entrevista con el Wall Street Journal.

En Nueva York este mes los taxistas resolvieron presentar una demanda contra la propia ciudad y la agencia que regula la concesión de licencias acusándolas de haberles arruinado el negocio permitiendo la proliferación de Uber. En esa ciudad hay más de 26.000 choferes que se suman a los 15.000 en Londres, donde también ha habido protestas.

"Todo lo que le pedimos a las autoridades es que le digan sí a las personas a que sirvan sus ciudades. Les pedimos que no las priven del servicio porque tienen regulación desactualizada, regulación que tal vez originalmente fue diseñada para proteger a los pasajeros de los conductores, pero que décadas después solo existe para preservar un monopolio centenario para unos pocos conectados", reclamó Kalanick meses atrás en su discurso aniversario de los cinco años de la empresa.

Kalanick es un fuerte defensor del transporte compartido. Sostiene que actualmente en el mundo hay 1.000 millones de autos y un 15% del espacio de las ciudades es destinado a estacionamiento para guardar vehículos.

Pero el avance de la tecnología hace que el co fundador de Uber ya piense en función de que en el futuro existirán autos autónomos, esto es, sin chofer.

Según dijo Kalanick al Wall Street Journal “la tecnología está llegando, así que la pregunta para nosotros es si Uber quiere ser parte del futuro o nos vamos a resistir al futuro como lo hizo la industria del taxi antes que nosotros llegaramos. Somos una empresa de tecnología, así que nuestra opción es ser parte de eso”.

Autos, mensajería y comida en 5 minutos

Uber en Uruguay desembarcó con un servicio de taxi tradicional. Pero la empresa está mucho más avanzada en servicios en otros países. Actualmente también ofrece delivery de comida a domicilio (UberFresh y UberEats), envío de mensajería (UberRush), y servicio de logística (Uber Everything). "Una vez que podés llegar con autos en cinco minutos, hay muchas cosas que podés entregar en cinco minutos", ha proclamado uno de los fundadores de Uber, Travis Kalanick. De hecho, su socio, Garret Camp, lanzó recientemente una aplicación de celular para comprar regalos. Se trata de Operator, un servicio que ayuda a reservar viajes o comprar regalos a través del celular.

Empresa no escucha a la iMM sobre sanciones

Uber desembarcó esta semana en Uruguay desconociendo sobre todo lo expresado por la Intendencia de Montevideo, de que la firma debe someterse a una serie de regulaciones. Desde la aplicación advierten que no pueden ser considerados una empresa de transporte, sino un dispositivo para choferes independientes. El jueves empezaron a operar a partir de las 3 de la tarde, ya tienen 5.000 choferes registrados y 14.000 usuarios bajaron la aplicación. La Intendencia ya advirtió que saldrá a fiscalizar, y amenazó a los choferes con sacarles la matrícula de sus autos. Sin embargo, desde la comuna advirtieron que todavía no saber cómo se van a instrumentar estos controles.

El País viajó esta semana en un automóvil de Uber. El chofer no contaba con libreta profesional y además estaba trabajando en negro, ya que no hacía aportes sociales por la labor. La empresa sostiene que esto no es responsabilidad suya.

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Travis Kalanick, creador de Uber. 

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