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Murga de presos renunció a actuar por presión popular

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Unos 30 reclusos de la unidad penitenciaria de Mercedes estaban en la murga. Foto: D. Rojas

Iban a presentarse “fuera de concurso” en Soriano; para el director de la cárcel, “ayudaba a rehabilitar”

Una murga organizada en la cárcel de Mercedes y conformada por reclusos, desistió de presentarse públicamente en el Carnaval debido al rechazo popular. Todo comenzó con una editorial de Ricardo Nolé, director de diario Crónicas, y luego las radios se apoderaron de la polémica.

Bajo el título "El negocio de ser delincuente", el periodista informó que unos 30 presos de Pense (como se le conoce a la cárcel de Soriano) estaban ensayando para debutar el pasado 22 de febrero en el escenario de Manzana 20, en Mercedes, y que "saldrían a buscar el aplauso de la gente".

"No está mal proveer a las cárceles de infraestructura para aprender oficios, huertas, manufactura o instrucción. Pero de allí a subir a un escenario oficial buscando que lo aplauda el mismo público que se queja todos los días del daño de la delincuencia, nos parece demasiado", expresó el editorial.

El autor se preguntó: "¿Qué actitud deberá asumir el público que concurre a una fiesta popular como el Carnaval, cuando se le impone escuchar fuera de concurso este tipo de actuaciones? ¿Aplaudir, aunque detrás de la pintura intuya el rostro del que le robó hace algunos meses? ¿Aplaudir para no quedar en evidencia porque los demás aplauden?".

El periodista mercedario agregó: "Es bueno preguntarse también qué se siente desde arriba de las tablas: Mirá como nos aplauden estos nabos. Gracias por esta oportunidad, o No está mal ser delincuente. No es fácil encarar desde el periodismo este tipo de críticas (...) pero no podemos dejar a un lado el sentimiento de indignación que nos provoca la actitud de jerarquías que permiten lo que mucho se parece a excesos, a burla, a indiferencia ante la queja de los vecinos hartos de tener que enrejarse".

"Los que llegan a la cárcel de Pense ya superaron todas esas etapas del delito primario. No se merecen la tortura, pero tampoco lujos", opinó Nolé.

La presión de la opinión pública terminó haciendo que los reclusos cancelaran su presentación.

La otra cara.

El teniente Luis Rosas, director de la unidad penitenciaria de Paraje Pense, informó a El País que el taller de murga es uno de los tantos proyectos sociales, de educación no formal, con los que se trabaja en la unidad de Soriano.

"Los internos han ayudado en la feria Soriano Expone colocando stands, colaborando con la limpieza y hasta montando su propia exposición", explicó Rosas, e indicó que "nunca se registró un problema con nada".

"Ahora teníamos la posibilidad que nos brindaba la Dirección de Cultura, de presentar este proyecto de murga en un espacio del certamen fuera de concurso", agregó el jerarca.

Dijo que los internos que participan de este proyecto cultural deben cumplir una serie de requisitos, "participan bajo determinadas normativas y de acuerdo a la conducta que han venido teniendo".

"Cada uno tiene su opinión, nosotros trabajamos en rehabilitación e integración de las personas privadas de libertad, pero dada la reacción de la opinión pública decidimos no avanzar con el proyecto", precisó Rosas.

Mensajes de apoyo popular.

El director de Crónicas, Ricardo Nolé, contó a El País que luego de esa editorial, el diario recibió múltiples mensajes de adhesión por parte de vecinos de diferentes barrios de la ciudad, que compartieron el análisis de situación que realizó el periodista. El artículo tuvo mucha repercusión en programas de radio con teléfono abierto, y la opinión pública se expresó en el mismo sentido, lo que motivó un cambio de planes en la unidad carcelaria.

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Unos 30 reclusos de la unidad penitenciaria de Mercedes estaban en la murga. Foto: D. Rojas

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