A UN AÑO Y MEDIO DEL TORNADO
Todo el pueblo salió a las calles en el “granero del país” para aplaudir a los liceales plenos de alegría.
Aún resuenan en Dolores las músicas y los vivas de adhesión a una fiesta de estudiantes que, despues del tornado devastador de abril de 2016, supone un gran encuentro colectivo que impulsa a seguir adelante.
En la 57ª Fiesta Nacional de la Primavera, la comunidad liceal salió a las calles en la mañana del domingo a lucir el tradicional colorido que distingue a esta celebración, donde la música y alegría contagiantes son parte esencial de un desfile con propuestas variadísimas a nivel temático y de danzas, y con la inclusión de carros alegóricos que esta vez no compitieron por el mejor premio sino que recibieron un monto de dinero igual para cada uno.
Como sucede en cada año, los grupos estudiantiles contaron con el apoyo de padres y docentes; todos juntos trabajaron durante varios meses en el armado de los carros y en las coreografías que luego presentaron ante unas 40 mil personas, entre público local y visitantes que llegan desde diferentes puntos de la región.
El entusiasmo de los jóvenes fue acompañado por los vecinos, que adornaron el frente de sus casas y los árboles del ornato público.
La comunidad de Dolores sigue intentando olvidar el tornado que arrasó más de un tercio de la ciudad. Algunos edificios del radio céntrico, como los propios liceos, aún esperan ser reparados y se transforman en huellas tangibles de la fuerza destructora de la naturaleza.
Sin embargo, el poder de resiliencia que ha mostrado la comunidad es lo que le ha permitido sobreponerse en forma organizada a los efectos de aquella tragedia. Esta nueva edición de la Fiesta de la Primavera, que respalda la Intendencia de Soriano pero es fundamentalmente sacada adelante por la población en general, intenta dar vuelta otra página para retomar la senda de prosperidad que siempre caracterizó a esta ciudad tranquila, conocida también como el "granero del país", cimentada sobre el trabajo y esfuerzo agrícola.