El maM se consolidó como uno de los principales puntos turísticos de la ciudad, con opciones para todos los gustos.

El encanto del maM consiste en que no se parece a ninguno de los centros comerciales que uno pueda identificar. Es más, llama la atención de los visitantes europeos, que fueron prácticamente quienes en occidente desarrollaron al máximo las ferias y los mercados.

Es que el Agrícola tiene el sentimiento de feria vecinal que se vive en cada barrio de la ciudad cada mañana. Su calle principal empedrada nos lleva a imaginarnos la Montevideo Colonial, que era abastecida de frutas y verduras de las chacras vecinas. Ese espíritu está en el maM actual, tal cual era en la época de nuestros abuelos.

La sucesión de puestos de productos agroalimentarios es llamativa y no hay visitante que no se detenga a ver ese espectáculo. La gente mira, huele, palpa las frutas y verduras que llevará a su casa, como si fueran verdaderos catadores. Es que los clientes aquí se toman todo el tiempo para elegir cada artículo. La visita al Agrícola concluye con una generosa “chismosa” cargada de carnes, quesos, granos, dulces y hasta plantas para nuestro jardín, siempre recordando que los chicos de la familia agradecerán que le llevemos un lindo regalo.

En realidad son 87 los locales instalados aquí por lo cual no hay rubro que falte, así se piense en ropa, en la salud con mutualista, farmacia y óptica, la decoración de la casa, o la presencia de un supermercado. Y la cercanía de las Facultades de Medicina, de Química y del IPA motivó a que la empresa Cutcsa instalara un centro de ventas de boletos.

Pero además es un mercado con una extensa variedad de modernos servicios. Hoy día decidimos que no podemos vivir sin telefonía de última generación, que son imprescindibles los servicios financieros inclusivos, que es necesaria la protección del hogar con sofisticadas alarmas, etc. Y el maM también da la talla en esos rubros.

En la actualidad, todo mercado que se precie tiene que tener buena comida, típica del país, y esto en Uruguay no es sólo asado, sino también pastas, chivitos, frutos del mar, pizza, pasteles y comida internacional. Y la plaza de comidas del maM tiene todo eso. Pero un centro comercial debe no sólo ser autosustentable, sino también generador de trabajo y riqueza para su gente. Se estima que el mercado da trabajo a 800 personas.

La Directora del maM, María Elisa Areán, armó un equipo de trabajo de corte netamente profesional que le permitió rápidamente equilibrar los balances y disponer de recursos para invertir en el mejoramiento del local. Ella recuerda sus primeros días: ”cuando asumimos nos encontramos con un Mercado que daba pérdidas, y esto generaba que la Intendencia tuviera que subsidiar al maM todos los meses…”Eso ya no es así y el mercado es autosustentable”.

Para Areán uno de los fuertes es la interacción social que se da a diario en el maM: “Lógicamente el público viene a comprar, pero también a disfrutar de los espectáculos gratuitos que organizamos cada semana. Hay varias confiterías y los visitantes aquí pueden recrear las tertulias entre amigos de los antiguos cafés montevideanos, algo que era una tradición y que se estaba por perder. ¿Qué más lindo que tomarse un café con un amigo y charlar tranquilamente?”

Nuestro Zorzal Criollo, Carlos Gardel, era conocido como el Morocho del Abasto por su presencia periódica en los mercados populares. En Montevideo todavía se recuerda su figura acodada en el estaño de Funfun, situado en el Mercado Central. Por ese sentimiento tanguero que nos identifica, ahora el Mercado Agrícola realizará un homenaje especial a la Cumparsita, en su centenario, obra de nuestro poeta Gerardo Matos Rodríguez.

Pero en el maM el tiempo se detiene también por su arquitectura. Mirar su techo de madera y las estructuras metálicas es motivo permanente de fotos y videos. Todos los visitantes quieren guardar y mostrar luego en sus casas el lugar que descubrieron.

En los planes del Agrícola está en aumentar la capacidad del parking, crear un espacio cultural en el subsuelo con una actividad permanente y seguir contribuyendo a la seguridad del barrio.

Montevideo tiene algunos lugares “con alma”, y entre ellos podemos destacar la feria de Tristán Narvaja, la Peatonal Sarandí y desde hace poco tiempo el Mercado Agrícola de Montevideo.

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