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Menor que mató al taxista salía 8 horas al día; INAU no lo evaluó

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Patrullero de noche. Foto: Captura Subrayado

Tras una rapiña en 2015, la Justicia dispuso semilibertad para “El Raulito” y este se fugó.

Desde la Justicia lo definen como "un monstruo". En el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) ya había tenido varios problemas con otros internos. "Era muy peligroso", aseguran fuentes del centro de reclusión para menores. Sin embargo, gozó de la suerte que más codician los detenidos menores de edad.

"El Raulito", que la semana pasada asesinó a un taxista, ingresó a mediados del año pasado por el Hogar Cimarrones, de semilibertad, que está ubicado en San Martín y Pugnalini. Fue luego de cometer una rapiña. Pese a su bravura, no se le hizo ni un test psicológico. Ahora, después de este cruento crimen, irá a una celda de máxima seguridad.

El programa de semilibertad implica que el recluso está 16 horas en el INAU, donde duerme, y ocho fuera del centro. "El Raulito" llegó a mediados de 2015 y cumplió con estas reglas —volviendo al Hogar Cimarrones— hasta fines de enero de este año cuando se fugó. Con esto quedó como requerido. Y no se supo más nada de él hasta que cometió el brutal homicidio y lo atraparon.

El crimen fue en el barrio de Punta de Rieles. El taxista había llevado a una familia hasta allí. La dejó e intentó salir de la zona. Vio a "El Raulito", de 17 años, que en una de sus manos portaba un arma. Dio marcha atrás y en medio de eso el menor le disparó. Lo hirió en un brazo. El auto se detuvo. El asesino se le acercó y le pegó otro tiro en el pecho, que horas después lo mató. Hasta ayer se podía entrar a la página de Facebook que tenía "El Raulito", varias fotos develaban que se trata de un joven de complexión más bien pequeña. En la tarde de ayer el muro del delincuente en la red social había sido cerrado.

Desde el INAU apuntan que la Justicia fue la que decidió que vaya directamente al Hogar Cimarrones. Y señalan que no se le hizo una pericia psicológica una vez ingresado al centro, pues se cumplió con lo dictaminado por el juez: un plan de semilibertad.

"Lo que dispuso la jueza fue una medida de semilibertad y no de privación de la libertad. Esto derivó en el alojamiento (de "El Raulito") en el centro Cimarrones, con ocho horas diarias de salida. De una de estas salidas fue que él no retornó", explicó a El País la presidenta del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa, ex Sirpa), Gabriela Fulco.

La jerarca señaló que al ingresar "directamente en un sistema de semilibertad", el delincuente no pasó por el Programa de Ingreso, Estudio, Diagnóstico y Derivación, la puerta de entrada del Inisa donde se determina a qué hogar debe ser derivado el menor según una serie de variables, entre ellas su nivel de peligrosidad y su perfil psicológico.

"Cuando la Justicia decide una medida de semilibertad no se ingresa por el centro de diagnóstico para definir perfiles y lugares de reclusión dentro del sistema", precisó Fulco. Quien aclaró que tras el homicidio al taxista "El Raulito" sí ingresó por esta "puerta de entrada" y que estará en un sector de alta seguridad.

Otras fuentes del Inisa, en tanto, precisaron a El País que "El Raulito" desde el primer día en que fue ingresado a mediados del año pasado tras cometer la rapiña, mostraba un perfil más violento que el del resto de los reclusos que están en el Hogar Cimarrones, y que durante los seis meses que estuvo allí —saliendo ocho horas por día— tuvo problemas con otros de los internos en varias oportunidades.

La ley N° 17.823 del Código de la Niñez y la Adolescencia, establece en su artículo 87 que "las medidas privativas de libertad no son obligatorias para el Juez" y que estas "se aplicarán cuando configurándose los requisitos legales, no existen otras medidas adecuadas". A su vez, apunta que "se tendrá en consideración el derecho del adolescente a vivir con su familia, y en caso que proceda la separación, a mantener contacto permanente con la familia, pareja, amigos, referentes afectivos y otros, si ellos no fueren perjudiciales para el mismo".

En tanto, el artículo 90 señala que "el régimen de semilibertad consiste en disponer que el adolescente, cuya privación de libertad ha sido dispuesta en establecimientos, goce de permiso para visitar a su familia o para la realización de actividades externas, de ocho horas de duración, en su beneficio personal, controladas por la autoridad donde se encuentra internado". No es la primera vez que se fuga un menor en el Hogar Cimarrón. En noviembre de 2013 un menor se fugó y cometió una rapiña.

Hoy por hoy hay cinco reclusos en el Hogar Cimarrones. Consultada sobre si es habitual que estos se fuguen en esas ocho horas que pueden estar fuera del centro, Fulco precisó que "no, pero que a veces sucede". Lo mismo advirtió sobre los internos que consiguen un régimen de salidas transitorias.

El juez letrado de adolescentes del 1er turno, Allen Denby, que fue quien condenó a "El Raulito" tras el crimen del taxista, dijo a El País, en referencia a la salida transitorias de los menores, que estos "normalmente vuelven". Por otro lado, según lo dispuesto por el juez el asesino deberá cumplir la pena por el homicidio y luego el resto de lo que le queda por la rapiña que cometió el año pasado.

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Patrullero de noche. Foto: Captura Subrayado

"EL RAULITO"

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