Desde las veredas y azoteas 50.000 personas verán las dos jornadas a todo repique.
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El bombo desapareció hace tiempo de la cuerda de tambores pero las Llamadas siguen cumpliendo años. En los desfiles de hoy y mañana se estarán celebrando 60 toques de las comparsas de negros y lubolos por los barrios Sur y Palermo, desde que se decidió municipalizar la fiesta del candombe y ubicarla dentro del calendario de las carnestolendas.

Por aquella época no toda la colectividad afrodescendiente se plegó a esa especie de absorción de parte del Dios Momo, que puso en segundo plano a las arcaicas fiestas de San Benito o San Baltasar y otras, en las cuales la música, la danza y los cantos se conjugaban en un ritual diverso al de pitos y matracas, papel picado y serpentinas.

Sin embargo, el evento, cuya organización lidera desde 1956 la Intendencia de Montevideo, fue sumando adeptos de razas y edades diversas, generación tras generación, y también ajustándose a otras modificaciones.

Por ejemplo, el pasaje desde el circuito serpenteante de antaño a un desfile lineal, o la prohibición de encender fogatas en el trayecto, que servían para templar las lonjas, algo que primero se volvió inseguro y después innecesario, ante la aparición de los tensores y un circuito más corto. También cambió el tamaño de los tres tambores sobrevivientes, aunque mantienen las diferencias de proporción entre sí. Desde los de menor porte a los más grandes, miles de chicos, repiques y pianos tronarán esta noche en manos de los componentes de una quincena de agrupaciones en competencia, y de las invitadas, como Agguanile —que cerrará esta primera etapa— o de la representativa Mundoafro, que hará entrar en calor a los espectadores partiendo un poco antes que el carro de las Reinas, como también lo hará la comparsa inclusiva Balele.

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Por otra parte, mientras que en la primera Llamada oficial intervinieron ocho comparsas, el crecimiento masivo de las sociedades de negros y lubolos y la extensión de los tambores por muchos barrios de Montevideo, desde la Unión o Malvín hasta el Cerro, derivó en la división del certamen en dos etapas consecutivas, como se dará entre hoy y mañana viernes, cuando —en total— 42 conjuntos en competencia hagan retumbar los balcones y azoteas de Carlos Gardel e Isla de Flores, desde la ex Cuareim hasta Minas. Esta realidad, si bien dio lugar al surgimiento de estilos eclécticos, no dejó por el camino los sonidos de las tres cunas históricas: Palermo, Sur y Cordón. Al contrario.

Con la marcha de un tren expreso, cada comparsa dará aliento a los coloridos cuerpos de baile y a personajes típicos como los gramilleros (curanderos brujos, temblequeantes y en trance) y a las mamá viejas (madres, abuelas y reinas de las comparsas hasta la introducción revisteril, parisina, de las vedettes).

La diosa de estas primeras bailarinas fue Martha Gularte, que debutó en 1949 en Añoranzas Negras. Los testimonios revelan que en su primera presentación en un concurso sobre tablas, después de la bajada del famoso bailarín "Pirulo" desde una escenografía dominada por enormes tambores, al fondo una bruja hechicera abría llamaradas para que entre ellas surgiera esplendorosa Martha Gularte, nacida en Tacuarembó en 1919.

En 1954 fue Fantasía Negra quien consagró a Rosa Luna, nacida en una pieza del conventillo Mediomundo, quien en realidad debutó a los 14 años en los Granaderos del Amor y en 1953 actuó en Zorros Negros. Hasta que murió, en el invierno canadiense de 1993, ella resultó la estrella de muchas comparsas, como Esclavos de Nyanza, Morenada, Serenata Africana, Marabunta o Kanela y su Barakutanga.

Ninguna de las dos figuras ha sido superada por más que pasaron estampas imponentes: Lola Acosta, Celia Guadalupe, Tina Ferreira o Alba Moreno, destacada no solo por su silueta sino por danzar y cantar.

A través de la sonoridad aguda de los chicos, la grave de los pianos que marcan la base rítmica, y los "dibujos" de los repiques, las agrupaciones rememorarán otra vez aquellas históricas convocatorias manifestadas desde la esquina de un "convento" hacia la de otro, para batirse a pura lonja y madera, en duelos que en ocasiones terminaban en pujas violentas entre los escoberos, verdaderos directores de las comparsas.

Hasta entrado el siglo XX los escoberos no eran meros malabaristas, como hoy, sino los comandantes de una danza con connotaciones guerreras, después de la cual los vencedores les quitaban los trofeos a sus rivales: banderas, estandartes o estrellas. En tanto los componentes de cada comparsa se limitaban a observar, al igual que los vecinos que cerraban sus casas y subían a las azoteas a mirar, los escoberos se trincaban hasta que uno caía a tierra y el otro elevaba la escobilla al cielo, según lo han documentado desde el musicólogo Lauro Ayestarán hasta el cronista Julio César Puppo.

Todo esto sucedía unas cuantas décadas antes de que terminara instituyéndose la competencia "civilizada". Los historiadores de las raíces afrouruguayas, que no son pocos, destacan que en el tránsito hasta el presente fueron claves los aportes realizados desde la década de 1940 por los hermanos Wellington, Raúl y Juan Ángel Silva en el barrio Sur, la familia Pintos Alvin en el Cordón, o antes aún los Giménez, Suárez, Nazareno, Pujol, Gularte, Quiroz y Rada, en la pionera calle Ansina de Reus al Sur, en donde plasmaron un ritmo poderoso y veloz que terminó conquistando al barrio Palermo, de punta a punta.

Desde las 20:25, hoy competirán, con diez minutos de separación entre comparsa y comparsa: Senegal: La Facala, La Fabini, Makale, La Unión Candombera, La Carpintera Roh, Más que lonja, Gorilas de Virunga, Nimba, Uganda, Resurgir de las Catas, La Fuerza, Los Niche, La Mazumba, Nigeria, Reencuentro y Ecos de Palermo. Para actualizarse o ponerse a la moda de títulos de programas televisivos o de revistas y suplementos de diarios, tres de las comparsas nombradas se presentan con siglas: L.U.C., M.Q.L y E.P.

El recorrido se hará por Carlos Gardel e Isla de Flores hasta la calle Minas.

Mañana, desde la hora 20:40, concursarán, en la segunda etapa de las Llamadas, las sociedades de negros y lubolos: Elumbé, Yambo Kenia, C 1080, Sarabanda, Tronar de Tambores, La Jacinta La Figari, Zumbaé Mi Morena, La Generación Lubola, La Dominó, Valores, La Tangó, La Gozadera Uráfrica, La Simona, Batea de Tacuarí, Elegguá, Integración, Las Panteras de Benguela, Triniboa Cenceribó y La Restauración. Además de comparsas invitadas, las dos jornadas serán abiertas por la Reina de las Llamadas Leticia Reyes, sus vices Angie Garin y Maira Rosas, y las coronadas de Carnaval y Escuelas de Samba.

Las localidades remanentes se podrán comprar hoy y mañana en el circuito de los desfiles. El servicio de sillas para estas fiestas fue adjudicado por la Intendencia a un concesionario, quien es responsable de la prestación. Habrá un Palco Turístico, con capacidad para 140 espectadores, ubicado en Isla de Flores y Aquiles Lanza. Las localidades, que cuestan US$ 40 o US$ 55 con traslado ida y vuelta al hotel, pueden adquirirse en el Museo del Carnaval (Rambla 25 de Agosto de 1825, esquina Maciel). El palco cuenta con servicio de bar, baño y seguridad. (Otras localidades: ver abajo la infografía).

Según Meteorología, las Llamadas transcurrirán en noches nubosas pero sin lluvias ni viento. En la doble etapa, alrededor de 250 empleados municipales estarán asignados a la fiesta en el área de seguridad y en la de fiscalización de los tiempos del desfile; participarán la Inspección General y la de Tránsito, además de unos 25 funcionarios nombrados por la gerencia de Eventos de la Intendencia de Montevideo. La vigilancia policial involucrará a un número próximo a los 550 efectivos del Ministerio del Interior. Se estima que para las Llamadas de esta noche asistan alrededor de 20.000 personas y otras 30.000 mañana.

Llamadas que harán vibrarCARLOS CIPRIANI LÓPEZ