Tiene apenas 31 años y puso al gobierno contra la pared. La jueza subrogante Viviana Granese instó a las autoridades sanitarias a solucionar un problema que lleva años: el de los más de 150 perros salvajes de la Colonia Etchepare. También puso fechas para trasladar pacientes y terminar obras en el centro, que garanticen así el respeto a los derechos humanos de los internos.

Se llama Viviana Esther Granese Bortolini. Nació el 21 de agosto de 1983. Y todo parece indicar que ha llevado adelante una carrera ejemplar. Doctora en Derecho y Ciencias Sociales, obtuvo su título en 2008 en la Universidad de la República.

Pidió por los derechos humanos de los pacientes y este es un tema que conoce. Ha realizado varias ponencias sobre Derechos Humanos tanto en la UdelaR como en la Universidad Católica y en el exterior.

Se ha desempeñado en la actividad privada, en el estudio Molinari, Gatto, Cúneo, donde trabajó como abogada especializada en propiedad industrial e intelectual, litigios y derecho del trabajo.

Como jueza, San José no fue su primer destino. Debido a los ascensos que fue obteniendo, trabajó también en Florida, Canelones y Paysandú. El caso de la Colonia Etchepare sí fue el más mediático que tuvo hasta el momento. Como subrogante de San José procesó a un policía por conjunción del interés personal y el público, ordenó su captura y el cierre de las fronteras para atraparlo.

Pero ella parece preferir el perfil bajo; fuentes judiciales dicen no conocerla mucho, no usa redes sociales y es muy difícil acceder a su teléfono. Salió de las sombras, puso al gobierno patas para arriba y volvió a desaparecer.

Viviana Granese