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Fiscalía investiga a una banda que cortó falange y oreja de un secuestrado

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Cerro de Montevideo. Foto: Fernando Ponzetto

VIOLENCIA EXTREMA

Se investiga a una banda que secuestró en el Cerro a un joven de 25 años y le cortó una falange y una oreja y luego envió fotos a su madre.

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Arrancarle una falange de un dedo o una oreja a un adicto deudor o a un delincuente que robó dinero de una “boca” de drogas se transformó en un aviso. Un “mensaje” para otros adictos o integrantes de la banda. En este “negocio” no se juega.

En esta ocasión, la víctima fue un joven de 25 años. Hijo de una policía que estaba en situación de calle desde hace meses.

Fue secuestrado el viernes 8 por una banda del Cerro. Los delincuentes le pidieron a la madre la suma de $ 15.000 como rescate informó ayer Subrayado. Primero le enviaron a la madre unas fotos con la falange cortada y luego una oreja. Posteriormente, lo liberaron. No trascendió si la madre pagó o no el rescate solicitado por los delincuentes.

Pero el mensaje de la banda fue claro: no importa el dinero. Importa que otros delincuentes no cometan el error de quedarse con “algún cambio” o que consumidores dejen de pagar sus deudas de drogas.

Según las fuentes consultadas, los familiares de la víctima del secuestro señalaron que “andaba en malos pasos”, pero no tenía antecedentes penales.

Los investigadores sospechan que la banda ya había adoptado prácticas similares -secuestros con cortes de dedos u orejas- a otras víctimas que residen en el Cerro o zonas aledañas, pero los casos no fueron denunciados por temor a represalias.

Patrullero. Foto: Fernando Ponzetto.
Los investigadores sospechan que la banda ya había adoptado prácticas similares. Foto: Fernando Ponzetto.

La intención de los efectivos de Hechos Complejos es desarticular toda la banda de secuestradores y evitar que alguno de sus integrantes quede en libertad. En caso de que uno o dos miembros de la gavilla quede libre, estas prácticas crueles se continuarán aplicando porque estos tendrán una sensación de impunidad.

“Eso puede derivar en que la banda sea contratada por una organización y secuestre y adopten prácticas crueles con cualquier persona”, dijo un fuente policial a El País.

El caso es investigado por la fiscal especializada en Estupefacientes, Mónica Ferrero, e investigadores de la Departamento de Hechos Complejos.

Sicarios.

Un tiro en la nuca ya quedó muy atrás en los barrios periféricos. Desde hace cinco años, son comunes los casos de tortura y crueldad hacia integrantes de bandas rivales, ladrones de “bocas” de drogas (“mexicanos”) o deudores por consumo de alucinógenos.

Golpizas, cuerpos trozados y enterrados en distintos lugares son hoy situaciones comunes para los fiscales especializados en Drogas y Homicidios.

Los siguientes son tres casos clásicos de crueldad extrema ocurrida en los últimos cuatro años en la periferia de Montevideo.

Julio de 2015

Personal de limpieza del parque de Punta Yeguas encontró un cuerpo descuartizado. A poco más de 20 metros del Camino Antártida Uruguaya, apareció la cabeza, el tronco y una pierna de un hombre de entre 30 y 40 años. La cabeza presentaba golpes y el tronco no tenía los genitales.

El juez del caso, Eduardo Pereyra, destacó que el cadáver presentaba “cortes limpios en las articulaciones” aunque aclaró que en el momento no se pudo especificar con qué objeto se realizaron los cortes. Otras fuentes de la investigación dijeron a El País que es “probable” que para el descuartizamiento se hayan utilizado “sierras eléctricas y cuchillos”.

Agosto de 2016.

Luego de que un testigo encubierto diera a conocer los pormenores vinculados a las torturas, asesinatos y posteriores enterramientos de dos jóvenes en el barrio El Tobogán, ocurridos en 2015, el entonces fiscal especializado en Crimen Organizado, Gilberto Rodríguez, pidió el procesamiento con prisión para tres delincuentes y una orden de extradición para una cuarta persona.

El caso removió todo estereotipo sobre los asesinos y sicarios uruguayos. El propio director de Policía, Mario Layera, afirmó que le sorprendía la crueldad con la que se había manejado un grupo de sicarios organizados que no pasaban de los 25 años de edad.

Julio de 2017.

Efectivos de la Unidad de Hechos Complejos y de Policía Científica encontraron huesos en un predio ubicado en el Cerro. En un principio se sospechó que podrían tratarse de restos de “el Oreja”. La Justicia investiga una información sobre que el delincuente habría sido asesinado, desmembrado y enterrado con cal.

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