Publicidad

"Hoy para muchos trabajadores es más fácil faltar"

Compartir esta noticia
Ernesto Murro. Foto: Marcelo Bonjour.
Archivo El Pais

El ministro de Trabajo se cuida en proyectar qué puede pasar con la próxima ronda salarial y los planteos del Pit-Cnt para que el gobierno cambie las pautas por el aumento de la inflación.

Murro reconoce que la situación es “preocupante”, pero prefiere ir caso a caso en el marco de los Consejos de Salarios. “Hay un compromiso del presidente Vázquez de que no se pierda salario”, recuerda. Entrevistado por El País, el ministro habla además de su concepto de “cultura del trabajo” y de cómo hay que incentivar a la gente tanto en el ámbito público como privado para que no falte. También se manifiesta en contra de las off shore, porque están para “ocultar o eludir algo”, afirma.

—En el mensaje del 1° de mayo llamó a evitar la pérdida de puestos laborales como ya ocurrió en 2015. ¿Qué tan en riesgo se está?

—En pocos meses se agravó la situación internacional, cayó el comercio, bajaron los precios de los principales productos. La crisis de 2008/2009 no nos afectó tanto, pero esta nos está afectando más porque se sumó la situación climática que tuvo un impacto fuerte. La respuesta del gobierno es invertir más en infraestructura, que va a hacer que se genere trabajo de reconstrucción, tratar de diversificar mercados. Entonces, estamos en una situación complicada, pero no crítica. Tuvimos una caída de 28.000 puestos de trabajo y por primera vez cayó la recaudación de cotizantes al BPS. Creo que son indicadores que nos deben preocupar partiendo de que no estamos en la crisis de 2002.

—Empresarios y Pit-Cnt están afines a la reducción de jornadas laborales. ¿Cómo lo ve?

—Lo veo bien. Estas cosas deben ser objeto de la negociación colectiva. Ya hay antecedentes. Por ejemplo, en los free shops se acordó trabajar seis horas y estar por dos horas en el seguro de paro. Ese es un ejemplo de flexibilización ante la crisis en Brasil que hicimos hace cinco meses y está funcionando. Si es con reducción de salario o no es algo que se debe discutir en el Consejo; lo mismo si es por rama de actividad o por empresa.

—Recientemente la Cámara de Comercio planteó la necesidad de modificar el mecanismo de descuelgue y el taxi directamente lo pidió. ¿Cree que más empresas podrían acogerse?

—Descuelgues hay. El año pasado tuve un planteo del sector de la industria química. En el caso del taxi fue improcedente el planteo, no había justificaciones. Hay que ver cada caso y hay que analizarlo y ver cómo esto se previó en los convenios firmados. Si surgen propuestas las atenderemos, pero siempre en el marco de la negociación colectiva.

—En junio caerán el grueso de los convenios y dos sindicatos fuertes negociarán los suyos, como el comercio y la construcción, en donde el sector empresarial ya advirtió que no hay margen para aumentos. ¿Prevé una ronda conflictiva?

—El año pasado funcionaron 65 grupos y subgrupos, y 75% resolvió con voto favorable de empresarios y trabajadores y eso no era lo que se decía que iba a pasar. Hoy, con retroactividad al 1° de enero, 32 grupos y subgrupos están negociando y se han resuelto 15, y 14 son acuerdos tripartitos. Por tanto, vamos a ver qué pasa. Somos un ministerio de diálogo y los resultados están siendo diferentes a las previsiones o declaraciones de los empresarios y trabajadores previo a la negociación.

—En la reunión que tuvo el Pit-Cnt a principios de año con el presidente Tabaré Vázquez se dejó en claro que no se modificarían las pautas, pero se acordó volver a conversar a mediados de año. La central sindical pide correctivos anuales por inflación. ¿Es viable?

—El discurso del Pit-Cnt del 1° de mayo fue maduro y razonable. En esa reunión cuando se haga en junio, si la convoca el presidente, vamos a poder hacer una evaluación y ver cómo hemos avanzado en los planteos. Estamos trabajando en la justificación de los despidos, el proyecto de insolvencia patronal y estamos discutiendo en estas horas de forma tripartita el tema de la queja en la OIT que debemos resolver en 15 días. Uruguay no merece estar en la lista negra de la OIT acusado por violaciones a la negociación colectiva por el sector empresarial. Estamos conversando con las cámaras y el Pit-Cnt para ver si logramos acuerdos, pero no para que Uruguay solamente no esté en la lista negra sino porque estamos avanzando tripartitamente en mejorar el sistema de relaciones laborales.

—Lo cierto es que esos puntos forman parte de los planteos de los trabajadores, pero el central es el ajuste por inflación anual.

—Nos preocupa que la inflación lleve tres meses por encima del 10%. Hay que recordar que los lineamientos tienen flexibilidades intrínsecas y estamos llegando a acuerdos. Hasta ahora se han firmado mayoritariamente con ajustes a los 18 meses. Acá hay un compromiso del presidente Vázquez de que no se pierda salario. El tema es que no es lo mismo que la inflación esté en 8% que en 10% y ahora estamos por encima, pero no se puede medir cuando estamos dos meses arriba. En 2015 no se perdió salario, solo se mejoró menos. El objetivo es seguir así pese a la complejidad. No está habiendo pérdida salarial por el momento.

—El dirigente sindical Richard Read plantea que los Consejos de Salarios deberían modificarse porque los sindicatos fuertes son los que han conseguido mayores aumentos respecto de otros que trabajan a la par y no tienen tanto peso. ¿Comparte el planteo?

—Solo tengo una reflexión: los trabajadores rurales y las domésticas sin el gobierno del Frente Amplio no habrían tenido las conquistas que han tenido y no son sindicatos fuertes.

—Se anunció el pago de una partida por asiduidad a los funcionarios de la Administración Central, y que en el primer año no se va a medir si se falta o no, lo que ha sido cuestionado. Usted es uno de los que ha reiterado varias veces, incluso en el discurso del 1° de mayo, la idea de fomentar la cultura de trabajo con asiduidad y productividad. ¿No es contradictorio?

—Partidas de presentismo existen en muchos sectores públicos y privados. Igual tenemos que mejorar la asiduidad así como la responsabilidad empresarial y la formación de trabajadores y empresarios; todo es parte de la cultura del trabajo. Esta primera partida no se podía controlar porque el convenio se firmó en diciembre; se va a controlar para el año que viene y la van a cobrar los que asistan. Y eso está bien. Tenemos empresas privadas con 20% de ausentismo y eso no puede ser. Los mayores niveles de ausentismo se dan los viernes, sábados y lunes y eso hay que mejorarlo; no se mejora con represión o sanción y tampoco solo con dinero. Hoy en Uruguay hemos perdido cultura de trabajo, ética de trabajo, calidad de trabajo, asiduidad. Hoy para muchos trabajadores es más fácil faltar.

—¿Por qué cree que ocurre eso?

—Yo trabajé 15 años en una fábrica y parar 24 horas era muy difícil. Hoy parecería que es más fácil, por la mejora de la gente, por el multiempleo. Hoy hay gente que falta menos de tres días, que es a partir de lo que el BPS paga, y pierde el jornal. Nosotros hablamos de la necesidad de cambiar y eso se hace desde la empresa, la familia, la escuela. A mí me asombró mucho cuando vi un aviso de Zonamérica que decía algo así: "¿Y por qué no ir con la guitarra al trabajo?". Nosotros en el BPS inauguramos la gimnasia laboral. Creo que hay que trabajar sobre lo motivacional y para eso necesitamos que las empresas y los empresarios comprendan esto porque hoy hay gente que deja el trabajo y no por una mejora salarial. Estamos con un problema central del país que es la cultura del trabajo público y privado, de trabajadores y empresarios. Yo quiero que no faltemos, pero que además trabajemos con más calidad, por eso pongo el ejemplo de la guitarra en Zonamérica. Claro, si se entra a un organismo público y se ve a un trabajador tocando la guitarra eso es tapa de un diario.

—Con el Estado los uruguayos se sienten "accionistas" y por eso tienden a opinar más.

—El tema es que todos pagamos todo. Cuando un trabajador trabaja en una empresa privada también es el pueblo el que paga. Cuando yo compro un servicio o un producto también pago lo que se le va a pagar a ese trabajador.

—Pero eso se da dentro del ámbito privado y yo ahí puedo elegir si comprar o no.

—Pero eso es como el estrictísimo control que existe de una asignación familiar o tarjeta del Mides y el escasísimo control que existe de los que tienen plata y la sacan en una cuenta offshore en el exterior. Es el mismo ejemplo. Si con una tarjeta de pobre alguien se compraba un celular eso era cuestionado; ahora si un millonario sacaba la plata del Uruguay y en vez de invertirla acá la invertía en las Islas Caimán no es problema. No estoy de acuerdo. La plata que se lleva el millonario al exterior también la pagan todos los uruguayos.

—Pero el millonario mientras cumpla con la ley tiene derecho a colocar sus fondos donde quiera. En Uruguay no es ilegal tener una offshore.

—Pero en estos casos esas cosas se hacen para ocultar o eludir algo.

—Recientemente se dio a conocer que el presidente del Plan Ceibal y director del LATU, Miguel Brechner, tiene una empresa offshore.

—Cada uno que se ponga el sayo que le corresponda.

"Hay que encarar" el tema de los cincuentones.

El ministro Ernesto Murro dijo que el problema jubilatorio de los "cincuentones" que se vieron perjudicados con el cambio de sistema previsional es un tema que el gobierno debe hacer frente aunque hay que analizar "cuándo y cómo". "Hace 20 años se decían proyecciones de lo que iba a pasar. Hoy hay resultados y lamentablemente en algunos casos no nos equivocamos. Hoy hay que encararlo. Los primeros que tienen que asumir esto son los promotores de los partidos Colorado y Nacional. Esto no es culpa del BPS ni del tope que puso la ley. El sistema parlamentario fue el que lo votó en base a una propuesta del Ejecutivo", dijo Murro. El ministro rechazó la cifra de US$ 200 millones por año que planteó República AFAP que costaría solucionar los perjuicios a los 27.000 "cincuentones" perjudicados. "Hoy lo que está aceptado es que el sistema se mantenga. Entonces hay que mejorarlo gradualmente por la gente y las empresas. Tiene que tener sostenibilidad. Hay que hacer reformas periódicas. El problema es que nos urge en un momento que no es el mejor del país". Por otra parte, Murro sostuvo que "no está planteado analizar un aumento en la edad de retiro sin analizar otros factores". Hoy, afirmó, pese a que la edad legal de retiro es de 60 años, la edad de retiro real es de 63. "Hay un factor que es la tasa de reemplazo, que es el porcentaje de jubilación en relación al salario que es menor a lo que se da en otros países. Entonces la edad de retiro no se puede discutir sola. No es lo mismo discutir la edad de retiro con o sin sistema de cuidados, ni la edad de retiro o la tasa de reemplazo con o sin el sistema de salud".

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Ernesto Murro. Foto: Marcelo Bonjour.

ERNESTO MURROLUCÍA BALDOMIR

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad