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Hormigón en veredas de Ciudad Vieja para evitar "cambalache"

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Todas las baldosas serán levantadas y en su lugar se colocará una capa gris de cemento. Foto: D. Borrelli
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Grises, uniformes y ásperas: las veredas de la Ciudad Vieja serán todas iguales. La Intendencia de Montevideo y el Municipio B resolvieron invertir unos US$ 10 millones para cubrir de hormigón puro y duro las 84 manzanas del casco histórico.

El hormigón es para las autoridades departamentales y locales, la mejor alternativa para evitar el "cambalache" de veredas de todos colores y calidades, según explicó a El País el alcalde Carlos Varela.

"Esto va acompañado a un protocolo de exigencia para quienes rompan las veredas de que reparen toda la faja en lugar del tramo afectado", afirmó. Al respecto, todavía la IMM no ha diseñado una reglamentación específica.

En la Intendencia todavía no saben si la obra será cobrada a los vecinos con la Contribución Inmobiliaria Urbana. "Estamos estudiando el tema porque parte de la obra se financia con un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)", explicó una fuente municipal.

Se trata de un plan de acción global que durará unos dos años y que llevará a "levantar" todas las veredas que no se encuentren en buenas condiciones. Eso también implica a los edificios nuevos o de reciente instalación. "Si vamos a levantar todo, no vamos a dejar esas, por más que están bien", explicó el alcalde Carlos Varela.

Podrían salvarse las peatonales Sarandí y Pérez Castellano y algunas zonas tradicionales como la esquina de Rincón y Misiones, donde funciona la Bolsa de Valores y la Cámara de Comercio. En ese sitio la vereda "está en buenas condiciones y guarda una unidad en toda la cuadra", afirmó.

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Antes de iniciar la obra, los arquitectos municipales consultaron al ex intendente e integrante de la Comisión del Patrimonio, Mariano Arana, sobre el valor patrimonial de los losetones de granito que están instalados hace décadas en arterias de la Ciudad Vieja. Arana dijo que las piedras no tienen un valor patrimonial de importancia y la comuna decidió retirarlas.

Turismo.

"El objetivo es mejorar la calidad de vida de un barrio que es una referencia principal para el turismo. En lugar de hacer remiendos vamos a hacer un plan integral de obras. El primer impacto será en la imagen de la ciudad y el país", sostuvo Varela.

En cada esquina habrá rampas de accesibilidad y en tramos de algunas cuadras se elevará el nivel de la calle para bajar la velocidad del tránsito, los llamados "pavimentos rasantes".

Esta última medida se aplicará en toda la plaza Zabala donde se suprimirán lugares para estacionar.

Los técnicos de la Intendencia estiman que algunas veredas del barrio podrían ser "ensanchadas" entre 20 centímetros y 30 centímetros.

El criterio de los expertos es que "debe haber lugar suficiente para que pasen dos ómnibus juntos". En ese caso se encuentra la calle Buenos Aires, donde hay lugares en que las paradas de ómnibus están en sitios muy angostos que ponen en riesgo a los usuarios.

Hay un proyecto paralelo que consiste en crear "microparques". Se trata de ensanches de las sendas junto a la instalación de mobiliario urbano liviano y algo de "verde". "Se utilizarán elementos livianos que si tras una evaluación posterior se concluye que no se usa o genera perjuicios, se pueda retirar para ser colocado en otro lugar", dijo el alcalde.

Hasta el momento el proyecto ejecutivo no ha sido redactado aunque ya se maneja que el plan se podría aplicar en calles como Bartolomé Mitre o Juan Carlos Gómez.

También se desarrollarán obras en las plazas Isabelino Gradín, Larroca, de la Diversidad, Mercado Chico y Puerta de la Ciudadela.

A esto se suman cambios en la iluminación y obras en distintos espacios públicos, entre ellos la Plaza de Deportes N° 1 que se volverá una "plaza de convivencia", similar a la Líber Seregni del Cordón. Esta obra se concretará en la medida que se apruebe el Fideicomiso Municipal.

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Todas las baldosas serán levantadas y en su lugar se colocará una capa gris de cemento. Foto: D. Borrelli

Invertirán US$ 10 millones en un proyecto que llevará dos años de obrasPABLO MELGAR

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