TERCER CONGRESO

Con 779 delegados, el doble que en las dos anteriores ediciones, comienza hoy el Congreso de la Educación.

Este instrumento de consulta ciudadana, que prevé la ley promulgada en 2009, ha sido criticado por su "ineficacia". Eso llevó a que el Partido Independiente y el Partido Nacional no hayan querido participar. Sin embargo, el considerable aumento en la representación "le dan otra legitimidad" al evento, dijo Edith Moraes, subsecretaria de Educación.

El Campus de Maldonado es la sede en la que los representantes de las comisiones territoriales pondrán en consideración las propuestas recogidas en los 19 departamentos. En este sentido, el Congreso llega a su instancia final en que termina decantándose, como en un embudo, todos aquellos que fue propuesto con anterioridad.

Uno de los cuatro ejes genera, según la síntesis previa y los dichos de Moraes, un consenso. Se trata de la aprobación de un Plan Nacional de la Educación. Digamos que la ley de educación ha fijado los principios fundamentales que deben regir el sistema de enseñanza uruguayo. El plan es aquello que, en orden jerárquico, le sigue a la ley y oficia de paraguas para establecer los ejes transversales sobre el que los entes autónomos planifican el quinquenio.

En buen romance, un Plan Nacional puede proponer, por ejemplo, que la "educación ambiental" sea un eje del sistema de educación uruguayo. Entonces la UdelaR, la ANEP y la UTEC (los tres entes autónomos de la educación) deberán ajustar sus programas y contenidos a esos lineamientos.

En la tardecita del domingo se sabrá si, efectivamente, el consenos previo se transforma en una aprobación masiva.