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"Hay más compromiso en arrestos ciudadanos"

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Quintero había residido en La Comercial. Trabajó en un aserradero, hasta irse a Maldonado.

Cuando los periodistas fueron llamados al despacho de la jueza Adriana Graiziuso, lo primero que puntualizó era que quería "destacar el proceder de los vecinos, porque es algo que no pasa siempre".

David González es un vecino que vive hace varios años en Solymar y el pasado domingo fue uno de los protagonistas a los que hacía referencia Graziuso.

González y su esposa estaban en su casa cuando comenzaron a escuchar los gritos de la joven de 26 años que era asaltada por el violador de Ciudad de la Costa, en el cruce de Barlovento y Las Palomas.

"El hombre se le acercó y le preguntó dónde era la playa. Y ella le contestó sin problemas porque es nueva en el barrio. Hace poco que se mudó", contó González.

"Después se le acercó y le pidió que la siguiera y ahí fue cuando empezó a gritar", afirmó.

"Estas mujeres", dijo el violador cuando quiso emprender la retirada caminando, pero al verse perseguido por varios de los vecinos, comenzó a correr por la calle Barlovento, hacia la zona de Márquez Castro.

Precisamente en la intersección de esa calle y Las Acacias, fue detenido por los jóvenes que lo perseguían. Paralelamente la mujer de 26 años, que había sido abordada por el violador, solicitó ayuda en la casa de González, quien vive a una cuadra de donde fue abordada.

"Ahí es cuando yo llamo a la Policía. En un minuto estaban ahí", afirmó el vecino de Solymar, quien señaló que luego de hablar con la Policía dio aviso al padre y al esposo de la víctima.

González afirma que tras el hecho "salió medio barrio a la calle", porque "no es la primera vez que pasa algo así".

El vecino recordó que hace poco más de un año se generó una situación similar y que los vecinos actuaron de la misma forma.

Si bien no hay cifras oficiales respecto a la cantidad de arrestos ciudadanos que se están dando en estos momentos, fuentes policiales consultadas para esta nota, señalan que cada vez son más.

"Se nota en la calle un mayor compromiso de la gente", afirmó un efectivo que cumple tareas en la calle.

"Si bien a veces falta un poco más de testimonios para aclarar los casos, la gente se está dando cuenta que puede con los delincuentes, sobre todo cuando son detenidos in fraganti", afirmó.

Desde el Ministerio del Interior la sensación es similar aunque no haya cifras con que compararlas.

"A la hora de ingresar una denuncia al Sistema de Gestión Policial, no se discrimina entre arresto ciudadano o arresto policial", informó Fernado Gil, vocero de la Unidad de Comunicación de dicha cartera.

Antecedentes.

Tras conocerse el procesamiento de Luis Daniel Quintero Gutiérrez, de 28 años, como autor de una violación, dos rapiñas y lesiones, vecinos de la zona de La Comercial reconocieron a este individuo como el ex empleado de un aserradero que residía en una pensión de la calle República.

"Hacía mucho tiempo que no lo veíamos", contó Carlos, un vecino de la zona.

El mismo vecino señaló que a fines del año pasado, cuando Quintero todavía vivía en esa zona, tuvo "un problema con la ley".

"Acá hubo vecinos que lo denunciaron porque había manoseado a unas menores en un comercio. Fue detenido, lo indagaron, pero quedó libre", afirmó este vecino a El País.

Cuando salió, volvió a la misma pensión en la que vivía, pero debió irse al poco tiempo porque no había pagado el alquiler mensual, comentó Carlos.

Luego, según las versiones brindadas por la Justicia tras su procesamiento, el hombre marchó a Maldonado, donde hizo varias changas y donde, según testimonió a la Justicia durante su proceso, no cometió delitos, aunque se sospecha de un par de rapiñas cometidas en ese departamento en los primeros días del año.

Quintero confesó, tanto a la Policía como a la Justicia, que es consumidor de cocaína, marihuana y hongos alucinógenos.

La Justicia espera tener en las próximas horas los resultados del ADN enviados a Policía Científica, para determinar si Quintero está involucrado con las violaciones de una joven de 14 años de origen malayo-mexicano y de una adolescente de 15 años, alemana, estudiante de intercambio, cometidas entre los años 2013 y 2014, casos estos que aún no tuvieron una resolución judicial.

Un héroe uruguayo del arresto ciudadano.

Gustavo Volpe es considerado como el primer "héroe" en arrestos ciudadanos. Volpe, de entonces 21 años, fue asesinado por un delincuente que había robado la cartera a un pasajero de un ómnibus. El joven salió a perseguirlo, pero fue interceptado por un cómplice de éste, quien le asestó una puñalada en el tórax. Volpe falleció esa misma noche, el 21 de diciembre de 1954, a poco menos de un año de recibirse como médico. Precisamente, ese día había aprobado uno de los exámenes más difíciles en la Facultad de Medicina.

Amenazaba a víctimas con un cuchillo al cuello.

El auto de procesamiento de la jueza de Ciudad de la Costa, Adriana Graziuso, refiere a un caso de violación y dos intentos cometidos por Luis Daniel Quintero contra víctimas jóvenes en los balnearios de Pinamar, Salinas y Solymar en el último mes.

El documento reseña que, a las 17:30 horas del pasado 21 de marzo, una adolescente de 14 años caminaba por la calle Nogueira en el balneario Pinamar. Quintero la sorprendió y le colocó un cuchillo en el cuello. Enseguida le manifestó que la degollaría allí mismo si no lo acompañaba. La víctima le dijo que se llevara el dinero y el celular y que la dejara. El delincuente la condujo a un monte cercano y la violó.

A las 13:30 horas del 15 de abril de este año, otra adolescente de 17 años padeció el mismo modus operandi del violador. Sin embargo, la víctima gritó y un vecino salió al portón de su casa. Quintero la tiró al piso y salió corriendo. El pasado viernes 19 de abril, a las 21:00 horas, Quintero repitió el procedimiento con una joven de 26 años, que bajaba de un ómnibus en Solymar. La víctima también gritó. Varios vecinos salieron de sus casas y atraparon al violador.

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Quintero había residido en La Comercial. Trabajó en un aserradero, hasta irse a Maldonado.

“Salió medio barrio a la calle”, contó un vecino de SolymarDIEGO CASTRO

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