Publicidad

El hambre en Parque del Plata

Compartir esta noticia
Olga cobra prestaciones del MEC y del Mides y percibe unos 4.000 pesos por mes. Foto: L.Carreño.
[[[LEO CARRENO LEONA1803@GMAIL ]]]

Javier dice que tiene suerte. Desayuna todos los días. Cuenta con una beca de cantina que le permite comprar cada mañana un sándwich y un café con leche. Va al liceo de Parque del Plata.

Está en primero. Sostiene que muchos de sus compañeros de clase no tienen qué comer. Él ya sabe que el sándwich no se lo va a poder comer todo. Siempre lo parte en dos para compartirlo con el que más hambre tenga. A veces, dice, ni siquiera le da un bocado: la mitad es para un compañero y la otra mitad para otro. Tiene 12 años. En su casa las cosas tampoco están nada bien. Vive con su madre y su padrastro. Ninguno de ellos trabaja.

En una asamblea que se llevó a cabo en la tarde de ayer en el liceo de Parque del Plata los docentes hicieron números. En el turno de la mañana al centro van 300 alumnos, 100 están en situación de vulnerabilidad por las condiciones en que viven (expuestos a la pobreza, con padres sin trabajo, en hogares violentos...) y de estos últimos 50 llegan todos los días o día por medio con hambre. Ellos les dan de comer. Hay quien lleva viandas, hay quien compra algo en la cantina, hay quien va a trabajar con una bolsa de leche.

Dos cuadras para un lado y dos cuadras para otro esta realidad que denuncian los profesores parece ser de otro planeta. Casas de material. Garajes con autos. Muchas antenas de televisión. Un kiosquero que dice que "los profesores inflaron la realidad". Pero si uno va más lejos, y se acerca a las calles paralelas a la Ruta 11, la situación se vuelve otra: ranchos con techo de lata, casas de madera de una sola habitación, almacenes con más huecos en la vitrina que mercadería y caras largas, muy largas. Un vecino que indica que muchas de las viviendas están edificadas en terrenos que no pertenecen a quienes los usufructúan.

"Hay mucha miseria y cuando salen de la escuela de tiempo completo ya no tienen la alimentación que necesitan", dice Romina, exalumna del liceo de Parque del Plata, que carga en sus brazos a un bebé de pocos meses. Y advierte que el problema no es nuevo. Cuando ella iba los mismos alumnos juntaban dinero para comprar leche, recuerda.

Todos los años sale de la escuela 153 Manuel Oribe, de tiempos completo, una camada de unos 100 alumnos que casi siempre terminan en el liceo de Parque del Plata. Ellos y sus padres pasan de una realidad a la otra. El Estado se había hecho cargo por años del desayuno, almuerzo y merienda de los niños. Ahora ese gasto corre por cuenta de los progenitores.

"Si no les dan de comer es porque no se saben organizar", dice Susana tras el mostrador de su almacén. Al comercio le quedan pocos días. En la puerta una pizarra anuncia: "liquidación por cierre". Dice que pidió un préstamo que no va a poder pagar. Dice que la van a mandar al Clearing. Dice que trabajó en una empresa de seguridad y no le pagaron. Dice que por eso hizo una denuncia al Ministerio de Trabajo. Dice que vive con su exmarido en el mismo techo porque no tienen otro lugar donde ir. Tiene dos hijos, uno cursa primero en el centro Parque del Plata y el otro sexto en la escuela 153. "Este año se complicó y el año que viene se va a complicar más", reconoce; sin embargo, sin indigna con aquellas "madres que se gastan la plata en cualquier cosa". Y explica: "el Mides te da dinero, al menos para comer alcanza, si no le dan el alimento a sus hijos es porque no gastan en lo tienen que gastar".

A dos cuadras de allí está la casa de Olga. Un rancho, un perro que ladra fuerte y varios fierros herrumbrados tirados en el terreno. Ella también tiene dos hijos. Ambos van al liceo de Parque del Plata y dice no tener problemas para darles de comer. Su esposo vende leña, ella trabaja cuando "sale alguna limpieza". El Estado se encarga de sus hijos. Cobra asignación familiar (unos 700 pesos por mes por cada uno), tiene la Tarjeta Uruguay Social (otros 700 por mes por cada uno) y la ayuda que da el MEC para los alumnos que viven en contextos vulnerables (2.000 pesos cada dos meses por los dos). En total, cada inicio de mes cuenta con unos 4.000 pesos. "Nadie tira manteca al techo, pero comer, comen", sostiene.

Muchos padres de los alumnos del liceo Parque del Plata estaban enojados ayer. Una madre se quejaba: "nos dejaron como unos muertos de hambre. Qué se diga quién no manda a los chiquilines comidos; porque si cobran el Mides les tienen que dar la comida". Una alumna, en tanto, acotaba: "el problema son los precios de la cantina, un refuerzo con una sola feta de fiambre 35 pesos".

El Consejo de Educación Secundaria prometió ayuda: más vales de cantina para los alumnos. Profesores del centro, en tanto, advertían ayer que se necesita buscar soluciones de fondo. Y aclaran que tampoco quieren un comedor en el lugar. "Lo que queremos es dar clases, somos educadores", explicaban.

"Nos apedrean el liceo; no hay 222 desde enero".

"Necesitamos adscriptos, equipos multidisciplinarios, la única psicóloga que tenemos no puede acaparar toda esta situación de emergencia que estamos viviendo. No tenemos asistente social. Otro de los grandes problemas es que no tenemos 222 desde enero. Muchas veces nos apedrean el liceo. Nos cortaron hasta el tejido. La situación es compleja", resumió la delegada de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) y docente del liceo de Parque del Plata, Silvia Ramos.

La sindicalista advirtió que contabilizaron en 50 a los jóvenes que llegan al centro con "hambre". Y señaló que el problema se viene arrastrando desde hace mucho. "Estamos trabajando hace tiempo con esta situación. No es algo nuevo. Estamos tendiendo redes para tratar de ayudar a los chiquilines en lo que necesitan", precisó Ramos en rueda de prensa.

La delegada de Fenapes también apuntó que darle de comer a los jóvenes no debería ser un trabajo que lleve a cabo Secundaria. "No es que no queramos darles de comer, es que hay instituciones que se deben encargar de eso. No podemos recargar a la educación con más roles que no podemos cumplir. Somos asistentes sociales, somos psicólogos, damos de comer... ¡más no podemos! Nuestro rol como docentes se está desvirtuando. Nosotros somos educadores, no quiere decir que no nos queramos hacer cargo… Viene a nosotros el reflejo de una sociedad que está viviendo esto. Lo que podemos hacer es transmitir lo que está pasando, pero no podemos cambiar la realidad", sostuvo.

En tanto, el también delegado de Fenapes y profesor del liceo de Parque del Plata, Antonio Ferreira, dijo: "queremos resaltar que la oferta que se está dando a nivel educativo es insuficiente, sobre todo en esta área del interior del país que es de expansión. Es una población que está en crecimiento continuo y el liceo no está dando abasto con las necesidades de los estudiantes".

Otra vez en la escuela a comer.

Tras una reunión que se llevó a cabo en la mañana de ayer en el Consejo de Educación Secundaria, en la que también participaron representantes de la Intendencia de Canelones y profesores del liceo de Parque de Plata, la directora general Celsa Puente prometió aumentar el programa de becas para los alumnos que pasan "hambre", según han denunciado los docentes. También la jerarca se comprometió a establecer contacto con Primaria para que el comedor de la escuela de tiempo completo N° 153 de Parque del Plata pueda recibir a algunos estudiantes del liceo. La comuna canaria, en tanto, acordó enviar un asistente social al centro, que está desprovisto de equipos interdisciplinarios y tan solo cuenta con una psicóloga. Por otro lado, Secundaria le pidió al Mides que revise qué familias con alumnos en el centro de Parque del Plata cobran una prestación y si alguna no lo hace y lo necesita.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Olga cobra prestaciones del MEC y del Mides y percibe unos 4.000 pesos por mes. Foto: L.Carreño.

De 300, 50 alumnos llegan al liceo con la panza vacía, según los docentesCARLOS TAPIA

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad