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Ser francotirador en Uruguay

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Comandos pueden permanecer al acecho durante horas y días.

El 22 de enero se estrenó en los cines uruguayos El Francotirador, (American Sniper) una película basada en la historia de Chris Kyle, un soldado americano especializado en disparos de altísima precisión. Hasta ayer la habían visto unos 17.000 uruguayos, lo que la convierte en una de las más taquilleras, según datos de la distribuidora local.

Kyle participó de cuatro misiones en Irak, donde abatió a por lo menos 160 enemigos y se transformó en una leyenda de la guerra. El enemigo puso precio a su cabeza y envió a su mejor tirador a darle captura. Para la tarea el especialista utilizaba un fusil Dragunov, de origen ruso. El arma fue la primera en ser diseñada para la tarea específica de los francotiradores.

La Guardia Republicana uruguaya tiene en su poder varios fusiles de francotirador, entre ellos un Dragunov. Sus francotiradores disparan también con los austríacos Steyer y los Imbel 762 de origen brasileño.

Algunos tiradores se especializaron en el fusil antimaterial denominado Peregrino, calibre .50, un arma capaz de destruir un automóvil a 1.500 o 2.000 metros. Se trata de un fusil poderoso, creado por un ingeniero uruguayo.

Luciano Oviedo pone la bala en la recamara del fusil. Corre el cerrojo, apunta, aguanta la respiración para evitar que el arma oscile. El blanco está a más de 300 metros. Sabe que si estuviera en operaciones tendría una sola oportunidad, si falla todo el procedimiento se desmoronaría, o lo que es peor, podrían morir inocentes.

De pronto el fusil escupe su fuego mortal y la bala atraviesa el papel que muestra la silueta de un ser humano. El tiro es perfecto. Si fuera un ser humano, le habría volado la cabeza.

Para llegar a ese nivel de perfeccionamiento pasaron años de entrenamiento, de hecho de los más de 1.000 efectivos con que cuenta la Guardia Republicana apenas unos pocos tienen el honor de ocupar ese puesto. Antes la Guardia realiza una selección entre los agentes egresados de los cursos básicos de la Policía.

Oviedo y el resto del grupo de francotiradores tuvieron que pasar por las pruebas más duras y demostrar tener un temple muy especial, según explicó a El País el comandante de la Guardia Republicana, Robert Iroa. "Las técnicas de disparos se pueden enseñar y hasta mejorar, pero lo que precisamos es gente con una naturaleza muy especial", afirmó.

La vida del guardia Oviedo no es fácil. Es un avanzado estudiante de psicología pero también tiene que responder a una carga de obligaciones de entrenamiento y servicio propias del puesto que ocupa.

El año pasado perdió seis meses de estudio por su trabajo en la unidad. Durante todos los fines de semana de ese período fue desplegado en una misión para detener a una banda de narcotraficantes.

Según los datos que aportaba Inteligencia los delincuentes pasaban por un lugar determinado los días sábado y domingo. Llegar al lugar con un grupo policial numeroso espantaría a la banda. Fue así que Oviedo y el jefe Iroa conformaron un dúo que se hizo cargo de la vigilancia. Durante horas y días se mantuvieron literalmente bajo tierra y al acecho.

"No conocíamos el lugar en que se realizaría el operativo, nos llamaron y salimos", narró Oviedo. "Varias veces sentimos que teníamos a ese gente a pocos metros; no nos pisaron de casualidad", agregó Iroa.

Finalmente el operativo alcanzó el objetivo y la Policía logró detener a la banda con 700 kilos de droga.

Por haber ingresado a la Policía como personal subalterno, la carrera policial de Oviedo está limitada, nunca podrá ser comisario u ocupar cargos jerárquicos. No obstante, por haber culminado Secundaria, el guardia podría ingresar a la Escuela de Policía para llegar a ser oficial y percibir un salario mejor. Sin embargo, prefiere mantenerse en esas condiciones para no perder la calidad de francotirador.

Ángeles.

Durante las operaciones policiales o militares el francotirador se convierte en los ojos del jefe del procedimiento ya que por su posición elevada visualiza con la mira telescópica todo el escenario donde sus compañeros hacen su tarea. En el Ejército les llaman Ángeles de la Guarda porque su misión es dar protección a los infantes desde las alturas.

También tienen a su cargo la observación para detectar la presencia de otros francotiradores que podrían actuar contra sus compañeros o las personalidades que está custodiando en ese momento.

En el Ejército también hay especialistas en tiro de precisión. Los más calificados están dentro del Batallón de Infantería Paracaidista N° 14 dentro de una sección de la Compañía Contraterrorista "Escorpión".

Junto con una sección de "asalteros" se han especializado en el manejo de tomas de rehenes, por su condición de paracaidistas pueden ser desplegados rápidamente en cualquier punto del país en el marco de las operaciones especiales, según explicó el teniente coronel Daniel Ubal, a cargo del grupo.

Además, son expertos en el uso de los fusiles Steyr y Mc Milan calibre .50. El resto de la sección porta fusiles Accuracy, de origen inglés, y los alemanes HK MSG-90.

Desde hace algunos meses el sargento Alfredo Guerra está en la ciudad de Goma, Congo. Especializado como francotirador allí cumple las funciones habituales de su grado en el marco de las Misiones de Paz.

Su nombre quedó registrado en la memoria de los comandos cuando hace dos años consiguió colocar tres disparos en un blanco situado a 800 metros, todo un récord para la especialidad. Para realizar esos disparos utilizó el fusil Peregrino calibre .50 de factura uruguaya.

Además de ser un francotirador calificado, el sargento Guerra también se desempeña como paramédico.

Desempleo cero.

La instrucción básica para lograr que un soldado convencional se transforme en un francotirador de élite lleva un total de veintiséis semanas. Un francotirador militar también tiene formación como comando paracaidista.

Para lanzarse desde un avión se precisa realizar más de 30 saltos como mínimo. A estos se le agregan los cursos de buzos tácticos, comandos y una formación mínima como francotirador. Sin embargo, los efectivos no están completamente formados hasta que tienen varios años en el puesto. Cuando llegan a la cima de la formación militar ostentan los grados de cabo o sargento, ganan unos $ 14.000 y por lo general tienen familia a cargo.

Muchos optan por irse a cumplir Misiones de Paz en el exterior lo que les reporta unos US$ 9.000 tras vivir nueve meses en el Congo o Haití. Otros, toman el camino de cambiar de uniforme y pasar a la Policía donde son recibidos por la Guardia Republicana.

Allí los espera un salario que ronda los $ 20.000 y la posibilidad de hacer algún dinero extra con los servicios 222. A su vez, los efectivos policiales de élite son tentados por embajadas o empresas particulares por salarios muy superiores.

La semana pasada un francotirador policial ingresó a trabajar en la custodia de una sede diplomática por un salario que supera los $ 48.000 por mes.

Preparados

La vocación de los francotiradores implica una preparación muy particular. Deben ser comandos, lo que requiere un entrenamiento especial para personal seleccionado por su naturaleza mental y física. Además, tienen que recibir instrucción sobre física, meteorología, balística, matemáticas y Derecho. La élite policial, como el resto de los ciudadanos, puede actuar únicamente en el marco de la legítima defensa, según aclaró el jefe de la Guardia Republicana, Robert Iroa. Por estos días la Guardia está estrenando un nuevo uniforme, abandonó el tradicional de color negro y pasó a usar uno "camuflado digital" parecido al de los militares.

EN ACCIÓN

Sin muertos del bando uniformado uruguayo

Hasta el momento, los francotiradores de la Policía y el Ejército de Uruguay no han tenido que quitar la vida a nadie, según afirmaron a El País jerarcas de ambos agrupamientos.

Sin embargo, la historia bélica nacional señala una muerte por parte de un francotirador sin uniforme. Se trata del homicidio del entonces interventor de Secundaria, Armando Acosta y Lara, ocurrida el 14 de junio de 1972 por un comando del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros.

El tirador se apostó en la parte trasera de la Iglesia Metodista Central en la calle Constituyente esquina Barrios Amorín. Desde allí descargó su fusil M1 Garand sobre Acosta y Lara que en ese momento salía de su casa ubicada en la calle San José.

El MLN decidió su ejecución por considerar que Acosta y Lara era el líder del comando “cazatupamaros”.

Comandos del Ejército recibieron premios

Desde hace una década los francotiradores participan de la competencia internacional “Fuerzas Comando” en la que toman parte las élites del tiro militar de los ejércitos de Colombia, EE.UU., Guatemala, Venezuela, El Salvador y Brasil, entre otros. En reiteradas ocasiones las representaciones de Uruguay lograron colocarse en los primeros cinco puestos. En el año 2010 la prueba se hizo en República Dominicana y los francotiradores uruguayos obtuvieron el primer lugar. Posteriormente, en 2012, la competencia se desarrolló en Colombia donde el tercer lugar fue para Uruguay.

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