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El dolor de dos mujeres tocadas por la tragedia

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Cientos se movilizaron en 18 de Julio por el crimen de Brissa. Foto: Fernando Ponzetto

EL CRIMEN DE BRISSA GONZÁLEZ

Las dos se llaman Ana y no tienen consuelo.

Una es la madre de Brissa González, la niña cuyo cuerpo apareció al mediodía del jueves en el balneario Las Vegas. La otra es la hermana del único imputado por su crimen. Ambas están buscando paz en medio del infierno.

Ana Paula Gerez, trabaja en una heladería y despidió a su hija en la mañana del lunes cuando la niña salió hacia la escuela. Nunca más la vio.

Ana Paula pide que se bajen todos los mensajes de odio y propone recordar a su hija cuando vivió momentos de alegría.

La otra Ana tiene un hijo de 18 años y resolvió no ver a su hermano desde que cayó preso por primera vez en el año 2004. Pocos años después perdió a su madre tras los terribles disgustos provocado por su hermano.

La mujer pide perdón por algo que no hizo pero que la avergüenza.

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