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En diez años Vázquez ganó un amigo y se distanció de otros

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Los gobiernos de Argentina y Venezuela suman críticas. Foto: Reuters
Reuters - 14066497 - 20140729 - VENEZUELA-POLITICS/ - C - POL DIP FIN - Venezuela's President Nicolas Maduro welcomes his Argentinaian counterpart Cristina Fernandez (R) at a Mercosur summit in Caracas July 29, 2014. REUTERS/Jorge Silva (VENEZUELA - Tags: POLITICS BUSINESS) VENEZUELA-POLITICS/ - CARACAS - Venezuela - JORGE SILVA - JS/LIM D:\Users\npereyra\Desktop\649497.JPG
JORGE SILVA - REUTERS - X90026/REUTERS

Cuando el próximo domingo Tabaré Vázquez asuma su segunda Presidencia, recibirá, tal como ocurrió hace 10 años, el respaldo de los gobiernos de la región, que en su mayoría comparten una orientación política de izquierda. Sin embargo, ese apoyo ya no tiene el mismo valor, y el fervor que el Frente Amplio expresaba hace una década hacia los gobiernos de Venezuela y Argentina, guardará esta vez mucha más cautela.

"Se está armando un bloque de corriente progresista, transformadora, en sintonía con las necesidades de los pueblos", dijo rodeado de aplausos el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, el 1° de marzo de 2005, luego de aterrizar en Montevideo para ver cómo asumía el primer gobierno de izquierda en Uruguay.

Horas más tarde llegaba a Carrasco el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y auguraba, en la misma línea, una integración "muy fuerte" entre Uruguay y su país. "Los dos pueblos deben unirse, fortalecerse, tener identidad y luchar fuertemente por recuperar parte de lo que nos saquearon", dijo el mandatario argentino.

Hoy, con ambos líderes fallecidos, esos dos países llegan a la asunción de un nuevo gobierno uruguayo en medio de grandes crisis de diversas características. Sus imágenes están ampliamente desgastadas y el FA esboza pocas palabras de apoyo a esas situaciones.

Nicolás Maduro, presidente venezolano, arribará a Montevideo con un frente interno en llamas. La represión a manifestantes, la mordaza a los medios de comunicación y, especialmente el reciente encarcelamiento del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, tienen al gobierno caribeño como blanco de críticas de todo el mundo.

Además, el vínculo entre Uruguay y Venezuela se ha visto debilitado de gran manera desde el fallecimiento de Chávez.

En tanto, las relaciones entre el gobierno uruguayo y el argentino están, al día de hoy, por demás debilitadas. Ese vínculo que anunció Kirchner al comienzo del gobierno de Váz-quez fue lo más lejano a lo que la realidad pautó.

Con el ya famoso episodio de Botnia/UPM de por medio, el juicio de La Haya, los puentes cortados y las medidas tomadas por Argentina para afectar el turismo y las exportaciones en Uruguay, no ha quedado mucho que decir entre los gobiernos de ambos países.

José Mujica trató una y otra vez de reconstruir los puentes con la vecina orilla, pero no ha sumado más que fracasos; la regasificadora bilateral frustrada o el polémico dragado del canal Martín García son solo algunos ejemplos de los constantes choques con la administración de Cristina Fernández.

Ahora, inmersa en la polémica por la muerte del fiscal Alberto Nisman, imputada por el presunto encubrimiento de iraníes en la causa AMIA y con su vicepresidente procesado, la mandataria argentina está lejos de ser un aliado deseable para Vázquez. Por ahora, la visita de Fernández el próximo domingo no está confirmada.

Un nuevo amigo.

Mientras tanto, el mejor amigo del Frente Amplio en el exterior apareció por el lado menos pensado antes de la asunción de los dos gobiernos de izquierda.

Cuando Vázquez tomó su cargo como presidente en 2005, EEUU envió solamente a representantes de nivel medio, entre los cuales la más destacada fue la ministra de Trabajo, quien dijo que Uruguay y su país eran "amigos" y afirmó estar a la espera de que las "relaciones se fortalezcan" bajo la administración que estaba comenzando.

De todos modos, el tradicional discurso crítico del FA contra el "imperio yankee", hacía pensar que las relaciones con EEUU pasarían a un segundo plano, priorizando las afinidades ideológicas regionales.

Los diez años de gobiernos del FA mostraron algo muy distinto, y la amistad entre Mujica y la embajadora Julissa Reynoso es una señal que habla por sí sola, aunque además hay que recordar el gesto de Uruguay de recibir presos de Guantánamo. Fruto de ese acercamiento, el próximo 1° de marzo el gobierno norteamericano estará representado en Montevideo por su vicepresidente Joe Biden, hecho más que significativo.

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Los gobiernos de Argentina y Venezuela suman críticas. Foto: Reuters

En los dos gobiernos del Frente Amplio el vínculo con EE.UU. se fortaleció

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