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Solo dos de cien pobres llega a la Universidad

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Fachada de la Universidad de la República. Foto: Archivo El País.
Fachada del edificio de la Facultad de Derecho, Universidad de la República, Udelar, ND 20130311, foto Inés Guimaraens - Archivo El País
Archivo El País

La desigualdad se ha mantenido en los últimos diez años; cobertura educativa tuvo importante aumento.

Uno de cada dos mayores de 25 años que provienen del 20% más pobre de la población no logra superar primaria. Y solo dos de cada cien pobres llega a la Universidad. En el 20% más rico de la población, uno de cada dos alcanza nivel terciario. Aún así, los quintiles extremos de ingreso logran cierta paridad en educación media. Esta foto de la sociedad prácticamente no ha tenido cambios en los últimos diez años (ver gráficos).

Los datos surgen del trabajo "Logro y nivel educativo alcanzado por la población 2015", elaborado por el departamento de Investigación y Estadística del Ministerio de Educación y Cultura.

"Mostrar el máximo nivel educativo alcanzado permite reflejar la estructura y rendimiento del sistema educativo y su impacto acumulado en la formación del capital humano del país. Esto contribuye a identificar necesidades y diseñar políticas públicas. En estos términos, importa la finalización de los diferentes niveles por la población adulta, particularmente del ciclo de educación primaria. Los logros educativos de las personas con 25 y más años de edad, sobre todo en los niveles educativos más bajos, son una buena referencia del techo alcanzado por la población en el sistema de educación formal", sostiene el informe oficial.

"Este desequilibrio en el acceso a la educación entre extremos de la población de 25 a 59 años de edad, al comparar el primer y último quintil de ingresos per cápita, representa un mapa indicativo de la distribución desigual no solo del nivel de instrucción como factor clave en el capital cultural de la población, sino también del tipo de acreditación educativa predominante en cada uno y de su impacto al enfrentar sus respectivas aspiraciones laborales", explica el documento.

Si no puede ver los datos haga click aquí

Por otra parte, en 2015 concluyó sus estudios primarios el 96,6% de los jóvenes de 14 y 15 años de edad, sus estudios de educación media básica el 68,1% de los de 17 y 18 años y los estudios de educación media superior el 37,5% de los de 21 a 22 años de edad.

Más cobertura.

En los últimos diez años, el sistema educativo ha ampliado significativamente su cobertura. En 2006 asistía el 75,2% de los jóvenes de 15 a 17 años, el rezago se situó en 29,29 puntos porcentuales y el 24,8% de los jóvenes en esta cohorte etaria no participaba en el sistema educativo. En 2015 la asistencia alcanzó un 82,1% concomitantemente con una reducción en la desvinculación que llegó a 17,9% y un incremento del rezago a 30,91 puntos porcentuales.

En síntesis, en el año 2015, 8 de cada 10 jóvenes entre 15 y 17 años asistieron a un establecimiento educativo, 3 de cada 10 presentan una situación de rezago al nivel que teóricamente deberían asistir, y menos de 2 de cada 10 no participaron en actividades en un centro educativo. "Por un lado, es razonable sostener que el crecimiento en la cobertura se ve afectado al rezago educativo en la medida en que recluta jóvenes que se encontraban fuera del sistema. Además, si se reduce la desvinculación en el tránsito entre niveles, una parte de los jóvenes presenta una situación de rezago que se consolidó en niveles educativos previos", sostiene el informe.

DESVINCULACIÓN.

Jóvenes dejan de estudiar por "falta de interés".

Uno de los factores que la literatura especializada asocia a la desvinculación es la opción de los jóvenes por la actividad económica. En este sentido, estas actividades son vistas como alternativas al estudio y normalmente asociadas a dos fenómenos específicos: la caída de la cobertura educativa y el rezago escolar en personas mayores de 15 años de edad. El incremento en las oportunidades de acceso a este tipo de actividades alternativas, como es el caso de las laborales, es entonces un factor de contexto de importancia para valorar los cambios en dichos indicadores educativos.

"Desde esta perspectiva, un incremento en la oferta de trabajo podría ocasionar, en determinados contextos y para grupos de ciertas edades, una caída en la cobertura educativa. Caída que, además, es razonable se exprese en mayor medida entre quienes ya tienen un vínculo inestable o débil con las propuestas formativas", sostiene el informe.

Según datos de 2015, más de 6 de cada 10 jóvenes de 15 a 20 años estudian (65,5%): la mitad de todos los jóvenes de estas edades se dedica exclusivamente a estudiar; un 12,2% estudia y trabaja o busca trabajo y casi uno de cada 4 solo trabaja o busca trabajo 22,4%. Un poco más de uno de cada 10 no estudia, no trabaja y tampoco busca trabajo para el 2015. La mitad de los jóvenes de entre 15 a 20 años ha completado media básica o ha alcanzado como nivel máximo media superior (51,4% en 2015) y un 11,1% alcanza el nivel terciario.

Más de la mitad de los jóvenes de 12 a 29 años que se desvincularon del sistema educativo habiendo llegado a iniciar educación media declaran como la principal razón para su alejamiento la falta de interés o que se interesaban en aprender otras cosas (50,6%). "Esto es importante para valorar y comprender el problema de las dificultades que se enfrentan para su tratamiento futuro, ya que son justamente los jóvenes quienes han declarado como causa principal de desvinculación del sistema educativo la falta interés", se explica.

El trabajo aparece como el segundo motivo más importante: 4 de cada 10 se desvincularon cuando comenzaron a trabajar (26,5%). Esta razón aumenta entre los jóvenes que cumplen la mayoría de edad.

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Fachada de la Universidad de la República. Foto: Archivo El País.

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