Cinco días después de que fuera inaugurada en Salto la escultura del futbolista Luis Suárez, la pelota dorada que estaba junto al pie derecho desapareció, quedando en el lugar un deteriorado agujero.

La escultura de Suárez fue inaugurada el martes por el intendente Andrés Lima, y ayer ya estaba incompleta.

La primera hipótesis, y la más natural considerando la mala costumbre de llevarse lo ajeno que está proliferando en el país, fue que alguien se la había robado. Se hizo la denuncia correspondiente en la Seccional Primera, en donde recurrieron a las cámaras de seguridad de la zona para ver si alguien la había robado y había quedado filmado; pero las cámaras no captaron nada.

Según confirmó ayer a El País el autor de la obra, Alfredo Morales Saravia, la pelota no fue robada, aunque hubo un intento, que no prosperó. A raíz de eso, se decidió quitarla para reforzar su sujección, ya que en la tentativa de hurto se aflojó la varilla que la sostenía. La pelota, que es maciza y pesa 15 kilos, está recubierta de una tentadora pintura dorada que puede hacer creer que se trata de un metal de valor.

La escultura de Suárez, confeccionada en tamaño natural, está emplazada en la principal esquina del microcentro de la ciudad y concita la atracción de los admiradores del futbolista.

La idea del homenaje a Suárez surgió hace mas de año y el lugar elegido en primera instancia para su instalación era el predio de la ANP en Salto, junto al Río Uruguay; pero ante las reiteradas inundaciones finalmente se concretó el nuevo emplazamiento en una esquina céntrica y de mayor tránsito peatonal.

"Con esta escultura quise mostrar una imagen de sencillez y humildad. No es pomposa, es la imagen de un futbolista sencillo", dijo el escultor, quien adelantó que la pelota volverá a estar en su lugar mañana lunes, "mejor sujeta".

Saravia también es autor de otras obras como las esculturas de Carlos Gardel y Alcides Ghiggia, ambas en el Bar Facal de Montevideo. (Producción: Luis Pérez)

SORPRESA EN SALTO