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Dejaron en libertad a los enfermeros tras ser absueltos hoy por la Justicia

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La jueza penal Dolores Sánchez resolvió absolver a los dos enfermeros acusados de asesinar a 15 personas en 2012. En horas de la tarde fueron dejados en libertad.

La jueza penal Dolores Sánchez resolvió esta mañana absolver a Marcelo Pereira y Ariel Acevedo, los enfermeros acusados de asesinar a 15 personas en 2012 dado que concluyó que para el procesamiento la Justicia se basó en "un rumor".

Según dijo a El País Humberto Teske, abogado de Pereira, "la resolución fue comunicada esta mañana y si bien el fiscal puede pedir la apelación, hoy les darían la libertad". 

La fiscal Mónica Ferrero dijo a El País que apelaría el fallo, pero la liberación se concretó finalmente en esta misma jornada, informaron a El País fuentes vinculadas al caso.

En marzo vencía el plazo para que la Justicia se expida sobre la culpabilidad de los enfermeros.

El enfermero Ariel Acevedo habló con El País tras enterarse de que fue absuelto por la Justicia y dijo estar “tranquilo y feliz”.

Desde la cárcel de Juan Soler, en el departamento de San José, contó que en la mañana de hoy fue notificado sobre las novedades del caso y señaló que ya ha estado en contacto con el otro enfermero procesado, Marcelo Pereira.

Los dos enfermeros fueron detenidos en marzo de 2012. Acevedo estimó, en diálogo con El País, que seguramente sería liberado este viernes.

“Hoy ya es mediodía y no creo que den los tiempos, seguramente saldré mañana”, dijo entusiasmado. Finalmente, su liberación se concretó hoy.

En marzo de 2014 El País entrevistó al enfermero y él ya decía que tenía confianza de que sería liberado.

El fallo.

Según extractos de la sentencia a los que accedió El País, la jueza sostuvo que el denominador común encontrado en el análisis de la prueba testimonial es que "nadie los vio hacer nada a ningún paciente".

"Ya afirmemos que sea fama o rumor (para mí solo un rumor) lo que surgió del Hospital Maciel y que se le imputaron a M.P., los testimonios examinados al respecto solo prueban eso: el rumor o la fama no el hecho en sí mismo. Nadie los vio efectuar ningún procedimiento inusual, ni dar muerte a paciente alguno, ni en el Hospital Maciel ni en la Asociación Española se notó un aumento significativo de muertes en los CTI donde estos trabajaban", sostuvo la jueza en la sentencia.

"Quienes sospechan hablan de rumores, de aumentos de tasas de mortalidad en el Centro del Maciel que no fueron tales finalmente. Nadie escucho de los propios encausados que provocaran muerte a los pacientes", agrega.

Y en este sentido, Sánchez sostiene que "los decesos a pesar de que para alguno de estos testigos no eran esperables, se contradicen con las conclusiones de la Junta Médica en la que subraya que todas las muertes eran las esperables al estado crítico de los enfermos, habiéndoseles avisado en varios casos a la familia que el deceso a corto plazo era irreversible. A ningún médico durante ese tiempo le llamó la atención ninguno de los fallecimientos, y solo se inició investigación en el Hospital Maciel a instancia de la Enfermera y la Nurse que como vimos no llevo a corroborar las sospechas".

La jueza remarcó que "se necesita más que una sospecha para condenar, se necesita más que una probabilidad, se necesita la certeza de la existencia del hecho delictivo y de la culpabilidad del o de los encausados, la condena sólo será legítima cuando las pruebas la hagan inevitable, cuando no haya más remedio".

El caso.

En marzo de 2012, tanto Pereira como Acevedo habían confesado ser los autores de la muerte de quince pacientes. Sin embargo, la declaración fue luego modificada.

Acevedo había terminado con la vida de 10 pacientes inyectándoles aire y Pereira otros cinco proporcionándoles medicación no indicada por los médicos, según admitieron en su momento.

Teske explicó días atrás a El País que Pereira confesó en un primer momento su participación debido a presiones que luego denunció ante la Justicia. Aseguró que la Policía lo amenazó con tomar represalias contra su esposa si este no cooperaba. Incluso, dijo, llevaron a la mujer al lugar en donde estaba declarando.

El abogado contó que la madre de Pereira consultó antes a varios abogados que se negaron a representar a su hijo. Señaló también que la primera vez que visitó al enfermero en prisión este no paraba de llorar y de repetir: "Yo no los maté, yo no los maté".

Acevedo, un año después de su primera declaración, admitió los homicidios por consejo de su anterior abogada ante las pruebas que en ese momento había en su contra y le aseguró que lograría un procesamiento sin prisión o, en el peor de los casos, que lo enviaran a una chacra policial.

La exabogada, Inés Massiotti, rechazó estas acusaciones. También dijo que recibió presiones de la Policía para confesar las muertes.

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caso "Ángeles de la muerte"

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