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Cupos llenos para dar un abrazo solidario

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Foto: Facebook Fundación Canguro

IMPORTANCIA DEL CONTACTO FÍSICO EN PRIMEROS MESES

La Fundación Canguro tiene 1.400 voluntarios en lista de espera, ansiosos por poder sumarse a la causa

Estoy yendo al Pereira Rossell a mimar a bebés”, le contó Lucía a su amigo Javier Odella a mediados de 2016. Él retuvo ese titular, y se comunicó con Pamela Moreira, presidente de la Fundación Canguro, para ofrecerse como voluntario. Asistió a una charla, recibió la capacitación y hoy es uno de los cinco hombres que se comprometió a ir a la sala de Cuidados Moderados a brindar contención afectiva a los bebés de 0 a 3 meses que vienen de un contexto social y familiar vulnerable, y aguardan en el Hospital Pereira Rossell la resolución de un juez que dictamine si irán a un centro de protección de INAU, si volverán con su familia de origen o serán dados en adopción.

El proyecto fue creado el 19 de julio de 2016 por la abogada Pamela Moreira y la psicóloga Soledad Vieytes, vicepresidente de la fundación, y no ha parado: los 155 canguros se organizan en turnos para que haya al menos dos en sala durante las 24 horas. “Todos creían que el primer problema sería la falta de voluntarios y acá sucede al revés”, asegura Vieytes. Se comunican a diario una cantidad de personas que quieren sumarse y debieron cerrar las postulaciones porque recibieron más de 1.400 formularios vía web, y ya no hay vacantes. Serán llamados cuando se procesen los datos para tener la primera entrevista, y posterior capacitación teórica y práctica con un canguro experiente.

“Juega mucho la expectativa, pero después de que transitan ese periplo pueden decidir si se sienten capaces o no porque es un rol que moviliza mucho”, agrega Vieytes.

El proceso de selección se ha profesionalizado y es cada vez más exigente. Han descartado voluntarios porque no encajan con el perfil. Buscan gente comprometida y responsable, capaz de adaptarse y respetar las reglas del hospital. Deben estar preparados para soportar situaciones de estrés, riesgo y tolerar la separación, ya que cuando el juez dicta la resolución los bebés abandonan la sala. “Trabajamos el aquí y ahora. Hoy hay un bebé en la sala y mañana quizá no está”, explica Vieytes. El voluntario da la bienvenida al recién nacido, se presenta y se despide porque no sabe si lo volverá a ver.

Testimonios.

Agnès Bonavita llegó a la fundación con gran expectativa pero muy asustada porque era ingresar a un medio hospitalario, manipular bebés de un contexto vulnerable, y en su mayoría prematuros. No sabía si sería capaz de lograrlo, pero recibió una señal: el primer bebé con el que tuvo contacto se llama igual que uno de sus hijos. El proyecto la atrapó y dice que ser canguro es un estado del alma. Va todos los lunes de 22:00 a 2:00 y es referente de ese día: coordina horarios, soluciona situaciones e inconvenientes que surgen en sala. “La noche es ideal para ‘cangurear’. Esos niños necesitan ese piel con piel y sentir el corazoncito que late al lado del tuyo”, dice.
Javier llega cargado de mimos para volcar cada domingo de 11:00 a 14:00 y sale “con una flojera increíble, como si hubiera trabajado nueve horas”. No olvida su primera intervención con aquella nena “inquieta e indomable” pero cada ida tiene algo único y especial. “Le hice upa, nos miramos, le toqué el piecito para ver cómo reaccionaba, no la quería invadir, pero a la vez buscaba conexión. Fue espectacular”, recuerda. Agnès y Javier coinciden en que reciben mucho más de lo que dan. “Lo percibís en el acurrucarse, cómo te miran y se prenden de tu túnica como diciendo, ‘te necesito, no te vayas’”, cuenta él.

No usan la palabra abandono al referirse a la situación de los 62 recién nacidos que llevan atendidos de enero a setiembre de 2017. Son bebés privados de cuidado familiar. La salud integral supone cubrir necesidades físicas y emocionales. De las primeras ya se encargaba el personal del hospital, pero los canguros son expertos en la contención afectiva: abrazar, mimar, cantar, hacer upa. “Todo mamífero necesita contacto físico apenas nace. Y si eso no sucede se pueden dar patologías, síndromes físicos y emocionales”, apunta la sicóloga Vieytes. La fundación tomó un indicador cuantitivo para mostrar el impacto: los bebés que formaron parte de este programa aumentaron de peso un 40%. “Cuando reciben afecto absorben y digieren mejor el alimento”, sostiene.

La sala tiene quince camas y nueve de ellas hoy están ocupadas por los bebés que integran este proyecto. Los canguros conviven con varios familiares de esos recién nacidos que los visitan. Agnès dice que le preocupan más las madres que los niños “porque están a la intemperie”.

La túnica violeta es para ella un objeto de culto. Si la pierde se muere. Hace poco le tocó ser la primera persona en tener contacto con uno de los bebés a diez horas de nacido. Lo abrazó antes que la madre y fue un privilegio: “Me hubiera gustado sacarle una foto, que no se puede, y mostrársela cuando sea más grande”.

Los famosos también se unieron a la movida

Hace un mes se lanzó la campaña “Arroró” con el fin de juntar fondos para que la Fundación pueda seguir siendo sustentable, y con la aspiración de crear una nueva sala y que en la de Cuidados Moderados funcione un CTI materno para beneficiar a todos los usuarios de ASSE. Participaron varios artistas en el video: Rubén y Julieta Rada, Martín Buscaglia, Fata Delgado, Mario Carrero, Meri Deal, Jorge Nasser, Camila Sapin, Carmen y Cristina Morán, Christian Cary, Maia Castro, entre otros. El Gucci (foto a la izquierda) contó que agarró a la beba como si fuera un cristal. Durante el rodaje le salió darle un beso y eso quedó en el spot. “Lo que me mató de la experiencia fue ver a todas esas personas dedicando su vida a ayudar y haciéndose cargo como si fuesen familia. Es fantástico ver el cariño que le ponen. Salí con el pecho lleno de amor”.

Cómo colaborar.

 Hay distintas formas de contribuir con la causa para que estos Canguros puedan seguir brindando afecto a los bebés. Una opción es hacerlo en el Banco Itaú: Cuenta corriente en pesos 9602273 y Cuenta corriente en dólares 9602410. Otra alternativa es llamando a los siguientes números: 0900 9290 para donar $100; 0900 9291 para donar $200 y 0900 9292 para donar $500.

Desapego es sinónimo de esperanza.

Los bebés transmiten paz y llenan el alma de voluntarios

Los Canguros no están solos a la sala de Cuidados Moderados del Pereira Rossell. Toman como referente a la nurse y el personal de enfermería, y no hacen nada sin su autorización. Todo queda afuera a la hora de ingresar a la sala: cartera, celular, alhajas. “Te despegás del mundo y estás solo para una o más personitas durante esas horas que se te pasan volando”, apunta Agnès Bonavita. Cada ingreso supone un ritual que respetan. Piden permiso para trabajar con ese niño, lo saludan, le cambian los pañales, le higienizan el cordón, le toman la temperatura, lo acurrucan y lo llenan de mimos. Antes de irse saludan y se despiden como si fuera la última vez que los ven porque no saben si cuando retornen la semana próxima estarán ahí. “Pensamos que se van para seguir creciendo. No es nuestro rol cuestionar nada, sino desearles de todo corazón que les vaya bien en la vida”, agrega. Javier Odella reconoce que es difícil no encariñarse pero saber que esa situación se resolvió es motivo de alegría para él. “Si no lo vuelvo a ver estoy convencido de que es por algo mejor, así que misión cumplida. Agradezco que ese bebé me haya permitido intervenir y darle durante ese rato algo de mi vida. Ojalá dé frutos y sirva para su desarrollo”.

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