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Culpan a narcos de la asonada

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Una tensa calma sobrevolaba ayer la Avenida Aparicio Saravia. Foto: M. Bonjour

Policías creen que patrullajes intensivos en la zona obstaculiza ventas en “bocas” de drogas.

Para jerarcas policiales de Montevideo era previsible la rebelión protagonizada por un centenar de vecinos del barrio Marconi. La protesta comenzó tras la muerte de un adolescente de 16 años en un enfrentamiento con dos policías que patrullaban el Marconi en la mañana del viernes. Además del adolescente abatido, su compañero, también menor de edad, recibió un balazo en una mejilla y fue capturado.

En el barrio Marconi operan dos traficantes de drogas que se dividieron las decenas de "bocas" de ventas de estupefacientes que funcionan en el barrio y en zonas aledañas.

Según fuentes policiales, el incremento de los patrullajes del Personal de Alta Dedicación Operativa (PADO) —se concentran en 42 microterritorios de las zonas III (Marconi) y IV (Cerro Norte)— generó distorsiones en la operativa de los traficantes. La Guardia Republicana y el Grupo de Respuesta Táctica también concentraron sus patrullajes en barrios como Marconi, Cerro Norte, Borro y Unidad Casavalle.

"Ahora estamos ocupando espacios territoriales que antes estaban en poder de los traficantes. Eso molesta", dijo a El País un jerarca de la Jefatura de Montevideo.

Los adictos a la pasta base acostumbraban a rapiñar muy cerca de las "bocas" de venta de drogas. A través de la georreferenciación de delitos, la Policía ubicó las "zonas calientes" del barrio Marconi y concentró allí sus fuerzas. Ello obligó a los rapiñeros a tener que ir a robar cada vez más lejos de las "bocas" de drogas y, en el camino, son interceptados por la Policía. "Al haber mayor patrullaje y presencia policial, la boca no funciona y ello distorsiona el trabajo y las ganancias del narco", agregó la fuente.

A los investigadores policiales les llamó la atención la preparación de los manifestantes durante la asonada del viernes: tenían prontas de antemano las "bombas molotov" que fueron utilizadas para incendiar una camioneta Renault Kangoo de un repartidor de empanadas y un Cherry QQ propiedad de un médico que se dirigía a una policlínica de la zona.

Desde 2010, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, y el ex director nacional de Policía, Julio Guarteche, alertaron sobre el creciente fenómeno de "feudalización" (cuando un narco ocupa espacios y ofrece beneficios a cambio del silencio y la cooperación de vecinos) en varios barrios de Montevideo.

En 2011, El País publicó que la Policía identificó a los barrios Marconi, Cerro Norte y Borro, y tres zonas de Salto (Don Atilio, Fátima y Quiroga) como lugares donde no podía ingresar sin el apoyo de fuerzas de choque.

Amenazas en redes.

En las primeras horas de ayer, la Policía reforzó la custodia de la Seccional 17 (Marconi y barrios aledaños), luego de que residentes del Marconi llamaran por las redes sociales a tomar por asalto la comisaría para rescatar a nueve personas del barrio que habían sido detenidas durante la asonada del viernes. En forma simultánea, dos personas se comunicaron con una radio FM para anunciar que iban a atentar contra la seccional.

Autoridades de la Zona III —dentro de su jurisdicción se encuentra el Marconi— ordenaron el refuerzo de la guardia de la Seccional 17. Una dotación de policías de choque de la Guardia Republicana, con un furgón blindado, se sumó al personal destacado allí.

Al mediodía de ayer, una veintena de personas se congregó en la esquina de la avenida Aparicio Saravia y Trápani —en la rebelión del viernes fueron quemados en ese cruce dos autos y varios contenedores de basura—, pero un grupo de choque de la Guardia Republicana los dispersó.

Reconstrucción.

En la tarde de ayer, el juez penal de 15° Turno, Ricardo Miguez, y la fiscal Cristina González, tomaron declaraciones a los dos policías de la Unidad de Respuesta Rápida que repelieron el ataque a balazos de dos supuestos rapiñeros, hecho que derivó en la asonada en el Marconi. El intercambio de balas terminó con un menor muerto y el otro herido en la cara.

Luego indagaron a los cinco detenidos mayores de edad que fueron señalados por policías como participantes de la protesta ocurrida en la tarde del viernes.

A las 18:00 horas, el juez Miguez ordenó la reconstrucción del enfrentamiento a tiros entre los policías de la Unidad de Respuesta Rápida y los dos menores que viajaban en moto.

La reconstrucción se realizó en el estacionamiento del Centro de Instrucción Criminal (CIT), ubicado en Bartolomé Mitre y Reconquista.

Un punto clave de la indagatoria judicial radica en si la moto utilizada por los dos jóvenes había sido robada o no. Los agentes señalaron que intentaron detenerlos luego de recibir la descripción de la vestimenta de los dos jóvenes.

El denunciante no reconoció a la moto utilizada por los adolescentes como suya. Sin embargo, investigadores de la Zona III ubicaron ayer al supuesto propietario de la moto, con lo cual se eximiría de culpa a los dos agentes.

Miguez ordenó la liberación de los dos policías y la creación de un expediente para investigar el caso. Lo mismo hizo con los cinco detenidos.

El juez de Adolescentes, Alejandro Guido, volverá a interrogar hoy al menor herido. En tanto, decidió entregar a sus padres a tres adolescentes detenidos por tirar piedras a efectivos de la Republicana.

Adolescente se había atrincherado.

El menor muerto por la Policía el viernes ya había tenido un roce violento con efectivos a siete cuadras de donde fue abatido, según indicaron a El País fuentes policiales. El adolescente atentó a pedradas contra efectivos del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO) y luego se atrincheró en una casa ubicada en Salustio y Torricelli. Luego de varias horas de negociación, el menor se entregó a la Policía.

Paro en la salud comunitaria.

La Sociedad Uruguaya de Medicina Familiar y Comunitaria (Sumefac) realizará mañana un paro total de las actividades asistenciales y docentes, a nivel público y privado, en todo el país en rechazo al ataque sufrido por una médico en el barrio Marconi el pasado viernes. También habrá una reunión clave mañana a nivel de la salud para analizar el funcionamiento de la policlínica del barrio, cerrada el viernes.

También hubo una revuelta en barrio vecino al Marconi.

El barrio Las Acacias está pegado al Marconi. El 20 de marzo de este año, ocurrió en Las Acacias una protesta de vecinos tras la muerte de un joven sin antecedentes penales a manos de un sargento de la Policía que brindaba seguridad a un camión de reparto de cervezas. Un taxi fue quemado y varias personas se enfrentaron con piedras a policías de la Zona III.

Según dijeron testigos del incidente a El País, el sargento comenzó a intercambiar insultos con una veintena de jóvenes que pasaban por el lugar luego de concurrir a un velorio de un amigo ultimado durante una rapiña. El policía relató en el juzgado que unas 15 personas rodearon el camión y le gritaron: "Botón, te vamos a dar". Agregó que uno de los jóvenes extrajo un arma. "Por eso le disparé", dijo. La Justicia lo dejó en libertad, aunque las investigaciones continúan. Familiares y vecinos del joven muerto rechazaron la versión del policía y agregaron que este disparó a personas desarmadas.

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