Una sucesión de casos de robo y matanzas de ganado para faena clandestina inquieta a los productores de varias zonas del interior rural. El último episodio, que tuvo como escenario el departamento de Cerro Largo, culminó con cinco detenidos, tres de los cuales fueron procesados, sin prisión, por abigeato.

Uno de los detenidos es un productor, quien le robaba las vacas al vecino del campo lindero. Otro de los procesados es un carnicero de Melo.

La policía logró la detención de los tres procesados en un camino vecinal que une el paraje Arroyo Malo y la ciudad de Melo. Los efectivos detuvieron una camioneta que llevaba en su interior dos vacunos que habían sido faenados en forma clandestina.

La detención tuvo lugar cerca del establecimiento rural donde habían procedido a matar y faenar los animales, en jurisdicción de la Seccional 13.

Al percatarse de la presencia policial, se desprendieron de las herramientas (un cuchillo y un revólver que utilizaron para matar y faenar a los animales), pero no se pudieron deshacer de las evidencias más delatoras: los trozos de carne y los cueros, que quedaron al descubierto en el vehículo.

El productor rural que robaba vacas al vecino trabaja en el campo de su madre. El dueño de los animales faenados es un médico veterinario llamado Luis García. Este aseguró a la policía que le venía faltando ganado desde hacía varios meses, dijeron a El País fuentes del caso.

El mismo departamento fue escenario de otros casos recientes que tuvieron gran repercusión pública.

Como se recordará, cinco personas fueron procesadas por la faena de un toro de pedigree de raza Hereford, propiedad del presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Ricardo Reilly.

El animal recibió un tiro el 29 de enero pasado, en la estancia Los Horcones, localizada sobre la ruta 26 a 30 kilómetros de Melo.

Pericias y análisis genéticos permitieron rastrear la carne faenada, que fue encontrada lista para la venta en una carnicería de Melo.

Otro toro de pedigree, de la reconocida cabaña Soy Miguel, en Cerro Largo, fue atacado a tiros en un intento de faenarlo, hace una semana.

"Tengo miedo, en cualquier momento nos matan a nosotros. Matan una vaca, una oveja, les sirve todo y siguen matando y nadie controla nada. Estamos arriesgando nuestras vidas en la campaña", advirtió entonces a El País Juan Manuel López, capataz del establecimiento.

En Salto se produjo hace una semana otro caso de abigeato que agitó al sector ganadero, al punto que la Federación Rural publicó en su página de Facebook las fotos de las vacas descuartizadas, con un breve comentario: "Otro caso de abigeato de vacas de pedigree, ahora en Salto... descuartizadas por el lucrativo negocio del abigeato. Las fotos son fuertes pero es la realidad que día a día viven los productores y sus familias... Un hábito que se instala en nuestro campo y que sacan las ganas de producir... Un caso más, y van... ¿Hasta cuándo?", se preguntan.

En el episodio de Salto, los delincuentes dieron muerte a tres valiosas vacas de plantel de la raza Aberdeen Angus Colorado, para llevarse solo los cortes de mayor valor.

El abigeato ocurrió en un establecimiento ubicado en Cuchilla de Salto, a 75 kilómetros al este de la capital departamental, en el establecimiento Los Álamos, según informó el diario El Pueblo.

La situación genera impotencia entre los productores, que no logran comprender hasta dónde llega la "maldad de los malhechores, quienes solo utilizan algunas partes del animal".

Según el diario El Telégrafo de Paysandú, el presidente de la Liga del Trabajo de Guichón, Fernando Lasaga, señaló a través de las redes sociales que "continúa el abigeato en nuestros campos, con organizaciones para faena y venta de carne clandestina, sin control alguno".

Agregó que el problema se agrava "con la escasa o nula presencia policial en el medio rural hoy en día".

Tres procesados, sin prisión, por robo y faena clandestina de ganado