El local bailable fue inhabilitado luego de los incidentes ocurridos el pasado mes de octubre, en los que el joven Nicolás Cuña murió de un disparo, caso por el que fueron procesados tres efectivos de la Guardia Republicana.

La Intendencia de Montevideo no autorizó al local bailable Coyote a reabrir sus puertas. El motivo es la dificultad que los responsables del establecimiento tienen para cumplir las exigencias de funcionamiento que fueron acordados tras la clausura del local, a causa de la muerte del joven Nicolás Cuña, ocurrida en octubre de 2016.

Los requisitos para reabrir las puertas fueron plasmados en un plan piloto elaborado tras diferentes reuniones mantenidas entre los responsables del local, autoridades municipales y representantes de vecinos. Entre la batería de medidas propuestas se destacaban la creación de una figura —dependiente del local— que funcionara como nexo con los vecinos, la creación de un plan de seguridad que contemplara las inmediaciones del local, así como la aplicación de un sistema de venta de entradas anticipadas para evitar aglomeraciones en la puerta y ruidos molestos.

El plan también establecía la responsabilidad del local ante eventuales perjuicios producidos a vecinas y vecinos por su funcionamiento. Además, la Intendencia recordó que no tendría margen de tolerancia con Coyote ante un posible incumplimiento de la normativa establecida.

Pero este plan no prosperó, según lo informado hoy por la comuna en su página web y "con el fin de otorgar las máximas garantías a vecinos y vecinas de la zona" es que las autoridades resolvieron que las puertas continúen cerradas.

Por su parte, Coyote anunció su despedida a través de su cuenta oficial de Facebook y aseguró que "todo tiene un final, todo termina" y confirmó que el local bailable "ya no abrirá sus puertas".

"Lamentamos informarles que el lugar en el que tantas generaciones pasaron sus mejores momentos divirtiéndose, ya no abrirá más sus puertas", expresó en su comunicado.

"De nuestra parte la tranquilidad de haber dado todo a favor de la convivencia y la paz, pero por sobre todas las cosas, defender tu derecho a divertirte, derecho que deberían tener todos mas allá de la música que escuchan o clase social por igual", agregó antes de darle la despedida oficial a sus clientes.

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Los gritos, las peleas, los disturbios en la puerta del local bailable Coyote, eran moneda corriente los fines de semana. Según explican los vecinos de la zona "siempre pasaba lo mismo".

En la madrugada del lunes 10 de octubre de 2016, los problemas pasaron a mayores, y Nicolás Cuña terminó muerto de un disparo. Esa fue la razón que llevó a la comuna a clausurar el boliche.

Ese día, inspectores de la IMM habían advertido que el tope de capacidad del lugar estaba casi colmado, por lo que no debían dejar ingresar más personas.

Aquellos que ya habían comprado las entradas y querían ingresar, comenzaron a empujar hacia la puerta. Fue allí cuando efectivos de seguridad del lugar —según vecinos— salieron a la vereda armados y comenzaron a disparar hacia la esquina de San Martín, donde había un grupo de chicos. Uno de ellos fue herido y otro murió.

La Justicia procesó con prisión a tres efectivos de la Guardia Republicana por los incidentes frente a la puerta del local bailable.

Uno de los efectivos fue procesado por el delito de homicidio con el agravante de riña. Durante su declaración, este efectivo dijo al juez Nelson Dos Santos que disparó su arma al suelo "para intimidar" a los jóvenes que se encontraban frente al local.

Fuentes del caso confirmaron a El País que la bala impactó en el piso, para luego rebotar y dar contra el pecho del joven de 19 años, que falleció esa madrugada.

FUE CLAUSURADO EN 2016