hoy comienza la transferencia de la población masculina hacia la nueva cárcel de Soriano, que costó más de US$ 6.000.000. La inauguración está prevista para el próximo 13 de febrero y tiene previsto albergar a los reclusos más peligrosos de la región.

El viernes anterior y con las primeras luces del día se inició el traslado de 17 mujeres y dos niños que conviven con sus madres en la cárcel.

Para el envío se contará con unidades de la Guardia Republicana y del grupo GEO de Fray Bentos, además de las unidades de choque de Soriano.

La nueva cárcel que ya opera como unidad 24 dependiente del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) se construyó en Paraje Pense a instancias del jefe de Policía Washington Curbelo, que tomó la decisión de dejar su cargo en Soriano a fin de mes y pasar a retiro, no sin antes haber previsto una solución para uno de los graves problemas del departamento.

La vieja cárcel de Mercedes es una de las peores del país. Se trata una edificación de 1870 en pleno centro de una ciudad que ha crecido y modernizado al influjo de la bonanza agropecuaria de la última década.

En medio de todo ese desarrollo, existe este edificio del siglo XIX pensado originalmente para 60 plazas y que hoy tiene alojados a 184 reclusos, No obstante llegó a tener más de 200. La superpoblación trepa al 300%.

Los hombres viven hacinados, duermen en el piso entre charcos de agua y humedad. Las cámaras sépticas se desbordan fácilmente con la lluvia y además conviven con ratas que deambulan a plena luz del día ante la vista de todos.

"Es la concreción de un sueño que tenía la población de Soriano desde hace mucho tiempo. Básicamente es la cárcel más moderna del país", dice con orgullo el jefe de Policía.

Entiende que ahora se mejora enormemente "en materia de seguridad" y sobre todo "en las posibilidades de rehabilitación, por el espacio y la concepción moderna de la nueva cárcel en manos del INR".

Precisó que el proyecto original fue de US$ 5.600.000 "pero después superó sin duda los 6 millones de dólares".

Para el inspector General Washington Curbelo, que posee el mayor rango que un policía puede aspirar en su carrera, no fue lo mismo trabajar en Río Negro que en Soriano. En el primer departamento estuvo cuatro meses, cuando lo convocaron para apagar el "incendio" en el último departamento.

"En Río Negro la experiencia fue muy positiva. Fue un placer recibir la jefatura de parte de quien actualmente es el jefe de Colonia, Adán Cuello, que me la entregó totalmente en orden. Distinto fue lo de Soriano porque como no la recibí de nadie, simplemente me hice cargo por disposición del Poder Ejecutivo", recordó Curbelo.

Luego que se difundieran fotos y comentarios de los reclusos posando junto a bebidas alcohólicas y drogándose, el jefe de Policía restó importancia a este hecho particular. "Lo que si nos preocupa es que esos teléfonos puedan ser empleados para coordinar actos de venganza u otras acciones delictivas", dijo.

Obra demandó una inversión de US$ 6 millones, según el jefe del Policía