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Comcar: una banda cobró "peajes" a unos 70 reclusos

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Comcar: los "peajes" son una práctica común en las cárceles. Foto: archivo El País
Protesta de familiares de presos por desalojo en horario de visita y violencia policial en disturbios en el Comcar , nd 20110521, foto Guimaraens, Archivo El País
Archivo El País

Pedían giros de unos $ 4.000 a las familias de los reclusos.

Un expediente judicial revela que un preso del Comcar extorsionaba a cambio de "seguridad" a por lo menos 70 reclusos, cuyas familias debían realizar pagos esporádicos en redes de cobranzas a nombre de una exconcubina del extorsionador.

El caso mostró que el cobro de "peajes" (extorsiones) es una práctica común en las cárceles uruguayas. El sistema es simple: un nuevo interno llega a una prisión. Los otros presos se informan sobre el delito que cometió, si los familiares vienen en auto o no y, con mucho disimulo, lo indagan sobre los recursos financieros de su familia. Posteriormente, otro recluso le entrega un teléfono celular para que llame a su familia. El número de la familia queda registrado y así comienza la extorsión.

El expediente muestra que la organización dentro de la cárcel era liderada por un sujeto conocido como "el Chopo". Varios de sus lugartenientes intimidaban a los recién llegados cuyas familias debían pagar entre $ 1.000 y $ 4.000 en cada giro. La punta de la madeja fue una llamada telefónica realizada por un interno a la madre de otro preso pidiendo dinero o matarían a su hijo dentro de la cárcel. El preso falseó la voz. Sin embargo, la madre lo reconoció. Era una persona que conocía del barrio. La mujer concurrió a una dependencia policial e hizo la denuncia. Los investigadores de la Zona II (Pocitos y barrios aledaños) interrogaron al sujeto que acusó al "Chopo" de pedirle dinero a cambio de su "seguridad".

En sede judicial, el jefe de la banda negó todas las acusaciones. Cuando observó que habían muchas pruebas recogidas en su contra —los giros a nombre de su exconcubina y el nombre del emisario que recogía el dinero en la casa de la mujer y lo llevaba a la cárcel—, el individuo señaló que los pagos se debían a que vendía drogas dentro del penal. Sabía que la pena por suministro de drogas era menor que por extorsión.

El fiscal Gustavo Zubía solicitó que "el Chopo" fuera condenado a siete años de penitenciaría por un delito de extorsión. El juez Huberto Álvarez aún no se expidió.

"Las cifras negras de estos casos son enormes. Muchos peajes no se cobran mediante giros y sí durante las visitas", dijo Zubía.

Viejo problema.

El exdirector del Instituto de Rehabilitación y actual jefe de Policía de Paysandú, Luis Mendoza, dijo a El País que las extorsiones "son un problema recurrente" en las cárceles y advirtió que muchas familias de víctimas "tienen miedo a denunciar. Se han hecho muchos procedimientos contra presos extorsionadores".

El exfiscal de Libertad y actual juez de Familia, Pablo Misa, afirmó a El País que en las cárceles uruguayas siempre existieron "peajes" por dinero o alimentos. "Es parte de la convivencia carcelaria. Si son groseros son extorsiones. Las amenazas tienen que ser reales o no cobran lo que exigen", agregó Misa.

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Comcar: los "peajes" son una práctica común en las cárceles. Foto: archivo El País

EXTORSIÓNE.B.

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